<18> Gala.

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Abro los ojos con pereza, la verdad es que me duelen mucho y los tengo muy hinchados por llorar durante 5 días sin detenerme. Algunos dirán que es algo dramático pero no puedo evitarlo, lo arruiné todo.

La mano de Liam pasaba con ternura por mi cabello mientras yo me acomodaba mejor en su pechoalmohada. Él estuvo conmigo desde que me recogió en Chile, desde entonces viene siendo mi pañuelo de lágrimas y mocos, no me ha dejado sola en ningún momento temiendo por mis decisiones. Y sí, Gala Melodía Cecilia Clavel Thomson quiso suicidarse una vez...

*Flashbacks*

¡No puedes hacerme esto mamá! —grito exasperada ganándome una bofetada de su parte.

—¡Nadie pidió tu maldita opinión! Te comprometerás con Ashton Miller y fin. —me grita y yo no paraba de llorar.

No quiero estar con ese mujeriego, quiero a Sean, lo amo tanto como para dejarlo, menos después de lo que pasó aquella noche, después de haberme entregado completamente en cuerpo y alma. Jamás olvidaré sus manos, esas caricias suaves y sus besos húmedos por todo mi cuerpo. No voy a poder vivir sin él.

Me encerré en mi habitación a llorar desconsoladamente, detesto todo esto, detesto que quieran tomar decisiones por mí, es decir, ¡es mi puta vida! No quiero estar con el mujeriego de Miller, él se folla a cualquiera, además es un estúpido famoso más, tan egocéntrico y odioso. No permitiré que me suceda esto.

Me escaparé con Sean.

Salgo por la ventana, salto básicamente 3 pisos, caigo entre los arbustos lastimándome mi pierna izquierda. Dolía un bueno y no podía levantarme de las plantas.

¿Por qué diablos no usaste tu maldita cabeza antes de lanzarte a tu muerte segura estúpida Gala? Ah, cierto, porque soy rubia.

Seguía tirada entre las plantas moviéndome alguito por si alguien pasaba por aquí, y lo logré, pero no era la persona que deseaba ver en estos momentos.

¿Qué haces ahí Thompson? —pregunta curioso pero prefiero ignorarlo. Él bufa molesto decidido a irse pero prefiero hablar. ¿Acaso tengo de otra?

¡Espera Miller! ¿Acaso sí planeas dejarme aquí lastimada? —pregunto quejándome del dolor. Creo que me rompí la pierna.

Si me tratarás para la mierda sí te dejaría que mueras entre esos arbustos. —se encoge en hombros y lo fulmino con la mirada. —bueno ya, te llevaré al hospital. —se acerca para cargarme en brazos y me dejo, no tengo mucha elección.

Llegamos a un auto, Ashton me sube en la parte trasera para que me pueda recostar y estirar mi pierna, se sienta en el asiento del piloto comenzando el recorrido al hospital. En todo el camino no dijimos palabra alguna, él estaba concentrado en la carretera y yo concentrada llorando, creo que me duele más el hecho de no verle a Sean que mi pierna, lo necesito a mi lado más que nada.

¿Por qué estás llorando? —pregunta Ashton tomándome por sorpresa. —¿es por el compromiso?

Sí. —respondo sincera, ¿para qué engañarnos?

Yo también lo odio, no quiero perder mi vida de mujeriego, además sin sexo no puedo vivir y no te obligaré a perder tu virginidad conmigo. —dice algo con queja. Ruedo los ojos soltando un suspiro involuntario.

No soy virgen Miller. Pero sí soy de un solo hombre. —más lágrimas caen de mis ojos. Siento el coche detenerse, significa que hemos llegado.

Ashton baja primero para ayudarme luego adentrarnos al edificio. Las personas nos quedaban mirando porque él es un famoso y de los grandes, mientras que yo soy la hija no reconocida del mejor dueño de disquera que existe en todo el mundo.

-o-

Llegamos a casa nuevamente, me habían puesto un yeso y vendajes en los brazos y el torso, eso fue algo incómodo porque no llevaba sostén y era un hombre quien me atendía así que usamos un método incómodo para tapar mis naranjitas: Ashton las tapó con sus manos ya que dijimos que éramos novios.

Al cruzar la sala, estaban mamá, Alexia, Grettell y Joseph que son los padres de Miller. Ellos nos ven sorprendidos cuando notan el yeso y los vendajes, mamá se me acerca únicamente para abofetearme frente a todos sin importarle nada.

¿¡Dónde diablos estabas!? ¿¡Qué mierda te hiciste en la pierna!? —me grita y yo solo corro la mirada.

Me caí de la terraza intentando alcanzar algo, estoy bien. —dijo aguantando las lágrimas. Siento tanta impotencia.

Desaparece de mi vista, no te quiero ver. —murmura para que solamente yo lo oiga, pero Miller también lo escucha por estar a mi lado.

Subo al tercer piso con ayuda nuevamente del pelinegro, fue un camino agotador así que a mitad de los escalones ya estaba en los brazos de mi acompañante. Me deja en la cama cuando ya nos encontrábamos en destino y se lo agradezco.

¿Necesitas algo? —pregunta con tranquilidad y niego con la cabeza.

Nada. Vete de mi habitación. —prácticamente lo echo y a él no le queda de otra.

Siento gran coraje en mi interior, la mayor tristeza del mundo. No deseo vivir sin Sean, no sin el amor de mi vida.

Busco en el cajón que se encontraba al lado de mi cama un frasco de pastillas que suelo usar para dormir, coloco todas las pastillas en mi mano y en el momento que estaba por llevármelas a la boca, la puerta se abre de golpe con un Ashton realmente alterado, se acerca a mí como alma que se la lleva el diablo y me da un manotazo en mi muñeca provocando que las pastillas se pierdan en el suelo.

¿¡Qué mierda haces!? Te pedí estar sola joder. —le escupo furiosa.

¿Qué demonios se te cruzó en la cabeza a ti intentando drogarte?

¡No quiero ser tu maldita prometida! ¡Quiero a mi Sean! —nuevamente las ardientes lágrimas caen por mis mejillas. Siento sus brazos rodearme y lloro mucho peor.

No lo vuelvas a hacer, por favor. Prometo que te cuidaré...

*Fin de flashbacks*

Fue así como comenzó nuestra historia, como él me salvó la vida, y fue así como Sean desapareció sin rastro alguno.

Mañana llegaría Ash a casa y sé que tendré que hablar. Según papá y Liam yo no tengo la culpa de nada, que él no debe enojarse por lo que sucedió, pero la verdad es que soy yo quien siente gran culpa por haberme dejado besar. Lo sé, no correspondí y soy una dramática, pero igual siento la culpa.

Unos golpecitos en la mejilla me sacan de mis pensamientos para luego oír como mi mejor amigo se aclara la garganta.

—Mañana vuelve Ashton, ¿ya sabes lo que harás? —pregunta preocupado y asiento.

—Haré lo que mi corazón mande.

Notas De Amor. #EditandoWhere stories live. Discover now