Perder el control.

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Bien, es aburrido, pero es mejor que ir a la cárcel y es mejor que aprovecharme de una niña. Pienso en una especie de bar en el que llevo toda la tarde y conozco bien, antes veníamos con Jaque y compañeras de la universidad, algunos de los cuales son nuestros colegas ahora y la relación se ha mantenido.

Mis días han estado horribles, sinceramente todo lo que hago es horrible. Extraño nuestras peleas y sus inocentes y hermosos acosos sexuales. Es difícil reconocer que cambiaría todo esto por un besito de los rápidos que me dio en la playa. Suspiro.

—¿Por qué tan nostálgica linda? — Escucho una voz masculina. Sonrío por dentro. Al menos esto sirvió para ligar. Si algo se hacer bien ... ¿es esto no?

En fin, ¿vale la pena que describa lo que ocurrió después? Enserio me aburre, es decir, se siente bien pero no estoy aquí. No es culpa suya, él vino buscando lo mismo que yo y punto. Siendo las dos de la mañana. Tomo mis cosas y a pesar de ser preocupado, le dije que estoy bien y me fui. Solo faltaba que durmiera con un extraño hasta la mañana.

Al menos hubiese respetado mi espacio personal, pienso con la cabeza en el volante. No se me hubiese arrimado ni me hubiese sofocado con su calor corporal ... Sonrió con tristeza.

Me devuelvo a mi hogar y me duermo. No sin antes pasar por el baño, bebí como una condenada, es una suerte que tenga mi propio baño junto al dormitorio, algo de dignidad hay que conservar.

[...]

Rene

El sábado desperté temprano con la cabeza a punto de explotar. Sophi me mira como si me odiara y me lo mereciera. Bien, un pequeño peso de encima, prefiero mil veces que me odie a que sufra. 

Me llaman.

—No hay nadie.— Digo al celular sujetándome la frente para que no explote y buscando hielo.

— ¡Otra vez estás con resaca Rene! — Se enoja Annie. — Pensaba irte a ver. ¿Estarás?

—No. Pensaba ir hasta las dos al trabajo. — Digo rápido. — Sophi hace un puchero que me destroza. Enana, no te quejes.

— ¿Y Sophi?

—Estará acá.— Suspiro mirando a una pared.

—Entonces iré igual.

—Oka, le aviso.

Nos miramos y luego miro a la televisión. 

—Viene a verte Annie. — Le digo de reojo.

—Genial. — Sonríe feliz.

Chasqueo la lengua. 

—Rene ... — Mi corazón palpita demasiado, cierro los ojos y doy una bocanada de aire.

— ¿Sí? — La miro.

— ¿A qué hora viene? — Pestañeo viéndola.

—Eh ... Ah ... — La observo. — ... No avisó.

—Ah. — Se abraza a sus rodillas. Me muerdo el labio y me despido.

En el trabajo. Ya son las tres, suspiro y tomo mis cosas. Paso por al área de transportes. Choco con una tipa de cabello castaño claro, me mira sosteniendo un cooler, tiene unos ojos verdes expresivos.

—Oh, lo siento. — Digo sin interés, le echo un ojo, nunca la había visto. — ¿Eres nueva?

—No, estoy en transportes. — Con razón nunca la vi. Generalmente yo manejo por mi cuenta.

—Ah por eso no te conocía. — Sigo caminando.

—Pero podríamos conocernos mejor. —Bromea. ¿Really? Alguien me quitó el título a la más rápida del oeste. 

El cambio de mi vida. (DIFERENCIA DE EDAD-PROHIBIDO)Where stories live. Discover now