Capítulo 11

86 6 3
                                    

Narra Bárbara

Desperté después de una larga noche llena de conclusiones.

Conclusiones que no sé sí serán reales o falsas, puede que las cosas sean así, o de una manera distinta.

La confusión llenaba mi cuerpo cada vez más, eso es insoportable.

Estoy tan confundida, ¿por qué todo se está empezando a poner difícil?
No sé qué hacer, siento que arruinare todo.

Hay personas que dicen que la homosexualidad es mala, que Dios creo a la mujer para el hombre, y el hombre para la mujer, pero, y si a un hombre no le gusta las chicas, y igual tiene que estar con una, la respuesta es fácil, el no sería feliz, y si no me equivoco, la felicidad es una de las cosas más importantes de la vida.
Y si el siguiera lo que su corazón dice, pues él sería feliz.
Ahora, ¿qué es lo malo? Y ¿qué es lo bueno?, ¿que ese hombre viva infeliz siguiendo lo que dice la gente? ¿Solo porque el hombre es para la mujer y viceversa? O ¿que el sea feliz, con la persona que le gusta? Aunque exista esa gente que te dice que es incorrecto, ¿aún así el este siguiendo lo que quiere su corazón?.

Es simplemente injusto.

Un gruñido proveniente de mi barriga hizo que me acordara que debo comer, y gracias a eso podré distraer un rato mis confusos pensamientos, o sino me cansaba de tanto pensar, aún así siendo la mañana.

Baje a la cocina, mi mamá estaba ocupada así que me tocaba hacerme mi desayuno.

La flojera me gano así que tome el cereal, abrí la nevera tomando la leche, y unas pasas, para después cerrar la nevera.

No es que no me guste cocinar, de hecho me encanta, pero ahora no me provoca.

Comí mi cereal tranquila y después le di el desayuno a mi perro.

Y así transcurrieron tres semanas, entre pensamientos, preguntas, algunas preguntas sin respuesta.

Narra Bárbara

Me encuentro en el colegio,  por los pasillos de este, y a lo lejos diviso  a Lisa riéndose con Sara.

A veces es extremadamente difícil ocultarse a sí misma y a mis sentimientos hacia Lisa.

Celos que tengo que ocultar.
Abrazos y besos que no puedo dar.
Y un pequeño amor en crecimiento que también hay que ocultar.

Últimamente he detestado esa palabra...ocultar.

Raramente en estos días he tenido sueños muy raros, todos son con Lisa, yo suelo aparecer en el sueño abrazándola, regalándole besos en la mejilla e incluso a veces en sus labios.

Estoy loca.

Loca por ella-Dijo Emma, y no la puedo callar, eso se está volviendo verdad.

Duele ocultar todo, me rompo lentamente en pedazos, y nadie se da cuenta, Lisa no tiene la culpa de lo que pasa, soy yo misma la culpable de este corazón que antes era brillante y fuerte, pasar a ser a uno que se opaca y se rompe poco a poco, aunque yo no tuve la culpa de haber desarrollado estos sentimientos.

Lisa y mis amigas deben saber de todo esto, pero soy muy cobarde.

Les debo decir, además Lisa se convirtió en una muy buena amiga y me temo que podría pensar que solo soy su amiga porque me gusta.

Me tiemblan las manos y gotas de sudor caen por mi rostro dando pequeños pasos con mucho nerviosismo.

Debo esperar a que Lisa se encuentre sola. Llegue a su dirección y puse el rostro más serio que puedo.

Bárbara: Lisa, hay algo que deberías saber, te lo diré cuando te encuentres sola-Dije, y me sorprendí que pude decirle toda la oración sin tartamudear pero sí con un pequeño temblor en mi voz.

Ringggggggggggggg(Suena la campana)

Salvada por la campana.

Y así consistió  la mañana, intentándole decir pero algo siempre pasa y no le digo, ya es hora de la salida.

Tal vez el destino no quiere que le diga.

Bárbara: Ok, tengo que decirte-Dije tomando una gran bocanada de aire.

Lisa:Si es tan difícil, luego me dirás, ahora, date un tiempo-Dijo notando mi cara de dificultad que debo tener ahora.

Bárbara: No, tengo que decirte-Hice una pausa suspirando pesadamente-Me gustas-Termine de decir aunque quería de decirle más, no pude, vi que tenía una cara de confusión en su rostro.

Me gustas mucho Lisa, tanto que me hace daño, ojalá esto fuese correspondido, pero la triste realidad es que no lo es, quiero ser yo la causa de tus sonrisas, de tu felicidad.
Yo no esperaba que esto pasara, ni tampoco quería ni estaba preparada, me siento terriblemente mal de que esto pasara, no sé qué hacer, necesito ayuda, pero imagínate que tú eres la primera persona que le digo.
Tengo tanto miedo.
Eres muy hermosa, con tus ojos gigantes de mar de chocolate, tu cabello liso marrón, tus pecas, me encanta cuando arrugas tu nariz o cuando te molestas.
No quiero que pienses que solo veo tu físico, porque también veo a la increíble persona que hay en ti, esa persona que me enamoro, su forma de ser tan dulce y agradable.
He caído Lisa, caí por ti, y no sé qué hacer con esto, no quiero que pienses que esto es pura mentira porque no es un engaño, te estoy abriendo mi corazón solo a ti Lisa, y te quería decir, que Te Quiero, ¿entiendes?.

Eso era lo que le quería  decir pero siento un nudo en la garganta gigante que solo me permitió decir "me gustas", ahora nos rodeaba un silencio incómodo.

Y sin más, ella se marchó hacia su auto, sin responder a lo que le dije, dejándome con el corazón rompiéndose cada vez más.

Y yo no supe, ni se me ocurrió en la mente que ese sería el final de nuestra amistad.

Tenía ganas de llorar pero no iba a llorar por amor, no lo pienso hacer.

Al llegar a mi casa lo que hice fue irme directo a mi habitación a escuchar ha Adele, su voz con sus melodías tristes me acompañaban en mi fría habitación.

Al siguiente día, lo único que le dije fue "Por favor, te lo suplico, no le digas a nadie lo que te dije" Le había confiado un secreto que para mí es grande.

Nuestra amistad se esfumó, y nadie sabía la razón de por qué.

Ahora todos los recreos, ya casi no sonrío, y si me ves reírme o sonreír, pues es falso, hago como si no me importara la vida, juego con cartas con Margo, Alexa, y Laura, a veces con otras chicas pero no son muy amigas mías.

Entendí que Lisa quiso que yo me alejara, y así hice, por más que me duela.

Ahora solo era una chica con su corazón rompiéndose en pedazos, no sólo por lo de Lisa, sino también por lo que dirán los demás, especialmente su familia, ahogándose con todo lo que siente, sin decir ni una palabra para pedir ayuda.

Ahora mi desafío era, ver a Lisa todos los días, fingir que estoy bien, y ni hablarle cuando estoy cerca de ella.

Y no pensé que me afectaría tanto.

Después de la oscuridad, amanece Where stories live. Discover now