Mascara-Rendición

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Las cosas estaban como debían estar, tranquilas. La Reserva cada dos o tres semanas estaba enviando un camión a un aeropuerto privado para que se enviaran a los rescatados o hembras regalo a las islas donde iniciarían su recuperación. Cada transporte era vigilado y supervisado las doce horas, nada podía salir mal. Nada.

Nuria Beck Rose sonrió frente la pantalla de su monitor, llevaba días hablando con una chica de un grupo de medicina y era increíble, serian grandes amigas si se conocieran de frente. Ella lo sabía. Escucho la puerta de su habitación abrirse, cerró un poco la pantalla de su laptop y frunció el ceño al ver entrar a Magali, usualmente ella era de tocar antes de entrar.

- Buenos días, Magali. -saludo sonriendo, a lo que su compañera respondió con el ceño fruncido.

- Son "tardes", Nuria. -se rio bajo. -Pero acepto tus buenos días, por cierto, tu padre me pidió que fueras con él. Estará en su casa.

- Gracias.

Magali podía ser un día esa chica dulce que a cualquiera llena de alegría, otras veces era aquella que te podía dar unos concejos de lo más increíbles y astutos, pero unos más era aquella que con solo la mirada te podía congelar. Su cabello de un rojizo anaranjado de rizos, siempre esta sostenido en una coleta alta. Las clásicas pecas le daban un toque encantador, su cuerpo llano donde debía estarlo la hacía lucir realmente hermosa, era una lástima que ella no se diera cuenta de ello.

Con un suspiro cerro la pantalla de su laptop, dejándola a un lado para poder desesperarse. Sin darse cuenta ya era medio día, cosa extraña en ella que siempre tenía su tiempo muy bien organizado. Salió despidiéndose de su amiga con un movimiento de mano, ella se lo devolvió con el mismo gesto y una gran sonrisa, era una gran chica.

Por los pasillos de las hembras de aquel hotel se encontró a Breeze con una gran sonrisa, tras de ella se podía observar a Troy y era obvio por esa sonría que compartían de que algo muy gordo se traían entre manos. Lo más seguro era que por fin estaban juntos.

Les sonrió, pero pareció que no la notaron así que sigo avanzando y al salir del gran dormitorio se sorprendió por tanto movimiento que últimamente había, la razón era obvia. El traslado a las islas, de hecho muchas parejas irían a las nuevas hábitat "Nuevo Hogar" y "Encontrando la paz", ambos nombres habían sido seleccionados por los Especie y Voraces.

Erendi y Noble, Lucy y Forest, Gian y Salvation, más otras parejas habían decidido quedarse, pero Leo y Jericó con su respectivas familias habían decidido ir a la isla Nuevo Hogar. Era una gran decisión si lo único que querían era agrandar su familia. Caleb era otro Especie que había decidido irse de la Reserva junto con su familia. Ella estaba deseando que el próximo en irse fuera ese lobo maldito.

La rabia la consumió más rápido que nunca, siempre le pasaba cuando recordaba aquel día en aquella isla. El como él la acariciaba y besaba, como hacia chocar su pelvis contra ella para hacerla gemir, se había sentido en el mismo cielo, pero entonces tuvo que decirle al oído "Trisha". En ese momento todo se había vuelto a repetir, todo había pasado como en su luna de miel...

Soltó un bufido irritado, sacudió la cabeza y volvió a concentrarse en su meta: ir a ver que quería su padre. Hace ya un mes que su padre se había vuelto la combinación de Voraz, Humano y Especie, pero en él se podían apreciar claramente sus raza. Las manchas de leopardo que ahora decoraban su hombro derecho, columna y lateral del cuello lo hacían muy obvio.

Aun tenia pesadillas de perder a su papá, era tan doloroso el pasar por eso todas las noches sin falta, el recordar el descenso de su madre y sumando el de su padre, era tan cruel que se le hacía extraño que su cerebro siguiera avivando esas imágenes si sabía que le causaban dolor.

Brass (Nuevas Especies 9)Where stories live. Discover now