Pablo (Final)

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Estoy dentro del Palacio de Cristal, la tarde ya está cayendo. Estoy seguro de que Ana ya debe venir para acá, le dí instrucciones a Lolo para que la acompañase en todo, sé que le encantará esto. 

-Pablo deja de caminar que me estás desesperando -me regaña Gema. 

-Es que estoy nervioso, no sé si me va a perdonar o al menos que se le baje el enojo. 

-Yo creo que la vas a matar de amor. Además le vas a dar la sorpresa por acá.

-Pues eso espero, ahora bien... puede darme una buena bofetada.

-Y después besarte, Pablo no seas tan pesimista -miro mi reloj. 

-¿A qué hora va a aparecer? Dios, estoy muy ansioso. 

-Ya verás que... -se queda callada por unos segundos, abre la boca y se tapa con las manos. Me giro para ver lo que ella ve y me encuentro con la chica más hermosa que mis ojos han visto. Mi presente, mi pasado, mi futuro, ella... mi bombón. Se acerca lentamente hacia donde estamos y mira emocionada el lugar, la entrada al palacio está llena de rosas y con cuidado lleva las rosas que le regalé. Entra al recinto y corre hacia mis brazos, sin importarle nada más. 

-Creí que no vendrías -expreso emocionado. 

-Tenía que hacerlo, finalmente, el enojo no me duró tanto... 

-¿Eso quiere decir que me perdonas? 

-Por supuesto que sí mi amor -se separa por un momento de mi cuerpo y miro sus ojos, me pierdo un segundo en ellos y busca mis labios para regalarme el más dulce de sus besos. Nada me interesa en este instante; acaricia mi cabello mientras mis manos viajan a su cintura y se posan en ella, nos separamos por falta de aire. 

-Te amo Pablito. 

-Te amo bombón -nos fundimos en otro beso. 

-Júrame que nunca me volverás a dejar -susurra en mis labios.

-Jamás me apartaré de tu lado, pase lo que pase estaré contigo -le doy un beso corto- además tengo una sorpresa para ti. 

-¿Más? -exclama sorprendida. 

-Por supuesto -saco de mi chaqueta, lo boletos de avión para irnos a París la semana siguiente, la de su cumpleaños-. Mira a dónde nos vamos.

-No te lo puedo creer -sonríe ampliamente- ¡París! ¡Nos vamos a Francia!

-A Francia mi amor -me abraza tan fuerte que nos caemos al suelo.

-¡Eres lo más bonito del mundo! ¡Gracias! 

-A ti, por regresar a mi vida... -la beso- creo que debemos ir a casa.

-Sí -se acerca a mi oído- quiero estar contigo.

Ante las miradas dulces de Lolo y Gema nos vamos a nuestro departamento. Al subir por el ascensor, no logramos contenernos y nos besamos al punto de que nuestros cuerpos piden amarse sin medida. No me pregunten como pude estar cuerdo lo suficiente para llegar a nuestro piso, pero lo conseguimos y fue entrar al apartamento y besarla sin medida. 

Caminamos hacia nuestra habitación, que permanecía con las rosas de la tarde, la acuesto en ella y reparto besos por su cuello, en lo que ella me trata de quitar la chamarra. 

-¿Estamos muy ansiosos hoy? -susurro y ella ríe. 

-Un poco. 

-Pues no esperemos más -entre besos nos deshacemos de la ropa, ella besa mi cuello y yo acaricio su espalda, regreso a su cuello y empiezo un sendero de besos que cubren su clavícula, sus pechos, su abdomen, sus piernas. Ella suspira y sé que quiere que deje la tortura, pero quiero sentirla, amarla como siempre la he amado. 

En algún momento, ella toma el control de la situación y reparte besos por todo mi cuerpo, haciéndome ver la tortura que yo le he provocado, no soporto más y la giro quedando encima de ella, y con un beso, nos volvemos uno. 

-Te amo tanto -susurra mientras acaricio su brazo izquierdo- siento mucho haber exagerado con lo de Julissa. 

-No hablemos más de ella, ni de alguien más... sólo de nosotros -sonríe y me da un beso. 

-Bueno... entonce hablemos de irnos a París la semana entrante. 

-Nos quedaremos hasta tu cumpleaños, de hecho es tu regalo. 

-¡Eres increíble! -se levanta-. Pero sabes que con que estés a mi lado es más que suficiente para mí. 

-Lo sé bombón -se recuesta en mi pecho- pero quiero lo mejor para ti y además es tu primer cumpleaños a mi lado después de tanto tiempo. 

-Cuanto tiempo perdido entre nosotros... -beso su cabello. 

-Lo importante es que estamos juntos... 

-¿Quién diría que Twitter nos uniría de nuevo? -río. 

-¡Bendito Twitter! -nos besamos y dejamos que el tiempo corra mientras nos amamos. 

Twitter [Pablo Alborán]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora