Capitulo 9

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Capitulo 9

Tomas (Tomy)

Desde el momento en que esa señora salió de la casa de Clary me siento inqueto, por supuesto que no voy a dejar que nada pase, pero sigo teniendo miedo. De eso van dos semanas, las cuales estoy mas distraído de lo normal, y sin darme cuenta he estado alejado de mi novia y mi hija. Esta idea me ha estado rondando la cabeza, junto con todas las preguntas que debo poensar a las que las espondre a ellas y a mi mismo. Necesito proteger a mi abejita, necesito proteger a mi novia.

No me doy cuenta de lo distraído que estoy hasta que siento como el sarten que esta en mi mano me proporciona el peor dolor del mundo, acabo de sentir como el calor traspasa mi mano, haciendo una quemadura bastante horrible. Arrojo el sarten al suelo y grito.

-Aaaaa, Mierda.- grite, en dos segundos Alex y Mary están entrando a la cocina, seguidos por Clary, bastante preocupada.

-¿Qué paso?- pregunto Clary.

-Me queme.- dije quitándole importancia.

-Déjame ver Tomy.- dijo Mary, sabia que al momento en que lo vea me enviara al hospital.

-Tranquila, estoy bien, no fue nada grave, Mary,- su cara se esta transformando en la de una madre.- Vamos a fuera que hay muchas personas que atender.

Cuando Alex y Mary salieron me di la vuelta para ver mi mano, realmente estaba roja y ardía como el diablo. Tenía que limpiarla y untarle algo para el dolor y seguir trabajando.

-Ven, te curare esa mano.-Me sorprendió escuchar la voz de Clary.

-Pensé que te habías ido.- le dije mientras ella me arrastraba a la pequeña oficina donde estaba el botiquín de primeros auxilios.

-Lo hice, le dije a Bob que te sustituyera en la cocina, para yo poder atender esa mano.- Dijo mientras me empujaba para sentarme en la silla de la oficina.

-Mi enfermera personal, ¡Perfecto!

- No te emociones galán, sigo enojada contigo.- lo dijo mientras untaba una loción para la quemazón, que se supone que aliviara el ardor.

-¡AAAAA! Vamos no tienes que vengarte en este momento.- mi mano se sentía como si la estuvieran cortando.

-Llevas semanas que estas distraído y demasiado distante.- su voz se notaba molesta, por no haber confiado en ella, no como mi novia o como la madre de la nina mas hermosa del mundo, si no porque no confié como amiga y eso la molestaba y lastimaba.

-Cariño, te juro que mi distracción es por una buena razón, te lo prometo.- dije en mi defensa.

- Cuando desees contarme, lo haces, pero por favor hazlo antes de matarte.- ella se fue hacia la puerta estaba enojada, dolida.

Es ahora o nunca.

-¿Cásate conmigo?- su mano se paralizo al tocar la cerradura y escucharme.

Clarissa (Clary)

Me faltaba el aire, definitivamente mis pulmones no estaban recibiendo aire. La oficina empezaba a dar vueltas, esas palabras eran las únicas que nunca esperaba escuchar. Sentí sus manos sosteniéndome con cuidado de no lastimarse, me llevo hasta la silla que el ocupaba minutos antes. Salió a toda prisa dejándome allí sentada, con todo dándome vueltas aun, el se fue. ¿Cómo rayos podía dejarme sola después de lo que me dijo? Luego de varios minutos, que para mi fueron eternos, volvió con un vaso en las manos.

-Bébete esto...- me tendió el vaso.- Vamos te va a tranquilizar.

-Esto sabe asqueroso- grite luego de un sorbo.

-No es agua. Lo siento.- dijo con su pequeña sonrisa.

Sus manos tomaron el vaso y ahí fue que me di cuenta que estaba temblando, el también. Su frente estaba llena de sudor, las manos le parecían gelatina. En estos momentos me di cuenta, todas estas semanas, distante, distraído era por eso. Estaba buscando la manera de pedirme matrimonio.

-Tomas mírame.- sus ojos estaban en nuestras manos unidas, su rostro había perdido el color.

-Lo lamento, no quería sorprenderte, bueno esta no era la manera en la que quería pedírtelo...- hablaba tan deprisa que no lo entendía, así que coloque mi mano en su boca haciendo que se callara.

-Basta...

-No tienes que contestarme ahora- dijo levantándose.

-Si quiero.

-¿Si quieres contestar o si quieres casarte conmigo?- no sabía cual de los dos podía estar mas nervioso.

-Ambas cosas.- le dije sonriendo, su sonrisa se hizo bastante ancha y justo cuando voy a acercarme a el se va.

Como es que este hombre se puede ir dos veces en menos de media hora en el momento mas importante en mi vida. Ahora solo quiero golpearlo, en vez de besarlo. Decidí salir a terminar mi trabajo, si me lo encuentro en el camino lo estrangulo y sigo mi trabajo. Cuando estoy cerrando la oficina siento que me dan la vuelta de golpe, pegando mi espalda a la puerta y me levantan del suelo. Sus manos están presionando mis caderas.

-¿A dónde vas?- me dijo

-A trabajar y tú debes ir al Hospital- dije intentando soltarme de su agarre.

-¿Qué?- dijo aprisionándome entre la puerta de la oficina.-Vamos nena no estés molesta.

-¿Qué?, ¿Por qué? Tomas tengo que trabajar.

-De acuerdo, hagamos un trato.- dijo sonriendo.

-Dime.- me quería ir, necesitaba aire o lo golpearía.

- Voy a ir al hospital, si te pones esto para trabajar.- su mano derecha soltó mi cadera para sacar una pequeña caja roja de debajo de su delantal.- Ábrelo .- dijo cuando lo tome en mis manos.- ¿Quieres ser mi esposa?

-Si quiero.- Tomas puso el anillo en mi dedo, cuando se alejo de mi lo suficiente. Me beso toda la cara.

Solo luego de diez minutos besándonos, escuchar sus preocupaciones durante estas últimas semanas, luego de escuchar varias veces la campanilla de la puerta decidimos que era hora de salir a trabajar. Pero extrañamente estaban todos esperándonos afuera en la cocina. Alex, Mary, Miguel, Bob y mi hija, todos esperando con rostros preocupados.

-¿Mami, Tomy va a ser mi papá real?- pregunto mi hija, mire a Tomy y el solo respondió con una sonrisa.

-Si tu quieres abejita.- le dijo a Lucia.

-Siiiii- ella solo corrió a colgarse a los brazos de mi novio, no mejor aun, de mi prometido, de su padre.


Promesa de Hermanas por una AbejaWhere stories live. Discover now