|Capítulo 42|

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Ethan pisó  Seattle unos días después, me sorprendió con su llamada para decirme que ya se dirigía al hospital. Apareció como un ciclón en el ascensor. De inmediato quiso ponerse al corriente de todo, se le veía muy profesional hablando del tema con la doctora. En todo momento mostró preocupación por mi pequeña, estos dos días ha estado muy interesado en su caso. Confesó que estaba muy feliz de estar en familia, con mi madre más que encantada con su presencia, desde que los visitamos con Sophie, ellos le tomaron aprecio. Y no que decir del cariño que le tiene a la pequeña, él sí ha podido pasar a verla.

Ahora se ha ido, su conferencia duró sólo dos días y debe regresar para seguir con sus ocupaciones, pero durante los días que estuvo, fue mi contacto con Sophie. Me daba sus recados y yo podía devolverle una respuesta. Así, mi pequeña hija estuvo tranquila a pesar de no poder vernos todo el tiempo.

Poco más de 72 horas, eso tardaron en poder dejar que viese a Sophie, tuvo algo de fiebre, por eso la mantuvieron unas horas más dentro de la UCI para cerciorarse de que no existiese una señal de infección que terminase por complicar todo al final. La frase: "Ha sido un éxito" nunca tuvo un sentido tan celestial para mí.  Ahora la doctora está terminando de acomodarla, le han puesto televisión en el cuarto para que no se aburra demasiado.

—Sophie, préstame a tu papi un momento —le pide la doctora con cautela para que no se enoje.

—Siempre me presta a papá, busque el suyo. Y además no lo he visto en muchísimos días, casi cinco mil. —Responde a modo de reproche.

—Sophie —la reprendo, no puedo permitir más desaires, recién la han traído al cuarto y ella sigue con su mala actitud. —Voy a salir un momento, ya regreso.

Se encoge de hombros y su mirada vuelve a la televisión. ¡Ay, señor! No puedo con esta niña, bueno, si puedo, sólo es un decir, cierro la puerta.

—Ahora que Sophie está en el cuarto me imagino que sus familiares querrán verla, pero les tengo una noticia, es área de visitas restringidas aún, en unos días la pasaremos a otro lugar, donde se quedará el tiempo que sea necesario, ahí pueden pasar con tranquilidad, pero con tiempo de visitas limitado, no puede entrar a verle nadie que tenga siquiera un resfriado leve, ¿Entendido?

—Sí, pero, ¿Yo si puedo estar con ella? —mejor pregunto, estoy seguro de si no me dejan que esté con ella, Sophie va a armar el quilombo del siglo.

—Dejo que estés tú por recomendaciones de Eleonor, para evitar las complicaciones de Sophie, sabemos de la actitud que viene tomando —ríe con sorna—, y créeme que quiero el hospital en pie por mucho tiempo. Pero nadie más lo hará, no es conveniente. Uhm, una persona más fuera del equipo médico podrá hacerlo —dice levantando su dedo índice.

Frunzo el ceño ¿Tendré que elegir yo quién es?, ladeo la cabeza para que continúe.

— ¿De quién estamos hablando? —recuesto mi cabeza en la pared.

—Ya lo vas a ver. —Alguien se acerca, no le veo, puesto que estoy de espalda. —Es Zoe Jobs. Los dejo.

Ella aparece sonriendo como siempre.

—Hola Ashton.

—Hola —el plan inicial era un beso en la mejilla, pero al final termino por darle un abrazo. — ¿Cómo estás?

—Muy bien, ¿Qué tal todo por aquí?

—La señorita mal humor, está en su máximo esplendor —desde que Sophie ingresó, esta mujer ha tenido acceso libre, nos atendieron enseguida, le realizaron exámenes en horas fuera del horario, y ahora puede ver a Sophie cuando es área restringida, ¿Qué poder tendrá? — ¿Cómo lo haces?

Prometo Quererte SiempreWhere stories live. Discover now