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Nunca, en mis 21 años de vida, tuve la necesidad de arrancar el televisor de la pared y arrojarlo por la ventana, pero al estar sentado mirando una serie cualquiera con Gabrielle, sin poder hablarle o sentarme cerca a ella, ese era el único pensamiento que rondaba mi cabeza.

Ella se había ubicado en un extremo del sillón, con sus piernas entre ambos así yo no podría acercarme como quería. También estaba con su celular en la mano, y no dejaba de mandar mensajes.

Al menos ella estaba conversando con alguien.

Traté de enfocarme en la televisión para evitar explotar de la furia. Pero era inútil. Nada captaba mi atención, y me encontré mirándola por el rabillo de mi ojo cada dos segundos. Aunque mi estómago se retorcía cada vez que la miraba, no podía parar.

"Bueno," Gabby al fin habló, lentamente estirándose mientras se ponía de pie. "Me voy a la cama."

Deje que mis ojos se pasaran por sus partes descubiertas, sin importarme si me ella se daba cuenta. Quien sabe cuantas noches mas tenia para ver su piel antes de que desapareciera de mi vida del todo. "También yo." Dije apagando la televisión. Me puse de pie, estirandome también.

"Que no." Gabby contestó rápido.

La miré confundido. "¿Que quieres decir con 'no'?"

"No puedes tu también irte a la cama."

Fruncí el ceño tratando de entender lo que ella me estaba diciendo. Obviamente tendría que dormir en algún lado. "¿Por que no?"

"Porque solo hay una cama. Y prefiero estar dormida antes de que te acuestes."

Hice una pausa. "¿Que?"

"Es que... No pensé sobre como íbamos a dormir. No quiero compartir una cada contigo, pero tengo que entonces... Si me dejas dormirme primero, tu puedes acostarte después."

Pensé antes de continuar. Bueno, en realidad no estaba pensando mucho. Lo único que pasaba por mi cabeza era '¿Que mierda?' Al final la entendí. "Si te hace sentir tan incomoda, dormiré en el sillón." Aunque este es mi apartamento y si de veras no quisieras estar conmigo te podrías haber quedado en el hotel con tu maldita hermana, terminé la oración en mi cabeza.

Ella se cruzó de brazos. "No quiero hacerte dormir en el sillón."

"Pero no quieres que duerma en la cama."

"Nunca dije eso."

"Acabas de decir que no quieres que duerma en l cama contigo."

"Si, estando consiente. Una vez que yo esté dormida, puedes hacer lo que quieras." Dijo como si fuera algo tan común que se me tendría que haber ocurrido.

"Esto no tiene ningún sentido." Sacudí mi cabeza.

"Si lo tiene." Se mordió el labio

"No lo tiene." Crucé mis brazos frente a mi, imitándola.

"Si lo tiene." Puso mas énfasis en sus palabras, con una sonrisita creciendo en sus labios.

"No lo tiene." Respondí imitando su tono.

Ella suspiró, respirando hondo. "Bien. Puedes venir a la cama conmigo, pero no me toques." Su tono parecía firme, pero ella tenia una sonrisita en su rostro que me decía otra cosa.

Contemple abusar de mi suerte mientras alzaba mis manos en forma de rendición. Ella también parecía algo bipolar sobre como tratarme. Pasaba de feliz a triste; molesta a amigable, ya ni podía seguirla. Traté de ver cual era su humor antes de decidir si escucharla o molestarla igual.

Decidí molestarla.

"Sin tocar." Dije inocente, haciendo ademán para que nos guiara a la habitación. Ella se giró sin decir nada más, su sonrisa convirtiéndose en un ceño fruncido. Note su tristeza al escucharme obedecerla y eso solo justificó el movimiento que estaba por hacer.

Hice dos pasos grandes y la tomé en mis brazos. Ella dejó salir un pequeño grito y se aferró a mi cuello para sostenerse. Reí ante su expresión. Por mas sorprendida que lucia por lo que había hecho, sonreía y tome eso como un si para seguir llevándola hasta la habitación.

Apoyó su cabeza en mi hombro, sus párpados cayendo hasta que se cerraron por completo. No pude evitar notar lo tibia que se sentía contra mi. Y lo cerca que sus labios se encontraban de los mios. Parecía hacer un puchero con sus facciones relajadas. Si este fuera cualquier otro día, estoy seguro de que la hubiera besado y que ella hubiera sonreído sin molestarse en abrir sus ojos.

Patee la sabana al final de la cama, tratando de no molestarla, y la acosté delicadamente. Ella se acomodó en su posición para dormido y yo la tapé con la colcha, arropandola. Dudé en acostarme en mi lado de la cama. Solo quería mirarla. Se veía tan en paz y tan hermosa. Quizá por eso es que estaba tan cansada para pelear conmigo, pero en el fondo sabía que no era eso. Ella tenia un temperamento peor que Hades, pero yo amaba hasta eso de ella.

Si... amaba. Amaba como su cabello enmarcaba su rostro, y como su boca hacia un puchero cuando dormía. Amaba la forma en la que sus ojos parpadeaban mucho cuando le molestaba la luz al dormir. Amaba como su cuerpo se hacia una bolita, y terminaba hecha un burrito humano bajo las sabanas. La amaba mas allá de sus hábitos y la forma en el que su cuerpo se curvaba. La amaba.

En silencio caminé a mi lado de la cama y me acosté, dándome la vuelta para darle la espalda. Apagué la luz con el interruptor sobre mi cabeza y la habitación se volvió negra.

Sentí que la cama se movía a mi lado pero pensé que Gabrielle solo estaba buscando una posición mejor para dormir.

"¿Ashton?" Su voz se escuchaba tan pequeña en la oscuridad.

No me di la vuelta, pero hice un sonido para responderle. "¿Hmm?"

Ella pasó su brazo por debajo del mío y yo lo levanté de mi pecho en respuesta, dejando que se abrace al suyo luego de sentirla abrazarse a mi pecho. Vagamente entrelacé mis dedos entre los suyos. Sentí que respiró hondo contra mi espalda. Sus piernas se posicionaron detrás de las mías, y me relaje contra ella.

"Te he extrañado."

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