Capítulo No. 4

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Narra Lía:

Desde el momento en que encendí la luz debido a que tuve problemas para dormir, o al menos eso quiero suponer, comencé a tener un muy mal presentimiento.

Suenan patrullas, luces de color rojo y azul se observan a través de la ventana. Sin pensarlo dos veces salgo al balcón para poder mirar de cerca, multitudes se encuentran rodeando lo que parece ser el cuerpo sin vida de alguna persona, tocan a la puerta y observo desde arriba como mi mamá es interrogada por un policía estatal ya que el crimen sucedió prácticamente enfrente de nuestra casa.

-Lía- gritó mi mamá desde la planta de abajo -Ven aquí- obedecí sin replicar, mis pies bajaban las escaleras pero en realidad siento como si todo fuera una simple pesadilla.

-Lía Lambert, necesitamos de su cooperación para poder dar con el responsable de tan terrible crimen- dijo el mismo oficial que interrogó a mi madre con anterioridad, sólo me limite a asentir, los dos tomamos asiento en los sillones de la sala -¿Viste o escuchaste algo extraño durante la madrugada?- preguntó con una libreta y lápiz en mano.

-En realidad no, pero si sirve de algo me desperté como a eso de las 3:33 am- muerdo mi labio inferior -No se porque lo hice si no padezco de insomnio, creo que me estaban vigilando, o algo así- asiente y pasa a la siguiente pregunta.

-¿Lograste ver quién era?- niego con la cabeza.

-No- se levanta de su asiento y agradece a toda mi familia -Es todo por el momento- quise detenerlo pero mi voz no lograba salir.

<<..........>>

-"El forense Jesús Cabrera ha descrito las lesiones sufridas por Jonathan Walth  que le provocaron la muerte la noche de ayer, analizando la documentación que se logró recolectar, este fue el crimen más injusto"- es la noticia que ocupa la primera plana, llueven reporteros por la calle donde todo sucedió literalmente, fue tanto el impacto que hasta oídos de mi papá y familiares lejanos llegó.

Todo el día estuve encerrada en la casa, me prohibieron salir inclusive a la preparatoria, bueno por ese lado no me quejo pero obviamente necesito respirar aire puro como cualquier ser humano en la tierra. Veo el reloj que marca 10:30 pm .

-Ya es hora- me escabullo silenciosamente por el pasillo hasta llegar a la puerta principal, la abro lentamente y corro lo más rápido posible para que nadie me vea.

Me gusta andar por un bosque hasta estar lo suficientemente alejada de la estupidez humana y contemplar la naturaleza. Ahí,donde el hombre no ha dejado su huella, puedo descansar, sola en completo silencio.  

Mi paseo nocturno no duró demasiado. Una extraña sensación de inseguridad invadió todo mi cuerpo. La calle estaba completamente vacía, no había ni un alma.Las noticias de un posible asesino en serie corren por todos los telediarios nacionales del país. La gente está asustada, tienen miedo a salir de casa. 

¿Debería también asustarme?  

Todos mis pensamientos fueron brutalmente interrumpidos por un par de grandes manos que taparon mi boca, eso me hizo reaccionar de una manera agresiva tratando de defenderme, todo fue en vano, aquello que me tomo por sorpresa me arrojó a lo que parecía ser el interior del parque, ya estando en el suelo se abalanzó sobre mi. Parecía que no le importaba en lo absoluto cuanto gimiera y llorara, alzo la cara para ver a mi agresor a los ojos, es él.

-Siempre te desee Lía y tú nunca lo notaste- besó mi cuello una y otra vez, me retorcí del asco que sentía, es ese estúpido chico que hizo la pregunta sobre mi, ahora se que de verdad tiene problemas mentales -Serás mía y sólo mía- jala con desesperación la tela de mi blusa, trate de patearlo en los bajos pero su peso sobrepasaba el mío.

-¡Ayuda por favor!- me da una fuerte cachetada, introduce su lengua dentro de mi boca, casi vomito del asco.

-¡Suéltala!- intervino una voz ronca, paró de tocarme y se puso de pie con los puños cerrados, limpie mis lágrimas con las manos, dirigí la mirada a la persona que vino a auxiliarme, tenía un cuchillo ensangrentado en manos, sudadera blanca y unos grandes ojos azules -Vete- dijo fríamente, ni siquiera parpadee -¡Que te largues dije!- asentí atontada.

-Tú no vas a ningún lado- me sostuvo de un brazo, volví a caer en llanto, lo se soy una inútil, pero cualquiera en mi situación reaccionaría de esa manera.

-Eso sólo lo decido yo- lanza el cuchillo hacia nosotros, su objetivo era mi agresor, al soltar del agarre que me tenía trate de correr hasta la salida, pero tropecé en el trayecto, comencé a arrastrarme hasta que me pude incorporar, chillo, grito, y hago el escándalo más grande de toda mi vida, nadie sale, puede que piensen que el asesino esta haciendo de las suyas.

Con la respiración al mil por hora azoto la puerta, mi madre no tarda en aparecer para tratar de darme un abrazo, la esquivo y subo a mi cuarto poniendo el seguro en este.

-Hija, ¿qué sucede?- toca la puerta -¿Porqué llegaste así?- no respondo, solo cubro mi cara con una almohada -Hija- sigue insistiendo e insistiendo, sin recibir respuesta, llega el momento en que se marcha.


He Is Mine (Jeff and You)  (Creepypastas) Where stories live. Discover now