The Answer I

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Sunggyu comenzó a correr desesperadamente entre las personas, su vista estaba nublada por las lágrimas que no paraban de salir en esos momentos, su cuerpo temblaba mientras se acercaba al cementerio, pero no le importaba más, necesitaba verlo con sus propios ojos. Necesitaba asegurarse por su propia cuenta de que lo que estaba pasando era real.

Cruzó muchas calles sin fijarse, ¿y que si algún carro lo arrollaba?, ¿Y que si moría?, al carajo!. A final de cuentas el ya estaba muerto en vida.

Ir a la escuela era una pesadilla, todas las mañanas llegaba a la misma hora y se quedaba en la puerta... ¿Por que haces esto Sunggyu?, el nunca va a volver... y aunque sus pensamientos eran esos, su corazón era lo que lo alentaba a levantarse cada mañana todo con aquella absurda y falsa esperanza de quizás si esperaba lo suficiente, vería llegar a Woohyun... radiente y tan lleno de alegría.

Pero eso... No pasaría nunca.

En casa sus padres ya se habían cansado de decirle que debía superarlo, que era momento de dejar ir a Nam... dejarlo "descansar"...

-Todos son estúpidos - gruño mientras aumentaba su velocidad.

La respiración se le dificultaba y sus piernas le fallarian en cualquier momento, pero no quería detenerse más, estaba harto de tener miedo, estaba cansado de todo a su alrededor...

Llego al lugar donde estaba Nam... apenas cruzando la entrada, no pudo más y cayó de rodillas en el piso... la primera vista de todo era la foto de su amigo, una foto en la que lo veía sonriendo, se veía feliz

-Por qué estas tan feliz eh?- dijo mientras aún se encontraba en el piso de rodillas, su llanto era imparable, comenzó a golpear el piso con sus puños, estaba... Destrozado?... Esa palabra ni siquiera se acercaba un poco a lo que sentía...

Su realidad, aquella que había estado negándose por un tiempo, estaba frente a el y sabía que estaba realmente jodido. Su vida había terminado de convertirse en un infierno.

Lentamente se sentó frente a la fotografía de Nam, ahí estaba una vez más y sabía que no sería la última... un Sunggyu frágil, un sunggyu que sólo Nam había podido observar. Un Sunggyu debil... su verdadero ser.

-Te extraño, sabes?, Te quiero de vuelta... Yo te pertezco...- sin más comenzó a dejar salir las palabras que mantenían esa presión en su corazón...

El frío de la noche se hizo presente y fue entonces que sunggyu se dio cuenta que el tiempo que había pasado ahí había sido largo y por muy extraño que fuera estar en ese lugar le había traído un poco de paz.

El día afuera se había puesto realmente mal, llovía demasiado pero eso no le importó, camino lentamente a casa, dejando que las gotas mojaran su rostro y empaparan su cuerpo así podía permitirse seguir llorando y nadie lo miraría, nadie se preocuparía por el y era perfecto, no necesitaba más hipocresía, estaba cansado de que sintieran lástima por el.

Cada calle que recorría, cada lugar que pasaba... todos y cada uno de ellos tenía un recuerdo, una pequeña historia... un pedazo de su corazón. Nam siempre estaba presente en todo momento, ¿cómo querían que lo dejará ir si en todos lados estaba el?.

Después de un largo rato Sunggyu llego a su casa, cruzó la puerta y comenzó a sentirse realmente mareado, cerró sus ojos, sintio como su cuerpo se desplomaba en el piso y lo próximo que supo de si mismo fue... nada.

Lo único que podía escuchar en su cabeza era una voz que le era familiar, alguien que lo llamaba dulcemente y sólo se dejó llevar...

-Te necesito... Woohyun...

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