LA CHICA DE LA MALTEADA DE TUTTI FRUTTI

Parte 6: "FOLLANDO, COMO ROBOTS 2"

Fuimos a la cena en el "Domo de las Ninfas". Sarita lucía, sencillamente provocadora. Ese vestido de seda rojo, ese seductor escote de corazón, esos labios...

¡Mierda, estoy prendido fuego!

Su silueta ardía en llamas, bajo ese atractivo vestido. Parecía una auténtica princesa del infierno, o la más preciosa luminaria del firmamento.

- ¡Estás magnífica, Sarita!

- Caray, gracias, Duriel.

En ese preciso instante, apareció Makolo, un jugador universitario de rugby, (moreno, alto y musculoso).

- "Cette fille est un enfer", (esta chica, es un infierno)- le susurró Makolo al oído, (a su amigo).

- II  devrait etre une lionne dans le lit, (Debe ser una leona, en la cama)- concluyó, el moreno. Acto seguido, un mozo algo amanerado, nos indicó la sala comedor.

- "Al final del pasillo, a la derecha"- nos indicó.

- Vestía una camisa celeste con vuelos, y tenía una incipiente "barba candado". Y, como dice el dicho: "barba candado, puto, asegurado", ji, ji. Fuera de eso, comimos, como los dioses.

- ¿Quieres, más?- preguntó Sarita, acercándome el pote de calamares ahumados, con salsa de

ajonjolí y almendras, y crema de champiñones y miel. Con esa mirada tan ardiente e intensa, que me hacía estallar la polla, de placer.

- Sí, gracias- le dije, (al tiempo que sentí un relámpago de caricias, en la entrepierna). Miré quien era, y allí estaba, ella, rozando con sus fragantes y longilíneas piernas, mi polla, (incitándome a cometer, el más caliente de los pecados).

¡Lo sabía!- (pensé, para mis adentros). Mientras una risita cómplice, se escabullía, como rocío de luna, de entre sus labios. Bailamos, luego. Un tango de Ástor Piazzola, luego una lambada, pude sentir su aroma a menta. El dibujo de sus labios, resplandecía, bajo la luz de las estrellas.

Bailaba muy bien. Eso, no lo sabía.

- A la quinta pieza musical, ya tenía la polla, más dura, que un martillo.

- Y la pícara Sarita, (al darse cuenta), me susurró al oído:

- ¿Quieres cogerme, bombón?...

- Asentí, con la cabeza.

- Mozo, ¿dónde queda la habitación con piscina privada?...

- Cuarto piso, por el corredor, ( a mano izquierda). Cogí a Sarita de la mano, y desaparecimos.

- Previo a eso, solicité a Raouil, "la número dos y la seis". Aceptó. Llegamos, tras un sin fin de escaleras.

- Entramos.

- ¿Querías jugar, muñeca?- le dije, (empujándola con dulzura, hacia la cama?

- ¡Ya verás, de que soy capaz?-arremetió la joven.

¿Qué será, de esta preciosa velada?

¿Nos descubrirá la dulce luna, follando como robots?...

Gracias, a @EditorialInspira,por tan bonita portada. Muy recomendable, esta editorial...