Capítulo 14

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Sebas: -Toma- me extendió unos malvavisco, los tomé y comencé a calentarlos en el fuego.

Liz: -¿Tienes algún otro pasatiempo que no sea...fajar?

Jane: -Joder a mi hermano- la Jane de siempre comenzaba a salir.

Liz: -Jane es gemela.

Sebas: -Eso ya lo sabía.

Liz: -Intercambia las bragas de su mejor amiga con su hermano a cambio de alcohol- Liz, cállate o te mataré.

Sebas: -Gran trueque- alzó sus cejas.

Jane: -¿Y ustedes qué?- soné grosera, si.

Sebas: -Trabajo.

Liz: -También yo.

Jane: -¿Cómo es que le dan un trabajo tan grande a alguien tan joven?

Sebas: -Con esfuerzo y ayuda villalobos.

Jane: -¿Ayuda villalobos?

Sebas: -Tu padre ha hecho muchas cosas por mí, cuidar a su hija es sólo una pequeña pizca de agradecimiento.

Jane: -No pensará eso en unos días.

Sebas: -Veo que ya estás agarrando confianza.

Jane: -¿No le gusta eso?- soné muy grosera

Sebas: -Me encanta- mojó sus labios. ¡No! Sólo en mis sueños más locos podría gustarle a un hombre siete años mayor que yo en la primera noche que le hablo. 

Liz: -Bueno, es hora de ir dentro porque ya está helando aquí- apagaron la fogata y entramos- ¿Tienes sueño?

Jane: -Todos los días duermo a las cinco de la mañana.

Liz: -Aquí dormirás a las diez máximo.

Jane: -¿Qué hora es?

Liz: -Las ocho treinta.

Jane: -Tengo hora y media.

Liz: -¿Qué quieres hacer?

Jane: -Hablar contigo, si se puede- Liz tenía el doble de mi edad y no me inspiraba a decirle 'usted'.

Liz: -Toma asiento- me senté en el sofá.

Jane: -Hice apropósito lo de culparla de ser la amante de mi padre.

Liz: -Lo sé.

Jane: -¿No estás molesta por eso?

Liz: -No- me sonrió

Jane: -Sabe que intentaré escaparme de aquí ¿Cierto?

Liz: -Estamos a quince kilómetros de llegar a cualquier otra edificación.

Jane: -¿Cómo llegaremos a la universidad?

Liz: -Es un largo camino, pero es más seguro.

Jane: -¿Te cuento un secreto?

Liz: -Dime- se acercó sonriente. Me acerqué a su oído.

Jane: -Me quiero fajar a su hermano.

Liz: -Y yo a tu padre- sonrió.

Jane: -¡Qué!- me levanté

Liz: -Sólo estoy bromeando ¿No te gusta que usen tus estrategias en tu contra?- me miró desafiante.

Jane: -No sabes con quien te metes- me agaché para quedar a su nivel y mirarla a los ojos.

Liz: -Lo sé muy bien- mantuvo su mirada.

Jane: -No me retes. Por que a diferencia tuya...yo vivo con- mordí mi labio inferior-...sebas- susurré.

Liz: -¡sebas!- lo llamó, le iba a decir. A los segundos sebas llegó.

Sebas: -¿Qué pasa?- nos miró a ambas.

Liz: -¿Te gusta Jane?- ¿Que si yo qué? ¿Qué le pasa a esta mujer? Él me miró y sonrió, mis músculos se tensaron increíblemente.

Sebas: -Me agrada- me miraba directo a los ojos.

Liz: -¿La ves como mujer?- Maldita vieja, aunque la verdad si quería saber la respuesta, aunque dudo él fuera honesto si la respuesta de su mente fuese 'si'.

Sebas: -Como niña- ¡¿Niña?! ¿Por qué mejor no me cortaron la cabeza en este momento?

Jane: -Es lo que soy- lo rodeé mirándolo de pies a cabeza- pero aquí su hermana insiste que usted me ve de otra forma.

Sebas: -¿Liz, es verdad?

Liz: -Tenía la ligera sospecha- la miré fulminante. Ella sólo me sonrió malévola.

Jane: -¿Señor, puede venir conmigo a mi habitación un segundo?- Liz alzó una ceja.

Sebas: -C-claro- subimos- ¿Qué sucede?

Jane: -¿Puede sentarse?- me senté en la cama. Él lo hizo tambien.

Sebas: -Dime ¿Qué pasa? 

Jane: -Verá...yo no estoy muy acostumbrada a portarme bien que digamos- me subí a la cama- y...sé que aquí hay algunas reglas- me posé detrás de él- ¿Debo seguir alguna, no?- dije sobre su hombro.

Sebas: -Te las diría si me dejaras verte el rostro. 

Jane: -Pues, voltéese- él se volteó nos miramos fijamente, estábamos a pocos centímetros de distancia. No pude evitar ver sus carnosos y juraría que deliciosos labios rojos que me tentaban a devorarlos sin recordar quien era o qué edad tenía. Subí mi mirada hacia sus enormes y profundos ojos marrones; muy parecidos a los míos, pero los suyos eran más oscuros y cristalinos.

Sebas: -Creo que me dará una tortícolis si quedo así- susurró, sentí su aliento chocando con mis labios.

Jane: -Tal vez necesita relajarse- dije sin apartarme ni un segundo, pero noté que él tampoco lo hacía.

Sebas: -¿Me está mandando a dormir?- me miró a los ojos.

Jane: -Me le estoy ofreciendo- Sí, dije eso con doble sentido, reí por dentro pero permanecía seria físicamente.

Sebas: -¿A qué?- dio una media sonrisa.

Jane: -Permítame- deslicé su chaqueta por sus brazos y la lancé sobre la cama, él quedaba en su camiseta blanca. Puse mis manos sobre sus hombros y comencé a presionarlos suave pero firme a la vez; los soltaba y los presionaba con ritmo, dándole un masaje, aunque ganas no me faltaban de arrancarle la camisa también.

Sebas: -Jane- quiso detenerme. Silbé con mis labios para expresarle que guardara silencio.

Jane: -Cierre los ojos- susurré en su oído, él cerró sus ojos. Yo seguí masajéandolo, pero acerque mi rostro a su cabello para olerlo, de repente cerré mis ojos y sentí la presión del silencio en mis oídos, no escuchaba nada más que su respiración relajada. Abrí mis ojos y me asomé a la par de su cabeza y me derretí al verlo automáticamente y sin pensarlo me dirige a su boca contemplándola atentamente sin detener mis manos, me incliné lo suficiente como para rozar mis labios en los suyos antes de que él abriera sus ojos y se apartara brúscamente.

Sebas: -¡¡Jane!!- se levantó y me miró boquiabierto. Yo estaba igual de sorprendida, si quisiese seducirlo me le hubiera desnudado ¿Pero un roce de labios? ¿Cuándo he necesitado yo eso?- ¿Por qué hiciste eso?

No respondí, pues yo también estaba tratando de decifrar la respuesta a esa pregunta en lo más profundo de mi retorcido cerebro. Sebas abrió la puerta y salió.¿Qué te pasa, Jane? ¿Por qué necesitabas el beso de él? Lo del masaje si fue una técnica pero...¿Por qué quería besarlo? O más bien, sentir sus labios cerca aunque estos nisiquiera se hayan tocado por más de tres segundos. Me dejé caer en el acolchado y miré hacia el techo pregúntandome si era Jane la de hace unos segundos.
Me volteé y me acurruqué en la cama, miré su chaqueta tendida, la tomé y la abracé ¡Jane! ¿Qué estás haciendo? ¡No lo sé y no me importa! Peleaba conmigo misma en mis adentros. Tomé la chaqueta y la olí mientras la abrazaba, me perdí en su aroma. Recordé ese momento en la disco cuando lo miré por primera vez entre aquellas luces intermitentes que lo hacían parecer irreal. Me quedé dormida.....

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⏰ Last updated: Jan 03, 2019 ⏰

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MALA JANEWhere stories live. Discover now