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No podía creerlo, me sentí tan mal que con suerte pude llegar al baño a vomitar, no me sentí ligera después, era terrible.

Siempre tuve la esperanza de que esas miradas entre ellos, rumores, solo fueran amistad pero lo mío con Kaito es amistad.

Salí corriendo de la casa y simplemente me puse a llorar, saque todo lo que tenía, era un día nublado en Tokio, empezó a llover y sentí una mano sobre mi hombro, era Gakupo con un montón de bolsas, creo que eran las compras y un paraguas.

Gakupo: Meiko no llores más, ¿qué es lo que tienes?

Meiko: E-e-s difícil.

En ese instante sentía que me tragaba a mí misma.

Gakupo: ven, ¿no quieres un poco de ramen? es bueno cuando se está triste, hay un lugar aquí cerca.

Meiko: sí, muchas gracias.

Era imposible declinar ante algo así...

Gakupo: Vamos.

Gakupo se acercó a mí, para que pudiese caminar junto a él bajo el paraguas, yo no podía evitar seguir llorando.

Te amo [Kaimei]Where stories live. Discover now