Parte 4: "LA GRADUACIÓN: MI GRAN PAPELÓN"

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Ese día, era el día tan esperado.

¡El día de mi graduación!

Llegué al cotejo, "con lo justo". Casi me pierdo el diploma, por el imbécil de Duriel, quien, (tras empacharse de choco tortas y malteadas, el días anterior, acabó con una diarrea que no se curaba con nada. Veintisiete calzoncillos, bañó de repulsiva "mostaza", el muy desgraciado. Le

hice tragar, una "farmacia" de analgésicos, para que se recuperara. A pocos minutos, de arribar el autobús, se compuso, (como por arte de magia), y, con mucha suerte, cogimos el último coche. Y aquí estamos, como gilipollas, tocando el timbre, pero nadie responde. Hasta que al fin, salió un hombre, de impecable saco sport celeste, y corbatín blanco.

¡Era el señor Daguirre!

¡El viejo endemoniado de la clase de "corte y confección!

¡El Iván el Terrible, del mundo de la moda!

Lo bautizaron así, por su estilo perfeccionista, severo e imparcial.

Estilo único, (con el que dictaba dichas clases).

"Y su aterradora cara de culo"...

¿Mencioné su cara de?...

En fin. Nos abrió la puerta, (con desgano). No sin antes lanzarnos, una ponzoñosa mirada a ambos. Y luego, añadió:

¡Mierda, mocosos!

¡No llegan temprano, ni el día de su graduación!

Acto seguido, se sonó la nariz. Y partió con los jóvenes, con destino, al segundo piso, del salón de eventos, del Roca. Ingresamos. Un coro de niños, amenizaba la antesala de la entrega de diplomas. 

¡Tenían unas voces impresionantes!

La canción toco su fin, y un relámpago de aplausos, se hizo escuchar, en toda la sala.

¡Bravo!-chillamos Duriel y yo, (al unísono). En tanto, una ardiente profesora de modas, relojeaba

como loca, el impresionante y duro culito de Duriel, pero creo, que él, ni se percató de ello. Le echaba miraditas lascivas, y hasta se tocaba con disimulo, sus flamígeras curvas.

"Para mí, que esta vieja zorra, quiere un trozo de longaniza"- pensé. En ese preciso instante, comenzó la premiación:

- "El premio al mejor promedio, es para"...

- "¡Duriel Andrada!"- pronunció, a garganta pelada, el animador de la ceremonia. Todas las chicas estallaron en aplausos, silbidos y besos, para él. Él, subió orgulloso al escernario, y, acto seguido, se le hizo entrega de una medalla dorada, un diploma, y una beca para seguir capacitándose en Milán.  En tanto, la profesora de la cátedra de "diseño de ropa deportiva", se

había chupado el dedo índice, el cuál, pendía como una erótica golosina, navegando sobre su lengua.

¡La señal es clarísima!

¡Su cuerpo, pide a gritos, que la cojan!

Es más si no hubiera nadie en la sala, estoy segura, que habría follado, hasta con el barrendero del Roca.

- Y, el segundo premio es...

- "Para Sara Ramírez".

- ¡Un fuerte aplauso, para ella, por favor!

Todos aplaudieron, al unísono. Subí al escenario, y, tras resbalar con un escalón de madera, me estrellé estrepitosamente, contra el alfombrado suelo.

Justo en ese instante, todos, incluido Duriel, abrieron los ojos, como platos.

¡Guau!

¡Bonito culo, Ramírez!- exclamó, la mayor parte de la platea femenina. Me sonrojé, como una idiota. Acto seguido, bajé, mi diminuta pollera fucsia. Y, como si nada, fui y recogí los premios. Ante la atónita mirada de los directivos y profesores.

¡Todos rieron como descosidos!

Las horas pasaron, y no podía quitarme, la puta imagen de mi cabeza.

¡Estúpida graduación!

¡Grandísimo papelón!..

LA CHICA DE LA MALTEADA DE TUTTI FRUTTIWhere stories live. Discover now