Bombas y más bombas.

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Le dedico este capítulo a todos mis lectores, perdón por tardar tanto.

– Me parece un plan terrible. – Dice Tib. Está en su forma humana.

– ¿Tienes uno mejor? – Pregunta Steven, levantando una ceja, desafiante.

Tib resopla, y patea una pared. Briana pega un saltito.

– Nos vas a matar a todos. – Tib se siente acorralado. Lo sé.

Steven se encoje de hombros.

– Moriremos de cualquier forma.

Tib lo agarra del cuello de su camiseta y lo estampa contra una pared.

– Escucha bien, pedazo de sabandija. – Tib presiona con sus nudillos, la mandíbula de Steven. Sus caras están tan cerca que mi hermano tiene que cerrar los ojos, para que no le entre la saliva que escupe Tib al hablar. – No sé cuántas veces te lo repetiré: no vamos a morir. ¿Entiendes? Ni tú, ni tu hermana, ni yo. Esa Urganiana está mal de la cabeza. Así que deja de hacerte el kamikaze, y ayúdame a pensar un plan más coherente y que no involucre danzar con la muerte, ¿entiendes?

Steven asiente con la cabeza.

Tib lo suelta con brusquedad. Se para enfrente de Briana, y se inclina hasta que sus caras quedan enfrentadas, con sus manos detrás de la espalda.

– Veamos, Briana, querida... ¿tienes algo que decir acerca de la Urganiana? – Pregunta lleno de impaciencia.

Briana niega con la cabeza, abriendo los ojos como platos.

– Bien. – Tib le sonríe, y vuelve a dirigirse hacia mi hermano.

– No se me ocurre ningún plan. – Dice Steven, acariciando su mandíbula enrojecida, antes de que Tib diga algo.

El Urganiano vuelve a resoplar. Pero no patea la pared. Se tapa la cara con ambas manos. Sé que no tienen otra opción. Tarde o temprano el terrible plan de Steven tendrá que ser llevado a cabo.

– ¿Tami?

Abro los ojos de golpe. Vuelvo a la habitación de Akto. Nitreon está sentado al borde de la inmensa cama, como humano.

– ¿Qué? – Pregunto, desperezándome.

– ¿Qué viste?

Sacudo la cabeza confundida. Primero: no entiendo cuándo volvió a ser humano (y como es que tiene ropa, porque se le despedazó toda cuando se convirtió en el edificio). Segundo: cómo sabe que tuve otra visión.

– ¿Qué?

– Hablabas dormida. Sonabas como mi hermano. ¿Qué viste?

Le cuento todo, entre bostezos y cabeceos. El sol Urganiano todavía no salió. Bueno, el primer sol. Porque creo que son tres o algo así. No sé. Debería estar durmiendo, pero Nitreon me despertó.

– Supongo que no recuerdas en qué lugar estaban. – Me dice.

Sacudo la cabeza.

– Hey.

Abro los ojos de golpe. Me acabo de quedar dormida.

– ¿Si? – Pregunto rascándome un ojo.

– A partir de ahora... eee... estaré como humano, ¿okay?

Levanto mi dedo pulgar y me tiro sobre la enorme almohada.

Akto nos prestó su cuarto, y él se fue al de Akita.

PODEROSOS (#3)Where stories live. Discover now