La radio

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Me encanta el encanto mágico que tiene la radio. Mi primer experiencia radiofónica la tuve a los veintiséis años y desde ese preciso instante mi vida cambió por completo.

Tuve la suerte de tener un buen timbre de voz, algunos dicen que es muy seductora, que llama la atención, entonces confieso públicamente que eso aligeró mi viaje...

Un día mi profesor de la universidad me sorprendió y me invitó a presenciar su transmisión llamada «Los gatos de la azotea». Esta era una programación orientada a un público joven y abierto, y era escuchada por millones de personas.

Al principio el docente me dijo que su programa propondría hacer un paseo detallado por las actividades culturales del país, que sería divertido para dar rienda suelta a las emociones.

El programa de mi profesor contemplaban por diversos temas, como el cine, el teatro, las artes visuales, la danza y la música.

Pero a pesar de que todas las voces eran potentes, la comunidad quería algo diferente, fuera de lo común. Y casualmente yo, quería resaltar entre la multitud... sin tener que mostrar quien soy físicamente.

Hoy día tengo mi programa propio que se llama «Dímelo a la cara», transmitido por Radio del Mar, FM 106.6 , Radio frecuencia modulada.

El nombre es un tanto controversial, porque si usamos la lógica, nunca podríamos decirnos todo a la cara, es que me gusta jugar con la imaginación de los radioescuchas. Cuando estoy al aire siento que vuelo alto, que me sumerjo en cada conversación, que puedo escuchar y entender con simpleza a cada persona que disca nuestros números de teléfono todos los viernes por la noche.

La idea es generar un ida y vuelta constante con los amantes de la radio. Por eso le doy mucha importancia a mi público. Quiero que juntos sudemos y respiremos radio y que adopten la iniciativa en este punto de encuentro.

......

Mi profesor Antoine estaba maravillado bajo la luz tenue del estudio, tenía una sonrisa efervescente y me dijo que debería presentar un tema musical «Sweet child o' mine», para que yo aceptase empleó los mismos argumentos que usaba durante la clase. Además, me dijo que, no debería perder la oportunidad para ser escuchada en vivo por millones de personas.

Yo me hice rogar por unos instantes, aunque obraba en contra de mis deseos. Después de presentar el tema de Guns n'roses, se oyó en el estudio un silencio sepulcral. Antoine pronunció unas palabras... dijo que debería estudiar locución, porque mi voz era potente y tenía mucho carácter.

Me ruboricé y negué con mi cabeza. Sin embargo después de salir de ahí, recordé que mi padre me decía cuando niña, que mi voz era maravillosa y que debería trabajar en la radio.

Sentí que me urgía el entusiasmo y cuando llegué a casa esa misma noche, lo conversé con mi madre. Esto me enfadó extraordinariamente a mi mamá, estaba en contra de que su hija se convirtiera en una artista.

𝙎𝙤𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙤𝙯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora