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En cuanto a vi a Nathan alejarse con los paramédicos por la puerta del colegio, no podía dejar de estar preocupada por el, no podía para de pensar en que estaría sintiendo o que le estarían haciendo sin que yo pudiera hacer algo, sin no poder estar ahí para el y darle de mi compañía y apoyo.

Me devolví a mi salón, me había quedado con unos cuadernos de Nathan para poder adelantarlo de las clases que el no estaría.

Nathan poseía una manilla negra la cual llevaba en su brazo cortado, resulta que la coordinadora había dejado la manilla en el lavamanos de la enfermeria, y cuando yo fui,ñ a limpiar una gasa, vi la manilla, la lave ya que aun tenia sangre y la guarde, para que a Nathan no se le perdiera su manilla.

En clase mientras transcurría el resto del día, sacaba la manilla y me hacia recordar a Nathan, y me preocupaba por el, pero debía tranquilizarme, se que estará bien.

Acabo la jornada escolar y me regrese a mi casa, en cuanto llegue a mi casa, llame a Nathan muy exasperada anhelando que el estuviera bien.

Cuando me contesto sentí un alivio gigante, sabia que el estaba bien.

-Nathan, me tenias preocupada - le dije al otro lado de la linea.

- No tienes de que preocuparte todo salió de maravilla, aun así, gracias por preocuparte por mi

- No hay de que - dije con alivio.

Me contó todo lo que le habían hecho, la suturación, y la gran espera que tuvo que pasar mientras lo atendían.

Me alegro haber podido conversar con el, y saber que todo había salido bien en el hospital.

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