Capitulo 26

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Los días pasaban y ya sabía lo que eso conllevaría. En algún momento habría un enfrentamiento, ese enfrentamiento que ninguno quería, pero que a la vez era lo que más deseábamos, poder por fin vengar la muerte de Fernando.
Dejé los papeles sobre el mostrador y sin esperar respuesta me subí al auto. Papá arrancó y fuimos hasta la casa de mi supuesto tío. Lucas llevaba las armas en su mochila y el micrófono oculto en su pantalón. Necesitamos que esto salga bien, de lo contrario todo habría sido en vano.
Coloqué el micrófono en mi oído y lo prendí, de inmediato su dulce voz me inundó.

-¿Amor? ¿Están bien? ¡Por favor! Tengan cuidado, Agus está muy nerviosa y no para de comer!-solté una carcajada- no es por eso. ¡Cuídense por favor!- gritó mi madre desde el fondo.

-dile que nos cuidaremos, necesitamos que vayan a la estación de policías, que les hagan escuchar esto, es la única forma que tenemos de arruinarlo.

-si, cuando estén llegando digan algo, para que comencemos con el plan.

-te amo-susurré para que mi padre y mi tío no me escucharan, lo cual no funcionó, ya que ambos se miraron con cara burlona y luego soltaron unas sonoras carcajadas.

-yo te amo más-susurró para luego apagar el micrófono.

-saben el plan, ¿no? Ninguno debe ser demasiado obvio, estamos hablando de un tipo experto en la mentira y el fraude.

Asentí sin cambiar mi semblante serio, pero habían unas palabras en particular que seguían molestándome. Él es experto en el fraude y la mentira...
Le resté importancia y tomé una de las armas. La escondí detrás de mi remera y antes de abrir la puerta prendí el micrófono.

-estamos entrando.

No esperé respuesta y los tres bajamos del auto. Cada uno se aseguró de tener todo lo necesario y caminamos hacia una de las ventanas del fondo. Una vez dentro de la casa volvimos a prender los micrófonos, esta vez para que también los policías escucharan lo que Raúl tenía para decir.

-Vaya vaya, demoraron más de lo que esperaba-una voz ronca retumbó por toda la sala, la silla se dio vuelta y allí estaba, sentado como si él no hubiera caído en nuestra trampa, sino que nosotros habíamos caído en la de él.- demoraron, a decir verdad los esperaba unas horas antes, pero lo importante es que ya estamos todos aquí, ¿no?

Antes de que cualquiera de nosotros pudiera reaccionar Raúl sacó un arma de Dios sabe dónde y sin mediar palabra le disparó en la pierna a Lucas.

-¡Hijo de puta!-grité mientras me arrodillaba frente a Lucas.

-tranquilo, tranquilo- dijo mientras sacaba el micrófono de debajo de sus pantalones, donde yacía la bala.

-¿qué pensaron? ¿Que no me iba a dar cuenta de sus pequeños juguetes? Quiero que se saquen todas sus armas ahora, también quiero los micrófonos.- dijo mientras le apuntaba en la cabeza a mi padre.

Sin mediar palabra los tres hicimos lo que nos dijo. Claro que esto no terminaría aquí, él no iba a dejar que esto terminara bien para nosotros.

-Perfecto-dijo con una enorme sonrisa.

Sin decir nada le disparó a mi padre en el muslo derecho, luego a Lucas en el hombro y a mí en el brazo izquierdo.
Los tres gritamos al mismo tiempo por el dolor. Maldito hijo de puta!

-Que lindo, una reunión familiar-susurró con una gran sonrisa en su rostro- qué crees hermano? Dices que si mueres Agus se irá al fin conmigo? Y Sabrina será mi hija? Y tu esposa Lucas, crees que ella acepte ser mi amante?

-¡Le llegas a poner una mano encima y juro que te mato!- Gritó mientras lo fulminaba con la mirada.

-eso ya lo veremos- volvió a sonreír.

Miré a mi padre y luego a mi tío, algo teníamos que hacer para salir de acá.
Aprovechando que se había distraído con algo en su celular tomé un jarrón de la mesa ratona con el brazo derecho y lo tiré sin piedad contra su cara. Me miró con odio, mucho odio, se paró con sus puños apretados, mientras veía cómo la sangre llenaba sus facciones.
Cuando estuvo frente a mi tomó el arma y me golpeó la cabeza, provocando que comenzará a sangrar.
El dolor era insoportable.

-¿alguien más?- escupió mientras secaba la sangre con su remera- Sabrina sería una buena amante ahora que lo pienso. Tú no lo crees?

La sangre hervía por mis venas.

-le llegas a poner una mano encima y yo

-¿y tú qué? Tú no puedes hacer nada, ni bien lleguen mis empleados los subiré a los dos a un camión, los llevaré hasta un bosque y los quemaré vivos.

A los dos...

-y a ti hermanito, a ti te mataré ahora.- me miró- mejor haré que tu propio hijo te mate, te gusta más eso ¿no? Suena mejor para mí.

-en tus sueños- escupí.

-en los míos no, en los tuyos. Esto es fácil, o lo matas tú, o sino lo hago yo, luego iré y mataré también a Sabrina, pero antes de matarla la violaré, y antes de eso le diré que tú tuviste la oportunidad de salvarla...pero que preferiste no hacerlo. ¿Cómo suena ahora?

Sin darme cuenta ya tenía los ojos llenos de lágrimas.

-¿Qué decides?

Mi Razón De VivirWhere stories live. Discover now