16: Acercamientos

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 Egocéntrico, imbecil, pervertido, molesto y mucho más. Esas son las cosas que odio de Ichiro, ¡Es toda una molestia! ¿No habrá un día que me deje tranquilo? ¡¿Aunque sea una puta hora?!

— ¿Sabes? Me vuelve loco todo de tí: Tu sonrisa, tus labios, todo... Hasta tu culo — dijo.

— ¿¡Eh!? — mis manos fueron directo a mis nalgas a la vez que le lanzaba una mirada — ¡No mires mi trasero!

— Ojala mis manos fueran las que tocan tu trasero... — dijo en un suspiro.

— ¡Pervertido! — chille.

— Es difícil no serlo contigo al frente — dijo picaron.

— ¡Yo solo estoy caminando! ¡Tú quisiste irte atrás mío! — grite.

— ¿Sabes que eso se puede mal pensar?

Mis mejillas se sonrojaron.

— Idiota — susurre entre dientes.

— ¡Oyeee! ¡Kei! ¿Tienes un asusto para esta noche?

— No sé.

— ¿Me quieres acompañar a ver los fuegos artificiales?

— ¿Eh? ¿Es hoy? 

— Sí, yo siempre quise que me acompañes — sus ojos se iluminaron.

— Depende.

— ¿De qué?

— Si tengo algún asunto — dije entrando a mi casa.

— ¡Ok! ¡Te estaré esperando! — se fue.

Cerré la puerta.

¿Voy? Bueno, como veo él es capaz de todo... ¡Hasta violarme! ¡Si! ¡Me violara! ¡Otra vez...! 

— ¡Neee! — me llamo la atención Miyuki.

— ¿Qué pasa? — pregunte.

— Debo ir al Doctor... 

— ¿Por qué? 

— Debe hacerse una ecografía, para ver cómo va el bebé — dijo Yuta.

— ¿Y Haru? — volví a preguntar.

— Trabajando... Ahora debo aguantar a esta jovencita — dijo.

— Suerte.

— ¡Hey! — se quejo Miyuki.

— La necesitare — dijo —, te quedaras solo por unas horas, invita a Katsuru si quieres. Si necesitas algo hay  dinero en la cocina.

— Okey.

— Adiós — Y se fueron.

Ahora... ¡Estoy solo! ¡Fiesta! ¡Okey no! solo... Jugare unos vídeo juegos y comeré algunas frituras... Sí, eso haré.

— ¡Muere! ¡Muere! ¡MUERE! — empecé a gritar.

Bueno, creo que lo vídeo juegos son mi obsesión. Debería leer algún libro... ¡A la mierda! ¡Jugare todo el día! 

Toc- Toc

— ¿Uh?

Fui a la puerta y abrí, por suerte en vez de encontrarme con Ichiro (que era lo que menos quería) me encontré con Katsuru. En sus manos sostenía ¿Alcohol?

— ¿Katsuru? ¿Qué es todo esto?

— Noche de alcohol — dijo entrando.

— ¿Como sabias que estaba solo? — pregunte.

— Yuta me dijo — tomo un control y empezamos a jugar. — ¡No hagas trampa!

— ¡Yo no he hecho nada! ¡Tú lo estás haciendo! 

— ¡Cállado! 

— Idiota... no, no, ¡NO! 

— ¡Ja! ¡Gane! — grito victorioso.

— Bastardo — susurre entre dientes.

— ¡Ahora porno!

— ¡QUE NO TENGO PORNO!

— En mi celular hay...

Ah, okey...

*

— Adiós — se fue.

Neee ¿qué hora es? ¿las 9 o 10 de la noche? Siento como si olvidara algo... Algo.... ¿Importante?

— Ichiro... — susurre.

¿Eh? ¿Ichiro? ¿Por qué? ¿Olvide algo?....

— Buenos días gente, ya solo faltan diez minutos para los fuego artificiales  se escucho la voz del noticiero en la televisión.

Ichiro... Fuegos artificiales.... solo quedan diez minutos...

— ¡Ya que! ¡No iré! — me acosté en mi cama. Me relaje e intente conseguir el sueño, pero no lo logro. ¿Qué pasa?

— Solo siete minutos... — la voz del noticiero resonaba en mi mente.

Sentía una incomodidad en mi cuerpo, tenía esas ganas de tomar mis cosas y correr.

— Cinco minutos... 

— Algún día me arrepentiré — dije tomando mi abrigo y dinero para después ir a mi encuentro con Ichiro.

Por fin llegue. Solo quedan dos minutos para que empiece ¿Dónde está? Empecé a buscarlo por la multitud. ¿Dónde estará?

Al pasar un tiempo logre encontrarlo. Se encontraba con la cabeza gacha, ¿está triste?

— ¿Ichiro? — susurre.

Ichiro alzó la mirada. Podía observar perfectamente el brillo en sus ojos, él estaba llorando. Sentí como mi pecho se abría un gran agujero.

— ¿Kei? — su voz sonó triste y a la vez sorprendido.

— ¿Estás bien? — pregunte.

Sus ojos dejaron de estar húmedos y sonrió.

— Si, porque llegaste — dijo.

Sentía que mi corazón se había aliviado. 

— Ven, apurémonos antes de que empiece — dijo tomando mi mano y corrimos fuera de la multitud.

Conseguimos alejarnos lo suficiente de la gente. No encontrábamos totalmente solos con una perfecta vista al cielo y sus estrellas.

— Siéntate y disfruta la función — dijo con una sonrisa. Nos sentamos en el césped y el cielo empezó a llenarse de luces.

Por primera vez en todo el día sentí un gran alivio y tranquilidad. Observé a Ichiro el cual admiraba el cielo y sus luces de colores. Debajo de sus ojos habían marcas húmedas, ¿Había llorado por mi?

— Eh... Ichiro — susurre.

— ¿Qué pasa? — pregunto mirándome.

— ¿Por qué... por que estabas llorando?

Su sonrisa se desvaneció, sus ojos entristecieron ¿dije algo malo?

— No es nada, solo... pensé que me habías dejado plantado, que te olvidaste de mí... — dijo — pero, ahora sé que estaba equivocado.

Me quede observándole, sentía una rabia conmigo. Aún observaba esa húmedas bajo sus ojos y el simple hecho me molestaba. Acerque mi mano a su rostro y con mi dedo seque el rastro de lagrima con cuidado.

Podía ver la expresión de asombro en su rostro, pero en sus ojos podía ver algo nuevo, una mirada tibia y acogedora. Un pequeño rubor acudió a sus mejillas y su mano tomo la mía, apoyándola completamente en su mejilla.

  — Te amo, Kei — Murmuró jalando de mi mano para después abrazarme. Escuché sus latidos y sentí la calidez de su cuerpo. Era una sensación extraña pero me sentía protegido entre sus brazos. — ¿Y tú, me amas?

— Tal vez... — susurre.

 

¡No seré gay!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora