HE'S BLUE | CHRIS EVANS【✔】

CAPÍTULO XX

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CAPÍTULO XX

ENCUENTROS 

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Dakota suspiró y terminó de arreglarse para salir con su amiga. Sharon había estado actuando raro estos últimos días y está noche podría obtener varias respuestas.

Sharon se encontraba sentada en la sala enviándole mensajes a Chris para corroborar que el chico estuviera preparado tanto físicamente como mentalmente.

El chico por otro lado ya estaba listo, debía arreglar las cosas antes que sea demasiado tarde.

[...]

—¿A dónde estamos yendo? —Dakota preguntó por tercera vez.

—A un lugar.

—Si responderás eso cada vez que pregunté seguiré insistiendo —la chica.

—Si sigues molestando te taparé la boca con una media —le respondió la rubia.

—¿Por qué una media?

—Es lo único que tengo ahí atrás —señaló el asiento.

Dakota rodó los ojos y decidió dejar de insistir. Una vez que ambas bajaron del auto la chica se extrañó el lugar que su amiga había elegido.

Sharon condujo a Dakota hacía el interior del Empire State quien sólo la miró con el ceño fruncido, dejándose arrastrar por su amiga.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó entrando al elevador.

Sharon no respondió, sólo presionó en piso número 86 y salió de ahí dejando a su amiga aún más desconcertada.

—Tienes algo esperando por ti ahí, estaré esperando en el bar de enfrente —le dijo mientras las puertas se cerraban.

Dakota tenía una vaga idea de lo que podría o mejor dicho de quien estaría esperándola arriba por lo que se preguntó si sería buena idea ir.

Podría simplemente detener el elevador y bajar, pero la curiosidad sumada a las inamenas ganas de ver al chico no le permitió hacer aquello.

Tras la insufrible espera al fin las puertas se abrieron, la chica algo temerosa salió de ahí buscando entre las personas que allí había al chico de ojos azules que tan loca la traía.

Salió con rumbo a donde habían estado la última vez, esperando que allí estuviese y así fue.

—Chris —ella lo llamó.

El chico volteó mirándola por fin como hacía semanas deseaba.

—Hola Dakota—le dijo con una pequeña sonrisa. —Lamento que Sharon haya tenido que traerte aquí engañada, sabía que si yo te lo pedía probablemente no aceptarías.

—En eso tienes razón, soy toda oídos. Supongo que me darás respuestas a las tantas interrogantes que tengo —ella dijo de brazos cruzados.

—Pregunta lo que quieras —le dijo apoyado en el barandal.

—¿Por qué?

Chris suspiró. Era la hora de la verdad.

—¿Por qué me alejaste antes de siquiera empezar algo? —ella volvió a preguntar sintiendo un nudo en la garganta.

—No soy bueno para ti, no soy bueno para nadie. Estoy mal de la cabeza —dijo.

—No creo eso.

—Créelo. Soy bipolar, agresivo, simplemente no puedo estar en una relación sin dañarla.

Ella no dijo nada, procesando todo lo que acababa de escuchar.

—¿Tomas medicación? —preguntó acercándose un poco a él. Esté asintió. —Mientras la tomes, todo estará bien. No es nada que no puedas controlar, nada que no podemos controlar juntos —ella trató de tomar su mano, pero él la aparto.

—No podemos tener algo —él habló molesto consigo mismo.

—Claro que podemos —ella acarició la mejilla de él.

Él no detuvo aquel gesto, lo echaba de menos.

—Me iré.

Ella abrió los ojos sorprendida por eso alejándose un poco, definitivamente no se esperaba aquello.

—¿Cómo que te vas? ¿A dónde?

Dakota volvió a sentir esa sensación abrumadora que la invadía nuevamente.

Ese era el por qué él había terminado con ella, aún siquiera antes de ser algo.

—Francia —respondió con un suspiro. —Iré a terminar mis estudios, ya conseguí un puesto de trabajo, creo que será bueno para mí —dijo algo tímido tratando de no sonar egoísta.

Pero de todos modos se sentía así.

—Claro que lo será, felicidades Chris —ella lo abrazó sintiéndose feliz por él. —¿Cuándo te irás? —preguntó ella al separarse.

—Pronto, aún no lo sé con exactitud —murmuró mirando sus ojos.

Ambos quedaron en silencio. Ninguno sabía que más decir.

—Lamento que esto tenga que ser así —finalmente él habló.

—Creí que ya no estabas interesado en mí —ella admitió haciendo que él riera. —¿Qué es tan gracioso? —frunció el ceño.

—No puedo creer que hayas pensado eso, digo, eres una mujer asombrosa. Tan talentosa, divertida, solidaria... —acarició su mejilla con suavidad, ella instintivamente cerró los ojos. — Definitivamente hermosa también.

—Todo terminó tan rápido que eso fue la única respuesta que encontré en mi cabeza —ella le dijo.

Él besó la frente de Dakota con dulzura atrayéndola a sus brazos.

Se sentía bien estar entre sus brazos, se sentía protegida rodeada de esos enormes brazos musculosos.

—Si todo esto fuera diferente, si yo no me fuera —murmuró. —¿Aceptarías ser mi novia? — preguntó.

—Por supuesto que si —ella no tardó en su respuesta, estaba segura de que eso sería lo que contestara.

Aquella respuesta hizo sonreír a Chris.

—Desearía que esto fuera diferente —admitió el ojiazul.

Dakota asintió abrazada a su pecho mientras algunas lágrimas resbalaban de sus mejillas.

—No quería decirte por miedo a que ya no quisieras ni hablarme, aunque creo que resultó peor de lo que pensé —Chris le susurró en el oído. —Lamento tener que hacerte pasar por esto, pero no quiero que llores.

Él limpió las lágrimas de la chica.

—Quiero irme de aquí —ella finalmente habló.

—¿Dónde quieres ir? —preguntó sin poner oposición a lo que decía.

—Quiero dormir, dormir y que tu estés a mi lado. ¿Podrías hacerlo al menos una vez? —ella le preguntó.

Chris asintió llevando a la chica hacía los elevadores del lugar. Definitivamente quería pasar su última noche aquí con ella.

Se sentía culpable por no decirle que mañana se iría.