Pedía que me amarás,
que me extrañarás,
pero lo tuyo era egoísmo,
querías que fuese tuyo por siempre,
mientras tu solo te paseas por las habitaciones de otros hombres.
A veces no me respondías, no me contestabas,
no llamabas,
luego te disculpabas, pero nunca me explicabas nada,
no entendía porque tu frialdad.
Y mi corazón se atormentaba por culpa de tu ausencia.