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  — ¿Vale? — vuelve a repetir Elijah.

— No... me refiero... — vacila—  amigos. ¿Sí?

Elijah hace un puchero, pero luego, se acerca a ella y le da un leve abrazo. Olfatea un olor inusual en Aubrey, no un olor mundano, sino uno sobrenatural, uno... raro. 

— ¿Qué has estado haciendo? — pregunta, a la vez que se aleja de ella.

— Uh, nada. He pasado en casa, leyendo libros y comiendo mucho.—se ríe al decir tal cosa.

— ¿Ah, sí?   Ya veo el por qué estás gordita.—bromea.

Ambos empiezan a caminar por el pasillo, dirigiéndose a la oficina de los jefes. Aubrey se ríe ante el comentario de Elijah y lo empuja contra la pared.

—No estoy gorda, pero si lo estuviera, estaría muy orgullosa de ello.

Elijah abre la puerta de la oficia, y ambos entran. Aubrey se sienta en una silla un poco lejos de el escritorio, donde se sienta Elijah.

—Con mis hermanos hemos estado pensando en remodelar el lugar, ¿sabes? Y bueno, tengo una que otra idea sobre la discoteca. No sé, solamente quisiera una opinión femenina.—Dice Elijah observando su computadora, a la vez que con la mano libre se sostiene el mentón.

—Creo que ahí voy a quedarte mal, porque mis gustos no son tan femeninos que se digan.

—No importa, mira, queremos cambiar el suelo, y hacerlo más lujoso. Como que el suelo con luces de neón ya aburrió. 

Aubrey se acerca a la computadora, se inclina y observa las imágenes que Elijah le muestra. Ambos observan las tres propuestas.

—¿Cómo diablos será un suelo y a la vez una pecera? ¿Y si se rompe? —dice al observar uno, donde hay agua y unos lindos peces nadan debajo.

—No tengo ni la mayor idea de cómo haríamos eso, pero Malcom siempre contrata a un ingeniero, que de verdad, hace todo posible.

—Un suelo y a la vez pecera, sería asombroso.—dice, maravillada.

—¡Lo sé! El año pasado Malcom nos llevó a nadar con delfines. Fue estupendo.

—¿Sí? Eso suena genial.—Aubrey se aleja y vuelve a su asiento.

—Ajá, fue por mi cumpleaños. Aquí... —saca su celular y lo observa—, sí, mira, aquí tengo fotos.

Elijah le pasa el celular a Aubrey y observa las fotos, donde salen los tres hermanos, sonriendo en una enorme piscina, otra donde salen los delfines.

—La verdad es que nunca he nadado con delfines.—le entrega el teléfono.        

—Un día lo haremos.

—Yo creo que tengo que volver al trabajo.

Aubrey se pone de pie, quiere irse ya que el ambiente que tiene con Elijah es bastante ligero, ameno y eso le asusta un poco, más con tales declaraciones que él ha hecho. Elijah le ignora, está emocionado hablando y contándole sus historias y Aubrey le mira con una sonrisa ante tantas cosas divertidas que ha hecho en su vida.

—¿Tú qué has hecho de divertido? —pregunta Elijah.

—En realidad nada.—Aubrey se acomoda en el asiento, observando el techo y recordando.

Se da cuenta que en su vida sólo a habido cosas malas; la mayor parte se su vida ha pasado esforzándose por tener una vida mejor, por tratar de sobrevivir pero nunca ha llegado a ser completamente feliz, ni ha tenido paseos divertidos por vacaciones como los que tienen las personas normales.

Son Of The MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora