CAPÍTULO 10

208 10 0
                                    

Capítulo 10 | los muros se cayeron

—esta súper padre tu blusa —le dije a Andrea, cuando al fin termine el examen de ecología.

—gracias, ya es vieja, no tenía nada que ponerme

—oye C, ¿nosotras vamos a pedir pizza? —me pregunto Gala, sentándose junto a mí.

—pues sí, ¿no? Yo no quiero hamburguesa, me da como cosita —le dije, arrugando mi nariz.

Hoy era el último día de clase, tendríamos las vacaciones de semana santa por lo cual haríamos un pequeño convivio.

—a mí también, pero ya vez que el chismoso quiere hamburguesas —comento Gala, rodando sus ojos cosa que me hizo reír.

— ¡Gala! —comento Channel, a modo de regano.

— ¿Qué? Es la verdad él es el que quiere hamburguesa

—no le digas así —le dijo Channel.

—pues es lo que es, ¿verdad Cara? —su pregunta me tomo por sorpresa, y no supe que responderle.

—bueno, ¿solo nosotras cuatro pediremos pizza? —pregunto Andrea.

—sí, solo nosotras, neta tengo mucho antojo —le dije, sonriendo.

—ay, yo también —me dijo Gala, sonriéndome.

De reojo logre ver que Kendra nos había visto mal, o empleándolo de mejor manera, que me había visto mal a mí. Si mi oído no me fallaba pude escuchar decir entre dientes "la ahorco si la vuelvo a escuchar decir 'la neta'". Eso me había dolido, ¿ahorcarme? Claro es que era tan válida la razón por la que quería hacerlo, pero no podía permitirme que me vieran triste otra vez, ya me había mostrado bastante vulnerable este semestre.

—neta que ya quiero que se termine el día... —comente, mirando fijamente a Kendra, ella volteo a verme y me atrapo mirándola a lo que yo solo le sonreí dulcemente.

Gala me golpeo cariñosamente con su hombro, dándome ánimos, esto era lo que debí haber hecho mucho antes. Había perdido a la más cercana de mis compañeras, me atrevía a decir que a la que consideraba mi mejor amiga, pero no por eso debería darle el poder de hacerme sentir mal, yo no había hecho nada malo. Al menos, eso pensaba yo, según la última vez que revise habíamos quedado como compañeras, educadas, cordiales, pero no. Ella no quería que las cosas fueran así, ella quería arrastrar mesas lo más lejos que se pudiera de mí, quería rodarme los ojos cada vez que tenía que darme algo en las manos, y claro ahora también quería ahorcarme por usar una expresión. Tenía que admitir que me dolía la mayoría de sus actitudes, pero tenía que sobrellevarlo, no me gustaban los dramas públicos y este problema ya se había hecho bastante público.

—deberíamos ir a algún antro en la noche, para festejar —nos dijo Gala.

—ay si, estaría súper padre, ni salimos —le respondió Andrea acomodándose en la silla.

—yo no puedo, tengo un compromiso—les dije, sonriendo.

—ay tu nunca puedes, no haz de querer—me dijo Andrea, rodándome sus ojos como habitualmente lo hacía.

—no, de verdad, tengo planes —les dije, restándole importancia a lo que había dicho al concentrar mi atención en mi iPod.

—¿con quién C? ¿Algún chavo? —me pregunto Gala, haciéndome una cara bastante extraña, cosa que me asusto.

—eh... no

—oye, por cierto, ¿Qué paso con Roger? —me pregunto Andrea.

—pues, nada, somos amigos

Soñé que me queríasOù les histoires vivent. Découvrez maintenant