❁Diana❁ (One Direction)

❁ 4. Si no te aceptan como eres, No valen la pena

La luz empezaba a filtrarse por las persianas de la ventana, esa chocó con mis ojos, provocando que se fueran abriendo lentamente. No pude evitar que una sonrisa se posara en mi rostro al darme cuenta de que esa no era mi habitación. Seguramente eso no le sucedía a mucha gente, pero no sabía cuánto tiempo hacía que había pasado una noche tranquila y sin peleas. Era muy agradable.

Podía escuchar unas voces discutiendo al piso de abajo, supuse que eran Niall y Liam, debería de levantarme ahora.  Llevaba la sudadera y los pantalones de chándal, creo que fue Liam me dejó ayer para que lo utilizara para pijama. Me dirigí hacía el piso de abajo, las voces se oían más fuertes a medida que me acercaba.

-¡Por favor Liam!- escuché que decía Niall con voz infantil.

-¡Ni hablar!- contestó el moreno.

-¡Pero es que tengo hambre!

-¿Qué pasó con tus modales?

Oí que Niall soltaba un bufido.

-Definitivamente te los apropiaste tú.

-¿Qué diablos significa…? Buenos días Diana- Liam cambió de tema al verme bajar por la escalera- ¿qué tal dormiste?

Le sonreí amablemente.                                                                                        

-Muy bien, muchas gracias por dejar que me quedara.

Niall se levantó para darme un abrazo de eso, era increíble el mucho cariño que le había cogido al rubio en tan poco tiempo que lo conocía. Él se separó y depositó un beso en mi mejilla, provocando que me sonrojara.

-Ven a desayunar- dijo con alegría en su voz.

Me arrastró hasta la cocina, me senté en uno de los taburetes, tres masas de creps y un montón de potes con diferentes tipos de mermelada y nutella reposaban delante de mí. mi estómago gruñó con hambre pero me lo aguanté, aunque fueran malos modales, no podía comerme nada de eso, era una montaña entera repleta de calorías que mi cuerpo no podía permitirse comer.

-Niall quería comerse uno de tus creps- soltó Liam de golpe.

-¡No es verdad!- exclamó el rubio con sus mejillas sonrojadas.

-Sí lo es- afirmó Liam con una tranquilidad que sacaba a Niall de los nervios.

Miré el plato asqueada.

-La verdad es que no tengo mucha hambre, lamento haber molestado- susurré.

-¿Cómo que no tienes hambre? ¡Si ayer tampoco cenaste cuando te ofrecí comida!- dijo Niall con los ojos abiertos como platos.

Me encogí de hombros.

-No como mucho, puede comértelo tú si quieres Niall- dije empujando el plato hacía él.

Él sacudió la cabeza.

-Ni de broma, es tú plato, además Liam y yo lo hemos preparado especialmente para ti.

Los miré con tristeza a los ojos, mi mente decía no, pero mis modales decían sí.

-Diana, por favor- me suplicó Liam- tienes cara de no haber comido en días.

Eso es por qué no lo había hecho.

-está bien, pero no creo que pueda terminarlo todo- dije nerviosa.

Los dos sonrieron aliviados.

-No pasa nada, estoy más que seguro que Niall estará contento de terminárselo.