Capítulo 30°:

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—Encuentrala–fue lo último que escuché antes de que Ekaterina desapareciera de mi vista.

Me levanté del suelo con un poco de esfuerzo. Sentí una punzada en mi estómago y dirigí mi mano hasta donde sentía la punzada. Logré colocarme de pie y solté un jadeo de dolor al escuchar mis costillas crujir. Bajé mi vista al estómago y éste estaba lleno de sangre. Mierda. Me había herido sin que me diera cuenta.

Subí las escaleras lo más rápido que mis piernas me permitieron y entré a la habitación rebuscando entre los colchones. Saqué todos los papeles de las mesas de noche, rebusque en el armario y nada. Pasé por el baño, mí rostro se encontraba pálido, ojos negros, y las venas se notaban demasiado. Gruñí ante mi reflejo y quité la tapa del retrete encontrándome con el libro envuelto en varias bolsas. Ekaterina y sus maneras de esconder cosas, rara.

Saqué el libro y quité todas las bolsas. Me senté en el suelo y lo abrí comenzando a pasar páginas rápidamente. Sentí el grito de Sofía. Agarré el libro en mis manos y bajé las escaleras con un poco de dificultad.

Patrick me observó desde lo último de las escaleras y pronto corrió hacia donde mí, pasando mi brazo por encima de su hombro ayudándome a bajar. Al final de las escaleras los observé a todos. Estaban llenos de sangre y se veían exhaustos. Un estruendo se escuchó afuera y pronto la puerta fue abierta. Todos se colocaron frente a mí listos para atacar, pero solté un suspiro de alivio al ver a Adeline entrando con Edward en sus brazos, quité a los chicos y corrí a donde Ed envolviéndolo en mis brazos.

—Dios, estas bien, estas seguro– lo despegue de mí y lo observé de pies a cabeza buscando algún rasguño pero el estaba bien. Sonreí levemente y besé su frente, quise agarrarlo en brazos pero no pude por el dolor.

Adeline lo agarró en brazos y camine a la cocina. Agarré una envoltura transparente que Ekaterina usaba para envolver la comida sobrante, una cuchara, encendedor y un pañuelo.

Me senté en la mesa y llamé a Louis, este se acerco a mí y le di las cosas. Alcé mi camisa y dejé ver una herida en mi torso. Esta estaba sangrando mucho.

—Calienta la cuchara y pegala por toda la herida cuando termine le colocas gasas y lo envuelves con el envoltorio transparente. –Lleve el pañuelo a mis labios y lo mordí. Di un leve asentimiento y Louis comenzó hacer lo que dije. Cuando término coloqué una camisa limpia y jale a Sofía por el brazo.

—El mapa al inframundo, ahora–señalé al libro.

Los chicos abrieron sus ojos ampliamente.

—Sí entras no tienes salida y lo sabes Harry– chillo esta un poco molesta.

—No me importa, Ekaterina está ahí y la voy a salvar. Estaba apunto de tener los bebés cuándo el se la llevó, si llego a tiempo ella y los bebés estarán a salvo y lo sabes, así que por favor ayudame y no lo hagas tan difícil. Soy yo el que me estoy arriesgando no ustedes. – dije con mi ceño fruncido, mis brazos se encontraban cruzados mirando a todos seriamente.—Ustedes se quedarán aquí, ayudarán a los heridos y cuidarán a Edward. En un abrir y cerrar de ojos estaremos aquí – dije seguro.

—Ella estará aquí, querrás decir– gruñó por lo bajo Sofía.

Esta un poco reacia señaló una página del libro. Pero no veía nada, esta bufo y pinchó mi dedo haciéndolo botar sangre. Colocó mí dedo en el centro y mi sangre comenzó a dibujar el camino.

Agarré el mapa y comencé a caminar hacia la puerta, sentí los pasos de Patrick y me giré hacia él.

—No.– gruñí y negué con la cabeza.

Íncubo |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora