Epilogo

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Años después...


-¡Papi!- Carlie corre a los brazos de su padre.- ¡Te extrañe!- Le beso la mejilla.



El destino es algo que no podemos remediar, aunque lloremos, aunque intentemos detenerlo no podemos, la muere de Isabella fue algo que debía ocurrir, si no lo hacía ¿Qué probabilidad había de que la pequeña Carlie este con vida? No vamos a negar que al principio fue difícil, el tener que superar la muerte de su prometida fue lo peor del mundo más si la vio cómo su cuerpo se iba quedando sin vida, su familia lo había ayudado con su pequeña hija y eso había servido de mucho.



-Hola cariño.- Elisa se acercó a él y le dio un suave beso en los labios.- ¿Cómo te fue en el trabajo?



Elisa se volvió su amiga cuando habían pasado dos meses de la muerte de Bella, aquella joven desde un principio amo a Carlie y lo ayudo en el cuidado, aunque el corazón de Edward seguía amando a Bella, Elisa comenzó a ser parte también de él, así que después de tres años de conocerla decidió formalizar la relación. Cabe aclarar que Elisa sabía que haga lo que haga Edward nunca la amaría como amo a Bella una parte de él había muerto con aquella chica de ojos café. Todos los meses, cuando se cumplía un mes más de su muerte Edward le llevaba flores junto a su hija.




-Fue agotador, pero todo tranquilo.- Edward sonrió y abraso a la joven.- ¿Samuel no ha venido?

-Dijo que vendrías cuando estés tu... ya sabes a Martina no le caigo bien.- Murmuro haciendo una mueca.

-Solo está enojada, ella era amiga de Bella ya te lo dije.- Edward le beso la frente.

Elisa asintió y se separó de él, sabía que tenía que acostumbrase a que algunas personas no iba a caerles bien, el estar con Edward iba a ser una lucha.

-¡Tía!- La pequeña Carlie abraso a Martina mientras esta le besaba la frente.

-Hola pequeña ¿Cómo estás?- Martina le sonrió a la pequeña.

-Bien, ¿Dónde está el tío Samuel?

-Aquí estoy pequeña.- Samuel cerró la puerta de la casa, mientras que Carlie se separaba de Martina y se dirigía a él.

-Hola Martina.- Elisa se acercó a la joven, aun tímida.- ¿Qué tal Samuel?

-Hola Elisa.- Respondieron ambos.

-¿Esta Edward?- Elisa asintió.- Bien lo esperaremos.- Elisa se sentía intimada por Martina, aquella joven la trababa de una manera cortante y distante.

-¿Y qué tal su día?

-Agotador.- Respondió Martina.

-Pues mi día también fue agotador, en la clase que di hoy los niños se portaron de una manera.- Rio un poco.- Pero son niños ellos siempre causan problemas...

-¿Estás diciendo que los niños son un problema?- Respondió cortante mientras la miraba fijamente.

-No... E-es q-que me has entendido mal...

-He entendido lo que querías decir. Los niños nunca son el problema ellos son unos ange-

-Martina, amor, ¿No peleen si?- Samuel miro a su esposa mientras esta asentía.

-Lo siento Elisa, y-yo te he tratado mal. Disculpa.



*



Un año más había pasado, luego de aquella conversación las cosas entre Elisa y Martina comenzaron a llevarse mejor, aunque el recuerdo de Bella siempre estaba en ellos. Carlie era el vivo retrato de Bella, tan parecida aunque sus ojos eran iguales a los de Edward.


En ese año Edward se había comprometido a Elisa, así que estaban en planes de boda. Carlie estaba emocionada por los preparativos de la boda de sus padres.



-¿Tendré un vestido rosa, como las películas?



Esa había sido la pregunta de la niña el día que sus padre le dijeron sobre su boda, desde ese entonces contaba los días con ansias, quería que llegue la boda y pudiera ver como ambos se casaba. Un día la pequeña niña se sentó en la tumba de su madre y comenzó a contarle todo lo que había pasado (Como siempre lo hacía).



-Mami, tú no tienes que enojarte. Papá te ama demasiado como también ama a mami Elisa, a mí me alegra muchísimo que ellos se casen hacen una linda pareja, además Elisa me ama muchísimo. Tú siempre será mi mamá y siempre voy a quererte y a recordarte siempre.



Martina estaba emocionada ya que ese día, Carlie le había pedido que la lleve al cementerio a ver a su madre.



-¿Me veo bonita con el vestido papi?- Pregunto Carlie sonriendo.

-Si preciosa, te vez linda.

-¿Nervioso Edward?- Martina sonrió al ver a Edward en ese estado.- Tranquilo, me han dicho que ya ha llegado.- Prepárate que vas a dejar de estar soltero. Te quiero Edward.- Martina sonrió y lo abraso.



La boda fue magnifica, a Carlie le brillaban sus ojos de tanta emoción al ver a sus padres sonriéndose y casi derramando lágrimas. Luego de que toda la velada y fiesta terminada, Edward se dirigió a un lugar para esta él solo en privado, levanto la miraba y miro al cielo.



-Sé que te prometí amor eterno para toda la vida y termine casándome con otra persona. Espero que no te enfades y no pienses que no te amo y que te he olvidado, aún recuerdo tus ojos chocolate y tu sonrisa cuando me despertaba y te abrasaba y te tenía solo para mí. Cuando siempre estabas conmigo, cuando tuvimos a nuestra hija. Pasamos bastantes cosas juntos y nunca me voy a olvidar de eso, así que te agradezco que me hayas dejado a Carlie y me hayas mandado a alguien como Elisa para que este conmigo y que nos cuide a ambos. Nunca te olvidare Bella siempre estarás en mis pensamientos, te amo y aun te extraño.

Voces en mi Interior  | Crepúsculo |Where stories live. Discover now