━━━Loki o mas conocido en Asgard como: El Dios de las Mentiras, adquiere a Kayra, su nueva esclava. Que con el tiempo empieza a enamorarse de ella, pero su orgullo no se lo permite. Y, constantemente tiene una lucha interna consigo mismo, ya que tie...
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-ˏˋ𝐔𝐍 𝐁𝐄𝐒𝐎 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃ˎˊ-
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A la mañana siguiente, el hijo adoptivo de Odín se despertó en su cama con una sensación inusual en el pecho. La suave luz que se filtraba por las cortinas le indicaba que algo había cambiado afuera. Se levantó con urgencia y se dirigió hacia la ventana, y allí, la vista que se desplegó ante sus ojos lo dejó sin aliento: todo estaba cubierto por un manto blanco de nieve recién caída.
Su corazón latía con una mezcla de anticipación y preocupación. Rápidamente, se vistió, mientras sus pensamientos giraban en torno a un destino ineludible. Con un gesto hábil y una concentración profunda, convocó su magia y en un destello de energía, desapareció de la habitación, dejando atrás solo el eco de su partida.
En un abrir y cerrar de ojos, se materializó en el lugar donde había dejado a su esclava. Ante él, la entrada a la celda estaba protegida por un hechizo que en su momento había colocado. Con una expresión determinada, disipó el encantamiento y avanzó hacia el interior.
La visión que encontró lo hizo detenerse en seco. Su esclava yacía en el suelo, rodeada por un manto de nieve que parecía haberse depositado allí con una delicadeza etérea. Con el corazón en la garganta, se acercó a ella y su preocupación se agravó al notar la palidez de su piel.
Los labios, violáceos y quemados por el frío implacable, eran una señal clara de los estragos que el invierno había causado. El cabello de la esclava se había teñido de blanco, como si hubiera absorbido la esencia misma de la nieve que caía sobre ella. Era una imagen que cortaba como una daga en el corazón de Loki.
Una punzada de dolor y responsabilidad lo atravesó al notar que los brazos y pies de la esclava estaban expuestos a las bajas temperaturas. Sin pensarlo dos veces, se arrodilló junto a ella y comenzó a llamarla con voz preocupada.
— ¡Hey, despierta! —Mueve el brazo de la joven, pero no reacciona.
La angustia se acumulaba en su pecho, creando un nudo que parecía imposible de deshacer. Miró a la esclava con desesperación, buscando cualquier señal de respuesta en su rostro. Sin embargo, ella yacía inmóvil, como si estuviera atrapada en un sueño profundo del que no podía despertar. La culpa lo carcomía desde adentro, haciéndole sentir como un monstruo por haberla dejado en esa situación.
— ¡Despierta! —La sacude violentamente—. ¡Despierta! —Ella sigue inmóvil y él comienza a preocuparse aun más—. ¡¿Kayra?! ¡Despierta, niña!
El hijo adoptivo de Odín cargó a la joven en sus brazos con un sentido de urgencia que superaba su magia. En un abrir y cerrar de ojos, se encontraron de nuevo en su habitación, donde depositó con cuidado a su esclava en la cama. La necesidad de acción lo impulsó a encender el fuego en la chimenea, llenar la bañera con agua caliente y llevar a cabo una serie de acciones rápidas y decididas.
