Capítulo 13

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-¿Jane?- dijo boquiabierto. 

Yo no respondí, me limitaba a babear viendo sus abdominales definidos juntos con sus enormes bíceps y su cabello goteando sobre esos hombros anchos. Cuanto hubiese deseado que ese pequeño nudo en la toalla se hubiera desatado y así dejarme explorar el fondo del universo. Mi universo. Al ver que lo observaba fijamente se perdió en mi cuerpo, casi ni pude notarlo. Se volteó

-Jane, es mejor que te cubras y te vayas- Me sentía una completa idiota, no podía moverme- ¿Ya estás?- volvió a mirarme, yo no me había movido ni un centímetro. Él se acercó rápidamente lo que hizo que mi corazón bombeara sangre a mil por hora, tomó la sábana que cubría la cama y la puso sobre mí mirándome discretamente.

-Sebas, no encuentro a...-se detuvo y quedó en shock al vernos en aquella incómoda situación....¡Esperen! ¿Cómo le dijo? ¿Tan loca estaba yo?

-¿C-C-Cómo le dijiste?- pregunte,saliendo de mi trance boquiabierta.

-¿Por qué están desnudos?

-E-e-ella entró mientras...bueno...yo me bañaba y cuando salí- suspiró al verme.

-Jane ¿No traes nada de ropa puesta?- me miró inmóvil, yo negué con la cabeza aún perdida en el torso desnudo de ¿Sebas? Ella lo miró, él sólo se volteó y volvió a entrar al baño. Liz me tomó casi arrastras porque seguía en shock, estaba idiotizada Me envolvió en la sábana y me sacó de aquél lugar, me guió hasta mi habitación- Vístete y baja, tenemos que hablar- salió.

Algo estaba pasando. Mi cabeza no podía con tantas cosas ¿Qué era todo esto? Debía poner orden a mis ideas: Liz y este tipo eran mis guardias, debía vivir con ellos, él se llamaba Sebastian, al menos eso escuché, además era quien me llevó a la policía el día que estaba en la disco. Suspiré; vi que mi maleta estaba al pie de la cama, la tomé y la abrí, saqué alguna ropa y me la puse ¿Qué me estaba pasando? Abrí la puerta y miré hacia los lados del pasillo, no había nadie. Caminé con la mirada baja y bajé las escaleras. Ahí estaba Liz sentada en el living.

-Que bueno que bajaste. Sebas, ven- Ok, ahora no escuché mal, si se llamaba Sebas. Él salió de la cocina y me miró; traía una taza entre sus manos. Me miró fulminante, creo que en ese momento solté unos tres litros de baba al suelo- Jane, quiero presentarte a mi hermano, él es el director de Mánchester, bueno...de quien te hablé en el viaje; Su nombre es Sebastian Lí-Sellers.

-¿Sebastian? Ahh ya entiendo, es una broma de mi papá.

-No, no es ninguna broma...Sé lo que piensas, me llamo igual que tu padre.

-Debo hacer la cena, los dejaré solos- se fue a la cocina.

-Siéntate- me señaló un enorme sofá, yo me senté. Él se sentó a la par mía; mi piel se erizó al sentirlo tan cerca, mi respiración se pausó- Es un placer, Jane- me extendió su mano, la miré y dudé un segundo pero la tomé y esa absurda corriente eléctrica de la que todos hablan cuando sienten la piel de la persona que aman recorrió mi cuerpo.

-Hola- dije en un suspiró, él sonrió tierno, muy tierno ¿Dije tierno? Esa palabra no la pienso ¡Nunca!

-Bueno, comencemos. Te noto asustada, y no es para menos, no hemos tenido buenos encuentros.

-Usted fue quien me durmió para llevarme a la policía.

-Así es, pero no te encarcelaron porque lo que había en el piso no era gasolina.

-¿Cómo conoce a mi padre?

-Verás, él...-sonrió- le debo la vida.

-¡No! ¡¿Es hijo de mi padre?!- él soltó una carcajada.

MALA JANEWhere stories live. Discover now