Tom Holland

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El mejor día de mi vida:

Existen días buenos y días malos, y aquellos que consideramos buenos solemos llamarlo "El mejor día de mi vida" y al final, cuando nos preguntando ¿Cuál fue el mejor? Tenemos que hacer cabeza para recordarlo.

Pero yo recordaría el mío el resto de mi vida.

Comenzó a las 12 a.m exactamente, cuando llegamos a la fiesta, tenía un largo estudio azul con brillos que lo decoraban, Tom estaba a mi lado con un traje y se veía más guapo de lo normal.

Estábamos con unos amigos en una fiesta privada a una hora de la cuidad, en un salón abierto donde se podía ver el cielo lleno de estrellas, y el Dj estaba en su mejor momento.

Tom comenzó a jalarme para que bailaba con el, haciendo caras graciosas mientras que yo bebía de mi trago en mi mano, se escuchaba "No Broken Hearts" y la gente cantaba y bailaba inspirada.

Comencé a moverme sin importar que mi trago se botaba por todos lados y que me pisaban el carísimo vestido, estaba feliz, estaba con Tom, que trataba de seducirme mientras bailábamos, y lo lograba, por qué solo quería besarlo y jalarlo del cabello desesperadamente.

--No Broken Hearts in The club...-cantaba a todo pulmón mientras que inconscientemente señalaba al cielo cantando seguida de Tom, comencé a saltar al ritmo haciendo que mi cabello fuera de un lado a otro.

Mire a Tom mientras saltaba, reía y me jalaba hacia el para unir nuestros labios en un beso que parecía que el mundo enfocará la mirada entre nosotros, lo adoraba, me cargo en sus brazos y comenzó a dar vueltas mientras que lo besaba.

Para cuando se hicieron las 5 de la mañana, la gente se marchaba y ya no había música, así que fuimos al auto donde habíamos llegado, y Harry el dueño, puso música, y seguimos bailando mientras que aparecía el sol sobre nuestras cabezas.

--¿POR QUÉ NO VAMOS A LA PLAYA?-dijo una amiga emocionada.

--Si es a dos horas...-dijo otra.

--¡VAMOS!-gritó Tom, subiéndose a su auto, y la gente alrededor se reía de nosotros.

--Si te vas yo también me voy...-comencé a cantar mientras me subía al auto en el copiloto, y el puso la canción de Enrique iglesias, y comenzamos a cantar mientras agarrábamos la carretera vía a la playa, aún activos y sin una pizca de sueño.

Paramos a comprar empanadas en un puesto en la carretera, aún en vestidos elegantes por qué no habíamos traído otra ropa, y la gente nos miraba raro, y solo reíamos.

Cuando terminamos de comer nos volvimos a subir al auto, y faltaban 30 minutos para llegar, y lo más hermoso y emocionante de todo el viaje es cuando sabes que vas llegando, y sientes el agua salada en tu nariz, con la brisa y las palmeras.

---YO TENGO UN FLOW CABRON-cantaba Harry a todo pulmón en el otro auto, y rei al ver como todos movían la cabeza al ritmo de la música, y saque la cabeza por la ventana recibiendo la brisa fresca.

Nos bajamos del auto, llenándonos de arena, y me saque los tacones comenzando a correr por la orilla mientras que Harry subía el volumen al máximo, llamando la atención de todos los que estaban en la playa.

Ocho locos en trajes y vestidos, con música a todo volumen bailando como drogados a la orilla de la playa no era nada discreto.

Tom me empujó cayendo de cara al agua, tragando su salado sabor, grite mientras corría detrás de él, tratando de ahogarlo, y termine sacándome el vestido quedando en ropa interior y más ligera, salte sobre su espalda y comencé a tratar de ahogarlo.

Los demás me invitaron sacándose la ropa, y comenzaron a hacer estupideces también, y yo aún seguía sobre la espalda de Tom riendo mientras lo usaba de caballo y lo jalaba del cabello para que fuera más rápido.

Nos lanzamos agua mientras que tratábamos de ahogarnos, compramos helados, era como si fuéramos eternos, con el sol en su punto más alto, el calor aumentaba y mi piel ardía, no nos importaba habernos perdido dos días, en realidad, no nos importaba nada.

Queríamos recordar esos momentos toda nuestra vida, como el mejor día de nuestra puta existencia.

Para cuando se hicieron las 5 de la tarde, fuimos a comer pepitos en un puesto a un lado de la carretera, echos nada, todos mojados y con el maquillaje corrido, y después volvimos al auto para poner música; mientras que cada minuto nos acercábamos más a casa.

Tom puso música, y era como si no nos cansáramos de bailar, solo movíamos los brazos y cantábamos.

--Todavía la andan buscando... Bebiendo se fue y no a vuelto...-cantaba mientras señalaba a Tom y sonreía.

--Detrás de ella me fui, como loco con su locura.-me respondió, y veíamos el hermoso atardecer.

Sabía que los iba a extrañar; que está era la última vez que íbamos a estar todos juntos en mucho tiempo, y que si me castigaban el resto de mi vida iba a valer la pena, por qué vivi los mejores momentos junto a mis mejores amigos y el amor de mi vida.

El cielo se tornaba de un color naranja con rosa y pensé que esta sería la última vez que vería el amanecer de mi hermoso país, no quería marcharme, pero tenía que hacer mis estudios en otro lado.

Este país era especial, con su gente, su sabor, su música, sus tradiciones, además, Tom.

--Yo... No puedo ni quiero sacarte de mi corazón.--Cante a todo pulmón, haciendo que los demás se rieran. Y tome el rostro de Tom para besarlo, como si fuera la última vez, mientras trataba de no reír con los comentarios de los demás.

Apoye mi cabeza en su hombro, tratando de descansar un poco sentada sobre sus piernas en todo el viaje y no había parado de moverme un segundo, y me abrace a su cuello con mis brazos.

--Te voy a extrañar demasiado.-Le dije, el rozó su rostro contra el mío, como si fuera un gatito.

--No hablemos de eso Ahorita, descansa.-dijo, y obligó a esconder mi rostro en su cuello, para dormir.

Con el olor a agua salada que tenían sus rizos, y lo cálido y pegajosos que estaban sus brazos, no tarde en quedar rendida.

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