004. Déjame llevarte a casa

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Quiero que la tierra me trague tan profundamente entre sus entrañas, y que sólo de esa manera pueda borrar de mi memoria todo lo que acaba de suceder.

No soy capaz de soportar si quiera un segundo más la mirada de Justin y de su novia, o lo que demonios sea, sobre mí. Por lo que tan pronto puedo volver a respirar, encuentro con la mirada un maldito baño dentro de la habitación con la puerta entre abierta. Aun cuando sé que estoy cubierta de vómito y, literalmente, he cubierto el marco de la puerta con él; no me importa nada. Corro hacia el baño, cierro de un portazo y empiezo a llorar.

Las lágrimas empiezan a salir de inmediato, y me encuentro de pronto preguntándome por qué demonios estoy llorando tanto. O bueno, quizás sí sé la razón: mi vida es últimamente un torbellino largo de humillaciones que no dejen de suceder una tras otra. Y porque en la mayoría de ellas, Justin ha estado observándolo todo. Y no sé qué tan mierda me hace sentir eso. Es decir, puedo tolerar ser humillada, pero no en frente de alguien. Muchos menos de él.

Sin embargo, mientras comienzo a lavarme la cara en frente del espejo, no puedo evitar escuchar una conversación que viene de afuera. Inmediatamente, mis oídos se agudizan y soy lo suficientemente entrometida como para pegarme a la puerta e intentar escuchar con más claridad.

—No puedo creer que estés pidiéndome esto—es la voz de una mujer. Probablemente de ella. De la chica sin ropa y con senos grandes que he encontrado montándose encima del estúpido de Justin. —Vine hasta aquí porque dijiste que...

—Necesito que te vayas.—le ordena él con un tono bastante rotundo. Su voz es grave, dura. Habla con paciencia, pero me basta con escucharle para percibir que está... cabreado.

—Justin, por favor...

—Recoge tu ropa. —decreta una vez más, palabra por palabra—Y lárgate.

Me quedo petrificada al escuchar las últimas dos cosas que Justin le ha dicho a aquella chica. Siento incluso hasta un poco de pena por ella. ¿Pero qué está pasando? ¿Qué no los he encontrado teniendo sexo hace unos minutos? ¿Por qué ahora él está hablándole de esa manera? No soy capaz de entender demasiado su actitud. En realidad, no soy capaz de entenderla nunca. Es tan versátil, tan vulnerable...

Puedo escuchar un portazo ahora provenir de la habitación. Supongo que ella se ha ido. Y solo entonces, solo en ese momento... Logro notar que estamos solos en la habitación. El silencio en medio del ambiente se acrecienta. Aún tengo el oído pegado a la puerta, pero no logro escuchar nada y eso de alguna manera me mortifica. ¿Qué está haciendo allá afuera? ¿Debo pensar que la ha pedido a esa chica que se vaya, solo para estar a solas conmigo?

Además, se oía cabreado... ¿Y si lo está de verdad?

¿Qué demonios me espera detrás de esa puerta?

Me digo a mí misma que esta noche ya está siendo lo suficientemente terrible como para que empeore más. Nada hará que eso suceda. Así que sin perder mucho tiempo, logro limpiarme lo más que puedo frente al espejo. El olor se ha ido, la sensación también. Pero no veo la hora de llegar a casa y darme una ducha para que todo esto desaparezca.

Segundos después, me armo de valor para abrir la puerta del cuarto de baño. Y cuando lo hago, él está ahí afuera.

—¿Estás bien?—es lo primero que me pregunta. Y yo no puedo permitirme no fijarme en él. En todo él... En cómo va vestido, en cómo endurece la mandíbula como si estuviera tenso. Muy tenso. Eso me hace sentir de algún modo que no puedo explicar.

Además, su inusual preocupación me sorprende.

—Sí.—asiento despacio, tragando saliva y clavando la mirara en el suelo.

HACKER 1 | terminada.Where stories live. Discover now