Capítulo 25

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Adele y Katherine estaban en la cocina bebiendo jugo y riendo como locas. Piero volvió a casa y se fue directamente allí, sonrió al escuchar esas risas y conocía bien a los dos, pensó que no podría ser Katherine, pero Sophie definitivamente no se ría de esa manera, nunca.

- Hola, chicas... - entró sonriendo, se contagió.
- Hola, Piero. - Adele respondió casi sin aliento.
- Hola... - Katherine respondió con una sonrisa tímida.
- ¿Qué es tan gracioso? Escuché las risas desde lejos...
- Katherine me estaba contando una historia. - Miró a Katy.
- Tendrás que contarme esta historia una hora, también quiero reír. – dijo él.
- No necesito decirte, estabas conmigo cuando sucedió.
- Katy, por favor, dime que no has dicho a Adele la parte de la fuente.
- Le dije todo.

Las dos comenzaron a reír de nuevo. Piero había dicho Adele pocas cosas que los dos hicieron en Las Vegas, como los casinos y la corrida por el hotel. No detalles porque él sabía que su hermana se burlaría de él el resto de la vida.

- ¡No pongas esa cara, Piero! - Adele dijo más calmada. - ¡Se habéis divertido juntos!
- ¡Si divirtieron mucho por lo que puedo ver! - Sophie entró y se cruzó de brazos. - Ahora sé por qué querías tanto ir en este viaje, Piero.
- No seas dramática Sophie, sólo fuimos a algunos casinos... - mintió y ellas se dieron cuenta.
- Que yo sepa fuisteis a trabajar y no jugar.
- Tuvimos tiempo libre... - Katy aclaró.
- Hablé con el dueño de la empresa, no con la empleada. - Sophie dijo irónica y Katherine apretó la mandíbula.
- Basta Sophie, no quiero que hables con ella de esa manera. - Piero habló autoritario.
- ¿Todavía la defiende? ¿Qué su padre y tú tenéis en la cabeza para poner a esta chica en esta casa? ¡¿Ya no es suficiente en la empresa?! Tienes que preocuparte lo que pienso yo, ¡YO soy tu NOVIA! - Ella destacó.
- Yo quiero que me respetes y respetes a ella como cualquier otra persona. – dijo él.
- ¡No voy a hacerlo!
- Sophie...
- No te molestes en pedirle eso Piero, está claro que no quiere oír. - Katherine interrumpió.
- Pero viniste a petición de mi padre... - miró a Sophie de nuevo. - ...Y a mí padre Sophie, tienes la obligación de respetar. Él es el dueño de la empresa y sabe lo que hace.
- ¿Y ella no puede venir aquí cuando no estoy? - Sophie preguntó molesta.
- ¡De ninguna manera! - Gritó Adele. - ¡No sales de esa casa ni por decreto!

Adele habló seria y Katherine sostuvo bien la risa. Piero abrió mucho los ojos, ahora que iba a morir intentando acabar con la pelea. Diez minutos con Katherine y su hermana estaba respondiendo como ella. Ellas sí serían un par terrible.

- ¡Deberías estar avergonzada, Adele! - Sophie gritó ofendida. - ¡En todos los años que yo frecuento esta casa siempre quise ser tu amiga y tú no quisiste! ¡Yo no merezco oírlo de ti!
- Mantengáis la calma, por favor. - Piero intentó.
- ¡No! - Sophie gritó de nuevo y ahora mirando a Katy. - ¿Y tú? ¿Por qué sigues aquí?

Katherine salió de la silla en que estaba y se acercó a Sophie, pero se quedó a menos de tres pasos de Piero y él respiró hondo. Él conocía lo suficiente de esas dos para saber que ahora era guerra. Y Katherine era peligrosa.

- Estoy aquí porque mi jefe me pidió.
- Pero ahora ya no te necesita, ¡entonces desaparezca!
- Katy... - Susurró Piero, mirándola.
- Está bien Piero, si señorita Sophie quiere entonces yo lo haré, pero Piero, yo sólo pido que no digas nada de esto a tu padre, no quiero que él se enoje con la nuera. - En este momento la sangre de Sophie hirvió.
- ¡Usted es una irónica, desvergonzada!
- Parece que no soy la única aquí... - Katherine dijo con una sonrisa y Sophie estaba rojo de ira. - Permiso.
- ¡No vayas, Katy! - Adele habló triste.
- Todo bien Adele, puedes visitarme en mi apartamento cuando quieras, eres bienvenida allí. - Miró a Sophie. - Piero sabe dónde es, él tiene mi dirección, sólo hay que pedir a él...

En ese momento Sophie atacó sin que Piero tuviese tiempo suficiente para sostenerla bien y ella terminó golpeando una bofetada en la cara de Katherine. Ella se controló y pasó al lado de Sophie y sólo la oyó llamar de nombres feos combinados con un "Suéltame Piero!" Y uno "¡Voy a acabar contigo!"

Katy fue a la oficina de Bill y él ya estaba de pie andando en dirección a la puerta para ver lo que estaba pasando y por qué todo ese griterío.

- ¿Qué está pasando Katherine? ¿Es Sophie que está gritando así?
- Sí, Don Barone. Sabía que iba a ser fácil hacerla mostrar su lado insano, pero no pensé lograría en el primer intento. - Él miró sorprendido. - Tengo que ir, discúlpame. - Tomó el bolso en la silla.

Mientras tanto en la cocina Piero logró controlar su novia que todavía mostraba un lado que él había visto nunca y Adele se detuvo frente a ellos.

- Escucha bien lo que te digo Sophie, Katherine es mi amiga y usted nunca lo será. Ella puede venir aquí siempre que quiera, porque yo vivo aquí, usted no es la dueña de esta casa, ¡usted no ordena mierda alguna aquí!

Cuando Katy cerró la puerta de entrada, Piero oyó y salió corriendo tras ella y la agarró del brazo.

- Katy, lo siento, perdóname por todo esto.
- Olvídate Piero, ella dejó todo claro...
- Mi hermana tiene razón, ella no ordena en esta casa, no tienes porque no venir más.
- Lo siento, pero eso fue el colmo. Me controlé para no responder como se lo merecía porque yo sí respeto su casa y su familia, pero no voy a admitir ser tratada de esa manera.
- Tienes toda la razón y me disculpes de nuevo.
- No tienes que pagar por las actitudes insanas de su novia. Si me permites tengo que ir ahora.
- Espera, deje al menos que te lleve...
- No. – interrumpió. - Gracias, pero yo puedo ir sola.

Katherine se soltó de la mano de Piero y comenzó a caminar rápidamente, él tragó la saliva y apretó la mandíbula, entró enojado en casa. Ahora Sophie y todo el barrio escucharían lo que él tenía para decir. Novia o no, ella iba escuchar algunas verdades.

¿Cuánto Cuesta el Amor? |Piero Barone| Libro 1Where stories live. Discover now