Capítulo 32

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 Siento mi corazón latir en mi frente, dándome punzadas de dolor. Mis ojos siguen pesando y mi cuerpo se siente pesado y gelatinoso al mismo tiempo. ¿Qué me pasó? ¿Dónde estoy? Abro los ojos lentamente. Trato de inspeccionar la habitación donde me encuentro pero todo está obscuro, distingo un ventiluz en la parte alta de la pared frente a mi. Estoy acostada sobre lo que parece ser una cama bastante incómoda. Hace frío y no entra nada de luz por esa pequeña ventana. ¿Será de noche? No recuerdo nada, ni cómo llegué aquí. Frunzo el ceño. Lo último que recuerdo es... oh, no. Las dolorosas palabras de Derek, mis sollozos y... Brandon. ¡Brandon! Reacciono y me incorporo de un salto, haciendo que las punzadas en mi cabeza aumenten. Llevo mis dedos a mi cabeza y masajeo mis sienes, en un inútil intento de calmar el dolor. ¿Cómo demonios llegué hasta aquí? ¿Qué me hizo? Cuando el dolor disminuye a penas un poco, saco mis manos de donde están y reviso mi ropa. Sigo con la misma ropa que ayer. Cuidadosamente, me levanto de la cama para inspeccionar el lugar.

 Mis piernas tiemblan cuando sostienen mi peso, mis ojos se acostumbran a la oscuridad, haciendo que mi visión sea un poco mas clara y precisa. Hay una cama de una plaza detrás de mi, distingo dos puertas adyacentes con unos metros de separación entre éstas. Me dirijo a la de la derecha y trato de abrirla. No abre. Resoplo con fastidio. Me dejó encerrada. Suspirando, me dirijo a la otra y me sorprendo al poder abrirla. Palpo con mi mano la pared de adentro del lado derecho y encuentro un interruptor de luz. Esperanzada, lo presiono. La luz se enciende y achino mis ojos al recibir la iluminación. Es un baño: tiene una ducha pequeña, un inodoro y un lavamanos. Sorprendentemente, hay una toalla colgada al lado de la bañera y otra colgada al lado del lavabo. También hay un espejo y una alfombra. Frunzo el ceño y volteo para ver la habitación con mas claridad, ahora que tengo luz en el baño. La cama tiene un colchón, una frazada y una almohada. No hay mesita de luz. No hay alfombra. No hay lámpara. No hay armario. No hay nada, excepto la cama y el ventiluz. Mis hombros caen en derrota. Suspiro; debo encontrar la forma de salir de aquí.

 Me acerco a la ventana con paso decidido, aprovechando que el dolor punzante de mi cabeza está desapareciendo. Está demasiado alta y tiene una manija, indicando que puede abrirse. Eso me da cierta esperanza. Tal vez puedo acercar la cama, pararme en los barrotes y fijarme si se puede abrir. Tal vez pueda caber y salir por ahí...

 Escucho pasos y se mi corazón se acelera. Me acerco a la cama rápidamente y me siento sobre la pared, doblando mis piernas hacia mi pecho. Abrazo mis piernas y escondo la mitad de mi cara atrás de mis rodillas. Se escucha el ruido de la cerradura abriendo y, luego, Brandon se hace presente en la habitación.

 – Mira quién despertó – exclamó fingiendo entusiasmo.

 Entra y cerra la puerta detrás de él, guardando la llave en su bolsillo trasero. Trae una silla en la mano.

 – ¿Por qué estoy aquí? – pregunto a penas audible, con miedo.

 Ríe cínicamente y se acerca, haciendo que mi cuerpo se tense.

 – Tu estás aquí para que yo pueda terminar lo que años atrás empecé.

 Se aleja y mi cuerpo se relaja levemente... ¿Qué me va a hacer? Coloca la silla donde está la pequeña ventana, pero a la esquina, y se sube a ésta. La luz del baño no alcanza como para que yo pueda ver lo que está haciendo. Un momento después, se baja de la silla y arrastra el objeto hasta quedar frente a mi. Se sienta y me mira impasible. Mi cuerpo vuelve a tensarse.

 – Espero que seas muy cooperativa con esto, Hastings. – dice amenazante – Te advierto una cosa – dice levantando el dedo índice – cuanto más rápido hagamos esto, más rápido te puedes ir.

 Lo miro con los ojos bien abiertos. Sé qué quiere hacer y no lo puedo permitir. No puedo dejar que me tome como un objeto sexual, me grabe y después lo publique... un video de ese grado dejaría en vergüenza a toda mi familia, perjudicaría la empresa de mi padre y la revista de mi madre. Voy a luchar. Sé que cualquier chica pensaría en lo horrible que sería que alguien la exponga de esa manera y yo pienso lo mismo, el detalle aquí es que a mi me importa más mi familia, de lo que la gente pueda pensar de mi si ese video sale a la luz. Prefiero estar encerrada aquí de por vida a dejar que algo así se divulgue por Inglaterra.

La vida de LorelayOnde histórias criam vida. Descubra agora