Party Night (Part II)

90K 3.4K 584
                                    

"Hoy te miraste en el espejo

y te fue triste estabas sola

la luz rugía el aire cantaba

pero tu amado no volvió."

Alejandra Pizarnik, La Enamorada.

Nos encontrábamos en su auto, un descapotable último modelo color negro y vidrios polarizados. Estaba en el asiento del copiloto, mirando atentamente la nada por la ventanilla, absorta en mis pensamientos, mientras callaba a mis voces con susurros mentales de juegos irónicos. Estaban hambrientas, aunque no podía hacer nada en ese momento para satisfacerlas. Rompí el silencio con la pregunta más estúpida que se me había ocurrido, pero la intriga era demasiada y el odio hacia la respuesta inminente era necesario.

– ¿Por qué me has invitado a la fiesta? –pregunté mirándolo a los ojos con el ceño ligeramente fruncido y los párpados caídos.

Él giró la cabeza, sus ojos verdes, aquellos que enamorarían a cualquier adolescente normal, pero yo no lo era, se fijaron en los míos color avellana.

–Porque había que ir con algún acompañante. Creo que es una fiesta de bienvenida por el principio de curso –dijo, moviendo las manos con poco entusiasmo hacia la idea de la fiesta.

–Me imaginé que había que ir con alguien –dije con una sonrisa sarcástica rodando los ojos–. Pero lo que no entiendo es por qué elegiste venir conmigo –concluí casi en susurro, dándome la vuelta para seguir mirando por la vereda las luces de la ciudad, que comenzaban a encenderse a medida que el sol se ocultaba cada vez más por entre los rascacielos.

–Porque realmente me gustaría conocer tus secretos, creo que tienes muchos detrás de tus ojos. Realmente me interesas.

Lo miré rápidamente a los ojos, como si me hubieran dado un electroshock.

–Jamás podrás descubrir lo que hay dentro de mi cabeza –contesté amenazante.

Lo que más me molestaba de las personas, además de su existencia constante en el Universo, es que quisieran saber sobre mí, o sobre lo que yo guardaba dentro de mí.

– ¿Apuestas? –preguntó en tono juguetón, mientras aparcaba el coche frente a un chalet de madera. Era enorme, y parecía realmente tener mucho dinero la familia de Jennifer. Pero, lo que realmente dejó mis ánimos por el suelo era que estaba lleno de adolescentes con botellas de cerveza y, lo más probable, es que tuvieran drogas entre sus pantalones –porque la mayoría, estaba ya borracho, revoleando sobre sus cabezas unas playeras coloridas que parecían estar mareándose–.

–Bueno, aquí estamos, parece que la fiesta empezó hace bastante –dijo, mirando a los adolescentes que había visto anteriormente.

Apagó el auto y yo salí lentamente, dispuesta a colocarme en un rincón y tratar de morirme mentalmente hasta que esté de nuevo en mi dormitorio, totalmente sola, escuchando música.

Desde el jardín delantero, por el que estaba caminando por el pasto –esquivando las botellas tiradas en el suelo y algunos borrachos medio en coma, que parecían muertos realmente–, se escuchaba una música electrónica proveniente del chalet, donde se veían luces de colores fluorescentes que se movían al ritmo de la canción irritantemente monótona. Puse los ojos en blanco, pensando realmente por qué estaba aquí y qué me impedía huir corriendo.

Me di la vuelta, decidida totalmente a irme a pie si era necesario para salir de allí, cuando una voz chillona y desesperante llegó hasta mis oídos, gritando el nombre de mi "acompañante". Giré la vista hacia el lugar donde provenía el grito, y vi a Jennifer saltando encima de Jamie que lo menos que quería, por la expresión de su rostro, era verla. En el salto, se le levantó la minúscula minifalda, mostrando una tanga roja que dejaba a la vista... todo.

Schizophrenic Obsession © (Trilogía Obsession #1)Where stories live. Discover now