Cap 4

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[Jackson]

El encargo salió a la perfección. Los niños volvieron con su madre y Hwa se encargó de enviar a un grupo de personas para limpiar los cuerpos y cualquier posible rastro. También recibimos una buena suma de dinero, pues lo padres eran gente de fortuna, lo que me daba a pensar en porqué no decidieron pagar el rescate y ya está. Hwa me dijo que no confiaban en los captores, lo que me pareció absurdo, es decir, no confías en los que han raptado a tus hijos, pero confías en un hombre que tiene casi quince unidades bajo su mando de personas que no dudarían en raptar e incluso matar si así lo requiriese su jefe.

Bueno, de todas formas poco me importaba. Ya estaba todo terminado y yo habría cobrado un precio justo. Ah, y con precio justo me refería a que mi sueldo había aumentado debido a que ahora tenía que encargarme de la princesa. Quizás a muchas personas les compensaría, pero a mí no. Ninguna cifra iba a poder compensar los problemas que me daba ese chico de labios perfectos y con una obsesión por el rosa.

"No le pegaste. No le tocaste un pelo a pesar de que podías haberlo hecho. Se lo tenía merecido"

Era cierto. Seguro que su tío no se opondría a que reprendiese a BamBam con el objetivo de meterle en la cabeza que no puede hacer lo que le dé la gana y que si le ordeno algo, lo cumple y punto. Estaba a mi cargo, cierto, pero si no le dejaba las cosas claras seguro que acabaría por suceder lo peor.

- ¡Princesa!

Llamé a la puerta del baño y me quedé esperando apoyado en la pared, con los brazos cruzados esperando a que saliera. Llevaba casi hora y media ahí dentro. La primera vez pensé que se había ahogado y casi tiré la puerta abajo, luego me enteré que simplemente tenía la manía de darse baños interminables. Suspiré y me incorporé para llamar por segunda vez a la puerta.

- ¿Qué quieres?

Abrió la puerta de golpe, sorprendiéndome. Iba con un albornoz rosa ajustado a la cintura, marcando más esa figura de modelo. Porque sí, BamBam podría trabajar perfectamente de su imagen. No entendía porque prefería meterse en este mundo, la verdad.

- Tengo que hablar contigo.

- ¿Es sobre el color del coche nuevo? Tranquilo, ya me dijo mi tío que no podía ser rosa. Tenías razón.

- No. No es eso - cerré los ojos y masajeé mis sienes, intentando relajarme al tiempo que recordaba la increíble discusión que tuvimos acerca del color del coche de la empresa. De verdad que este chico era demasiado para mí.
- ¿Entonces?

No le respondí, tan solo comencé a andar en dirección a mi cuarto, el cual ahora estaba increíblemente más ordenado. De hecho desde la llegada de BamBam, todo el apartamento tenía mucho mejor aspecto. Entró tras de mí y se sentó en mi cama, mirándome expectante por lo que tuviera que decirle.

- No puedes hacer lo de ayer.

- ¿Eh? -ladeó ligeramente la cabeza sin comprender, hasta que de inmediato abrió la boca y agrandó los ojos, entendiendo a que me refería.

- ¿Lo de no esperarte?

- Lo de no cumplir mis órdenes.

Rodó los ojos y se dejó caer en la cama de espaldas con desgana, rebotando dos veces sobre el colchón. Al hacer eso el albornoz se le entreabrió un poco por el torso, dejando a la vista parte de su pecho y abdomen. Estaba mojado por el reciente baño que se acababa de dar, y tenía la piel tan lisa e intacta que me impulsaba enormemente a marcarla de alguna forma. Fui bajando hasta sus muslos, los cuales también estaban descubiertos hasta la mitad, perfectamente depilados y con un tono de piel muy pálido, demasiado apetecible.

¿Y si Me Tuviera Que Marchar? JackBam.Where stories live. Discover now