Capitulo 1

26.3K 1.2K 42
                                    

Me levanté de la cama y caminé despacio hasta llegar al cuarto donde aún dormía mi madre.
Cerré la puerta detrás de mi, cuidadosamente y luego me le acerqué.
Besé su mejilla y cuando abrió lo ojos me tiré sobre ella.

-¡Fernando Foster!-gritó mientras intentaba con todas sus fuerzas quitarme de allí.

-Hola mamá. Te amo, ¿lo sabías?-dije riendo.

Me trató de dejar a un lado y cuando lo logró se tiró sobre mi.

-¿Ahora quién aplasta a quién?-preguntó satisfecha por su hazaña.

Me incorporé con ella arriba y besé su mejilla.
Esta mujer era lo más importante que tenía en el mundo, mi mamá, mi compañera y por sobre todo mi amiga.

-¿ Y papá?-pregunté.

-Abajo. Ven, vamos.

La cargué y fuimos directo hacia la cocina. Cuando mi padre nos vio soltó una carcajada y una gran sonrisa se formó en su rostro.

-Agus-susurró.

Mamá se bajó y fue corriendo hacia mi padre, él la recibió con los brazos abiertos y cuando la tuvo frente a él la besó.
Núnca había visto a unos padres que, a pesar de los años, se siguieran amando tanto, o por lo menos no que lo demostraran como si fueran novios hace apenas un par de meses.

-Hijo-dijo sonriendome.

Me acerqué a él y lo abracé.

-¿Qué voy a comer hoy?- pregunté contento.

Mamá me miró sin ninguna pizca de gracia en su rostro y luego miró de la misma forma a papá, quien la miraba con una sonrisa.

-¡Bien! ¡Bien! ¡Bien! Ya entendí... yo cocinaré-se quejó, mientras se colocaba un pequeño delantal rosa, el cual tenía manchas que yo le había realizado con un marcador verde cuando apenas tenía cinco años.

Con mi padre nos sentamos a la mesa y cada uno sacó su celular.
Al poco rato mamá dejó frente a nosotros el desayuno y el celular pasó a segundo plano. Un extraño silencio inundó la habitación.
Levanté la mirada y los observé detenidamente.
Algo ocultaban, lo sabía. Siempre que se quedaban callados durante un tiempo sugería que algo querían contarme. Sus miradas terminaban de delatarlos.

-Fer...ya eres grande y creo que mereces saber la verdad...-dijo mamá.

La miré extrañado esperando que continuara.

-hijo...-susurró papá- tu tío no murió por un accidente...a él lo mataron.

Me paré de golpe con lágrimas en los ojos y pateé la mesa.

-¿Quién?-fue lo único que pude decir.

-Hijo-suspiró papá- no lo sabemos...  ¡Créeme! ¡Si con tus tios supieramos quién mierda fue!.... esa mierda no estaría viva ahora mismo.

Mamá soltó unas pequeñas lágrimas y se agarró del brazo de papá. Inmediatamente un millón y medio de preguntar invadieron mi mente. ¿Cuantas cosas me habían ocultado? ¿Quien podría haberlo hecho? ¿Fernando estaba metido en algún problema para terminar de tal manera? Nada, por más que pensaba y pensaba ninguna respuesta daba paz a mi conciencia intranquila.

-¿No era que a él lo habían atropeyado?- grité.

No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, mi mente se negaba a creer tal tragedia.

-Eso creimos... pero los forences dicen que encontraron algo extraño... antes del choque, él ya tenía algo extraño en el organismo...-explicó mamá.

-Lo drogaron-continué. Suponiendo que a eso se refería.

-Asi es- susurró.

-Bien...¡Si lo encuentro les juro que ese inútil las pagará! ¡Una por una!

Miré por última vez a mis padres y tomé las llaves del auto.
No quería estar aquí, nada se sentía como antes. Necesitaba dejar de pensar, distraerme.

-Adiós.

•••♡•••

Salí del auto y caminé rápidamente hacia donde estaban mis amigos.
Intenté fingir que estaba bien, pero ese no era mi fuerte. Cuando algo me tenia mal se notaba. Tampoco me gustaba eso de tratar de estar bien para los demás, estaba mal y no me importaba si los demás lo notaban.

-¿Qué te pasa amigo?- preguntó Fran.

-Nada, asuntos familiares.

Asintió.

Nos conocíamos desde que teníamos apenas seis años, no era necesario aclararle que los asuntos familiares eran temas que no debían tratarse, temas de los cuales yo nunca hablaba.

Caminamos hacia el salón y justo cuando estaba por entrar choqué con alguien, una chica.

-Lo siento-dije y bajé la mirada para corroborar que nada se me hubiese caído.

Esperaba que se disculpara y el día siguiera como siempre, pero para mi sorpresa no fue así

-¡¿Eres idiota?! ¿Acaso no ves por dónde vas?

Al escucharla pronunciar esas palabras levanté rápidamente la cabeza, con una mueca de confusión en mi rostro.

-Hey, lo siento princesa, no tienes por qué ponerte así -solté.

¿Quién se creía que era para hablarme así? Había sido un accidente, no era necesario llevarlo a esto.

-Idiota-gruñó y siguió su camino.

Le resté importancia y otra vez comencé a caminar hacia el salón, donde me esperarían dos aburridas horas de historia. Por suerte este sería mi último año y al fin podría dedicarme a algo que en serio me gustara.

Mi Razón De VivirTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang