Epílogo (versión Definitiva)

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Cinco años después

-¿Entonces? - me preguntó Madame Du Barry, mientras comía un bocadillo de salmón.

El sol calentaba mi rostro, hacía el calor típico del verano en la campiña, de esos que ni el costoso abanico de plumas podía quitar.

El bosque nos rodeaba, y mi pequeña Alexia correteaba entre los árboles junto con el pequeño hijo de Madame Du Barry, Françios.

Suspiré.

-mi duque terminó casandose con esa muchacha frivola.- dije al fin. Ahora, después de tanto, ya no dolía pensar en Alexander, que, según sabía gracias a las cartas de Alinne, acababa de regresar a Inglaterra después de un largo viaje a Austria con su esposa.

-y fue cuando decidiste regresar a Francia y adoptar a Alexia.- Madame Du Barry sonrió. Ella me inspiraba confianza, aún cuando llevaba poco menos de cuatro años de conocerla.

-en realidad, Madeline.-le dije. -... Alexia es hija de mi amor por Alexander. Poco después de regresar a Francia, me encontraba de camino a París, y fue cuando una comadrona me lo dijo. Me quedé en un pequeño poblado cercano a Versalles el tiempo suficiente para dar a luz a mi hija.

Sorprendida, Madame Du Barry, dejó de comer y me miró, tal vez pensando que le estaba tomando el pelo. Pero después de un momento miró a mi pequeña.

-Ahora entiendo su parecido contigo... - me dijo sonriente. -... Se nota que heredó tu belleza.

Miré a mi hija un momento, ella reía despreocupada, vestida en su traje azul, sin saber nada que la afectara.

Era una pequeña pelirroja preciosa de cinco años de edad, y aunque podía ver mucho de mi en ella, como su piel aperlada, esos pomulos altos, y el inconfundible cabello rojizo. También veía tanto de su padre en ella. Alexia tenía los mismo impresionantes ojos azules de su padre, la misma barbilla semi partida, la misma nariz y la misma forma de los labios. Además de que en su forma de ser tampoco distaba mucho del duque. Alexia era confiada y alegre, altiva, pero también extremadamente tierna.

Lo único que le faltaba en su vida a mi pequeña, era Alexander.

-¿Y Mounsier De Polignac? Yo habría vuelto a buscarlo. - Madeline me regresó a mi presente. Sonreí.

-El amor que Jaques decía profesarme le duró dos años más... - le dije. -... Después conoció a una bella dama italiana, madre de dos hijas, viuda de un marqués. Se casaron y ahora, Jaques tiene a su preciado hijo varón. Suelo visitarlos, pues siguen siendo mis vecinos en París, y la verdad es que llevo buena relación con su esposa, Simone.

Madeline me miró ceñuda, algo no le agradaba. -¿y tu? ¿Todos tienen felicidad menos tu? Aún eres joven, podrías casarte.

Me reí. Es suposición era absurda.

-¿Y quién se casaría con una madre soltera? ¿con alguien con mi pasado? - me reí, era tonto pensar así.-.. Además mi felicidad es mi pequeña, por ella es que ahora vivo, y por quien viviré. Ya no me interesa el amor romántico, ya lo viví dos veces y ambas me ha lastimado y resulttaron ser fracasos de tamaño colosal. No soy lo suficientemente fuerte para soportar otra desilusión. Prefiero seguir siendo solo Madame Du Pronte, la madre de Alexia, y darle todo cuanto esté en mi mano, para que sea feliz. Pues yo no pienso volver a sufrir por estar entre un amor y secretos.

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N/A: oh vamos no me odien. Escribí otra versión par los que queden inconformes. Sin embargo esta fue la versión definitiva.

Los leo allá.

Atte.
Lenka Mockingjay

Pd. Anexo foto de Alexia *-* a ¿¡que es adorable!?

Amor Y Secretos (Saga Amour #2)Where stories live. Discover now