02-La Cifra del Billete

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Capítulo 2
La Cifra del Billete

El sonido de una moneda cayendo sobre una vieja alcancía.

—¿Te gusta ese sonido?— murmuré arrojando moneda tras moneda.

Las personas son ambiciosas.

—S-í-í-Sí

—¿Adivina qué?, ¡Puede ser tuyo y hay mucho más de donde vino ello!

—¿En serio?, ¿Cómo es que...?, ¿Qué tengo que hacer?— sus ojos brillantes estaban llenos de codicia, admirando las relucientes monedas tintineantes.

—Algo muy fácil. Solo necesito hacerte tres preguntas.

Cada palabra es un arma, siempre y cuando sepas como usarlas para hacer daño o proteger.

—Adelante, pregunta lo que quieras.

—¿Qué sabes acerca de Stanley Pines?

Sus labios hicieron una mueca.

—¿Có-mo vo-y a saber?— dijo en y entrecortadamente.

—Escucha Gleeful, regordete Buddy. ¿No acaso eres su mejor amigo?

—Era. ¿Y tú, cómo sabes eso?

—Quien hace las preguntas soy yo, ¿Quieres abrir tu propio negocio, no? Entonces responde a mi pregunta. — repetí impaciente — ¿Qué sabes de Stanley Pines?

—Pues... huyo por los problemas que tuvo con su...
—¡Eso ya lo sé, otra cosa! Necesito la respuesta...

—Él huyo con mi prometida... Escapo de la ciudad cometiendo de nuevo sus fraudes al estado y nunca volví a verlo. ¿Me darás mi dinero sí o no?

—Lo haré.

—A todo esto Bill, ¿Por qué quieres saber sobre Stanley? ¿Lo conoces, por lo menos? Apuesto a que algo tramas, ¿No es así?

—No.

—¿Qué planeas, Bill?

—Eso no te incumbe. — le dije entregándole una hoja y un lapicero.

—Es mi amigo, Bill, — murmuro escribiendo — toma.

Me entrego el papel.

—¿Estas seguro de que solo quieres esta pequeña cifra?– dije al leer el papel.

Las pupilas de sus ojos dilatados se empequeñecieron.

—Terminemos con esto ya, Bill.

*****

El mercader de productos negros en la vieja estación me es eficiente a la hora cuando necesito proveer algunos materiales de trabajo. Pero los objetos son costosos y no se pagan con el papel verde continuo. Se hace algún tipo de trueque, con las llamadas especias. Un pago distinto al de otro por mucho.

—¿No estas dispuesto a pagar con otra cosa, Cipher?

—No estoy listo para eso aun, Shermy.

—Esto es nuevo, ¿Dos Waddles?

—Amanecí con una visión distinta hoy.

—Oh, vaya. ¿Sabes cómo preparar a Waddles? ¿Quieres una mascota o un sacrificio, eh?

—No quiero una mascota para mí. Será el obsequio de alguien más.

—Esta bien. Antes de entregar tres gotas de tu sangre, ¿Podrías decirme que puedes ver con tu ojo para mí?

No logre obtener nada de información sobre el paradero de Stanley, pero necesito encontrarlo. ¿Quién puede saber más que yo sobre todo?

La tela de mi tienda se estaba desgastando, se ponía rasposo, había perdido gran parte del color y el espacio parecía menor. Debo encontrar otro hogar.

—¿Eres el famoso, Bill? ¿Él que todo lo sabe?— dijo una voz entrando a la tienda.

—¿Qué necesitas, humana?

—¿Acaso no eres también humano?

—Yo no soy... yo so-soy... Estoy seguro que vienes por algo.

—Vaya, Bill. Bien – interrumpí — ¿Ocurre algo?

—Necesitas hallar la forma de engatusar a un hombre, ¿No es así?

Su mirada no se inmuto. La chica seguía igual. Y sonrío.

—Acertaste, cariño, ¿Qué me recomiendas, Bill?

—No doy consejos, ni hago amarres, ¡Largo!

—Creo saber algo que necesitas.

—¡He dicho que te vayas!

—¡Stanley Pines! ¿No?

¿Cómo ella sabía que necesitaba de Stanley? ¿Acaso había un soplón entre mis clientes?

—¿Qué pasa, Bill? ¿Estás sorprendido?, "El Gran Bill", ja-ja-ja. — río sarcásticamente.

Le hubiera roto el cuello con un solo golpe de la palma abierta de mi mano, pero me contuve.

—Hable, señorita Alegría.

—Espera, ¿Acaso no todo tiene una cifra, Cipher?

Me levante de la alfombra donde estábamos sentados. Camine hacia algunos frascos que contenían varios tipos de especies de extrañas anomalías. Sus contenidos son un misterio de la alquimia.

—Veras, Alegría... tu hombre necesita un hijo que sea su adoración, ¿Entiendes? — comencé a susurrar para mí— ¿Será este frasco? Mmh..

—Yo no...

—No puedes tener hijos. — dije después de interrumpirla — ¿Entonces que sabes de Stanley?

—Cipher, sabes bien donde esta, ¿No es así?

—¿Qué quieres decir?

—No necesitas saber donde esta. Quieres encontrar la forma de recuperarlo, ¿No?

—No entiendo.

—¡No, si me entiendes, pero no quieres aceptarlo! El hecho de que te hayas equivocado una vez, no significa que...

—¡Aquí esta, Alegría!

Tome un frasco con una sustancia de color azul celeste mezclada de un blanco que se le cortaba y separaba de entre sí los colores.

—Ten...

—¿Y esto como funciona?— dijo confundida

Camine atrás de ella.

—Escucha con atención Alegría, para que esto funcione tuviste que haber tenido coito con Gleeful, ¿Ya ocurrió, no es así? Cierra la boca y deja que este Waddles haga el trabajo. Solo recuerda que tu engendro tiene una pequeña maldición de Cipher...

Me miro estupefacta y solo pude sonreírle.

Abrí el frasco y el Waddles azul comenzó a emerger, un lechón azul con alas corría, pataleaba y volaba alrededor de la tienda.

—¡ESCUCHAD WADDLES, CORRED HACÍA LA SEÑORITA ALEGRÍA Y HACED TU TRABAJO!

Los gritos de una mujer torturada por todo orificio posible para poder llegar a la concepción a través de el sacrificio de algún ser viviente.

Y una cifra de buen valor se te sera bien recompensado.

Casa Árbol (BillDip)Where stories live. Discover now