//Acostumbrado a esto//

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Conformismo.
Era la palabra que más usaba, pero era lo que menos hacia, o eso había creído.

Parecía como si mi vida se hubiera detenido, como si estuviera estancado en las situaciones cotidianas de siempre.
Yo hacia lo mismo, quejarme de la manera en la que todos llevaban su vida y ver como el mundo se pudría ante el egoísmo de cada uno.
Y en mi opinión, eso era conformismo de mi parte.

Me estaba rindiendo ante la vida, lo único que hacía al respecto era llenar mi mente de palabras, que en el pasado, habían sido pensamientos parecidos a los mios por escritores que habían sobrevivido durante las décadas siguientes.

Era lo mismo de siempre.
Y esa era la razón por la cual me había cansado de todo esto, no quería pertenecer a ellos, no quería dejar mi vida pasar y acabarme poco a poco sin darme cuenta.

En realidad antes hablaba del suicidio como si fuera una palabra común, pero mediante crecía, y mediante leía, me parecía que a pesar de que el mundo era un asunto difícil de comprender, la gente algo que no me interesaba, la vida podía ser oscura pero interesante.

Y pronto conocí aquello interesante para mi vida.

Jamás me había interesado por nada, en absoluto, ni siquiera me había esforzado por hacerlo.
Pero la primera vez que lo hice, fue extraño.

Disfrutaba recordarlo, y disfrutar era algo no común en mi.

Aquel día había sido común, como habitualmente lo era.
Había asistido a clases, pero cuando llegue a mi límite al ver lo conformistas que eran todos a mi al rededor, y notar como tomaban la vida como si de un juego se tratara, cogi mis cosas y fui al techo, en donde habitualmente estaba, con aquello chicos con pensamientos parecidos a los mios.

-Me parece mejor cuando el sol no esta, el sol es de conformistas.

Dijo Henrietta clavando su mirada hacia el cielo nublado.

-Odio depender de él, si fuese por mi, permanecería en el lado de la noche, pero para sobrevivir necesitamos la fotosíntesis de las plantas, y sin las plantas moririamos.
No me importa morir, pero no quiero morir dependiendo de ella, eso sería tan conformista.

Se quejo Firkle arrojando la lata vacía de energisante.
Gracias a que nuestra hora de reunión era durante las madrugadas, a todos nos era difícil dormir.
Preferíamos tomar esas cosas que seguir la rutina de la humanidad.

-¿Cuál sería su manera ideal de morir?

Pregunto con suma normalidad Michael.
La mirada de todos permanecía en el gris de las nubes.
Aquella pregunta no estremeció a ninguno, pues ese tipo de cosas era normal hablarlo entre nosotros.

-A mi me gustaría morir frente a mucha gente, me sería satisfactorio marcar de por vida sus frágiles mentes.
Un suicidó, si, posiblemente dejarme caer desde un edificio.

Dijo el menor del grupo cogiendo otra lata de la bebida.

-A mi me gustaría morir en mi habitación, ya saben, me sería divertido la reacción de los conformista de mis padres el hallar mi cuerpo después de unos cuantos días de muerta.

Michael asintió.
Firkle subió sus hombros.

-A mi me gustaría morir ahogado.
Un día simplemente llenar la bañera y sumergirme en el agua.
Me gustaría sentir aquel limite de la vida, la delgada línea entre la vida y la muerte.
Mirar como salpica el agua por mis convulsiones.
Ser consciente del momento en dl que que mi corazón dejará de latir.
Esa forma es mi ideal.

Las palabras de Michael fluían con naturalidad.
Las gotas de agua comenzaron a salpicar el piso, apagando a su vez el cigarrillo de todos.

Ninguno parecía preocupado por mojarse, todos permanecimos sentados como si nada estuviera pasando.
A ninguna le preocupo el hecho de que el delineador negro y rojo se corriera.

-¿Qué hay de ti Pete?

Pregunto Henrietta.
El labial permanecía en sus labios mientras de sus ojos escurría una gruesa capa de pintura negra.

-No he decidido como morir.

Dije a la vez que recargaba mi cabeza en la pared.

-Sólo sé que aún hay muchas cosas que quiero cambiar antes de hacerlo, no quiero morir siendo nadie como muchos lo han hecho.
No es como si deseara ser famoso, en absoluto, eso es jodido, pero al menos quiero cambiarle la forma de ver la vida a alguien, marcarlo.

La intensidad de la lluvia aumentaba.
Todos permanecieron callados, pero entre ellos intercambiaban miradas, asumí que lo que había dicho les había tomado por sorpresa.

-Pues si así lo quieres sólo hazlo.

Dijo el menor con indiferencia.

Ninguno dijo más.

-Vamos al cementerio.

Propuso Henrietta mostrando a su vez un nuevo libro de culto gótico.
Los chicos se pusieron de pie y la siguieron, por mi parte me detuve y camine al lado contrario.

-Hoy no tengo ánimos.
Iré a leer algo por mi cuenta.

Dije sin más tomando el camino contrario.
Ellos no preguntaron más y se fueron.

Las marcas de falta de sueño ya se remarcaban en mis ojos.
Las bebidas energisantes no era de mi agrado, de hecho, ninguna se comparaba con la manera en la que el café te quitaba el sueño.
No había mejor manera de permanecer despierto que el café.

Gruñi, pues el Village Inn quedaba al otro lado de la ciudad.
Me jodia tener que regresar de vuelta sólo para satisfacer a mi sistema.

-No jodas.

Dije con la voz un poco elevada, pues la única cafetería que me quedaba cerca era Coffehouse.Bros

Era consciente de la cantidad de gente que siempre había, al igual de la amabilidad con la que eras tratado.

Lo único que haría, seria pedir un café para llevar e irme.

La distancia era poca, así que no tarde en llegar.
Relaje mis hombros al entrar, me sentí menos fastidiado al mirar que hoy la demanda por un café no era mucha.

Gracias a ellos, y gracias al visualizar que incluso la cafetería tenia una mesa algo distanciada y solida, opte por tomar el café ahí.
Sin mucha importancia me dirigí a esa mesa.

Poco tardaron en atenderme.

-Bi-bienvenido... ¿que te ofrezco?

Desvíe mi mirada del libro que había comenzado a leer hacia el chico que me hablaba.

Todo había pasado tan rápido que ni siquiera fui capaz de poner resistencia en el momento en el que un recorrido eléctrico estremeció mi cuerpo al clavar mis ojos en los de él.
Solamente todo paso de repente.
No pude tomar control al tratar de indagar en la alma de él a través de sus ojos.

Esa mirada la conocía, era muy parecida a la mia.
Sin energía, sin saber bien que pasada, dependiendo de algo.

Por primera vez en mi vida me había interesado en conocer a alguien.
Sentía la necesidad de hacerlo.

Odiame mañana (Tweek & Craig)Onde histórias criam vida. Descubra agora