5.- Parte: "¡ALLI ESTÁ!"

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Una vez que estuvo frente a frente del lugar más oscuro del pueblo, se dijo así mismo cosas de motivación y antes de entrar, tragó saliva y dio un gran suspiro.

Su caminata nocturna comenzó. No se sentía bien por los arboles que se movían haciendo leves sonidos, el viento tampoco lo ayudaba mucho, se sentía una amplia corriente de frío, no fue la mejor idea que tuvo; Sin embargo seguía caminando atento a todo movimiento humano. Su mente le decía que volviera cuando se dio cuenta de lo perdido que se encontraba.

—Maldición... ¡Arg! —Se quejó frotando sus manos una con otra— Tal vez sea cierto de lo que dicen de mí... No es real —Susurró, por fin, se rindió. En torno a la situación, se volteó y se iba regresando, aceptando todas las cosas de él, cada error.

Con la cabeza inclinada hacia el suelo, iba preparando una disculpa pero no pudo contener las ganas de mirar a sus espaldas, parecía que alguien lo vigilaba, fue entonces donde se giró lo más lento que pudo. Eso provocó que la respiración se le hiciera acelerada hasta llegar a voltearse por completo. Allí estaba, un hombre robusto que concordaba con lo que había visto anteriormente.

Tomás dio un pequeño salto por el susto y se tropezó, cayendo en frente del hombre. Obviamente se quedó perplejo. Era real, lo era. Ya no sabía que decir y se mantuvo mirando fijamente, sus ojos ya reflejaban asombro y el silencio se apoderó del lugar.

El viento y los arboles hacían más tétrico la situación. El hombre se dirigía al pelinegro mientras que este se levantaba y se preparaba para todo lo que viniera por parte del acosador.

—¿Quién es usted? —Tartamudeó Tom retrocediendo dos pasos.

El hombre no contestó nada y siguió su objetivo hasta tenerlo en frente. Había una gran diferencia de altura por eso Tomás subió su mirada sin poder ver sus ojos, al instante el hombre robusto reposó su mano en el hombro del pelinegro, este pudo sentir el frío que poseía. No parecía humano, estaba mucho más fría su mano que todo el lugar.

—Estás condenado... Tu locura te matará —Fueron las palabras del desconocido, su voz era bastante profunda y tenebrosa.

—Pero... ¿Por qué?... —Tom no tenía ni la mínima idea de lo que había dicho o hecho.

El hombre apretaba el hombro del joven haciendo como resultado que él se quejara y lo empujara. Ya tenía suficientes pruebas como para probar la verdad, en eso Tomás agarró su sombrero y lanzó un polvo al suelo e hizo que se prolongara por el lugar donde se encontraba pero sin antes decir unas cuantas palabras.

—¡Algún día nos volveremos a ver, anciano! —Carcajeó cuando todo el polvo se expandió.

Luego de un pequeño rato, Tom creó una distracción para regresar al circo. El hombre no se sorprendió al ver que el joven no estaba con él. Sabía que él era mago, por eso solo quitó el polvo de su cara y se desapareció entre las sombras del sitio.

Por su parte, Tomás había usado el ya mencionado polvo para tele-transportarse, después de todo, tenía eso a su favor.

Salió de su closet para trucos de magia. No se recordó de que lo había dejado en el centro del circo, eso hizo que cuando saliera de allí, su cara de felicidad se cambiara por una de seriedad al observar a sus compañeros sentados y practicando.

—Con que estaba escondido en su refugio... ¡Quise decir! armario de magia —Se mofó un domador de unos de los caballos mientras ponía a los animales en su respectivo lugar.

—Solamente quiero decirles que ya se quien me observa... ¡Es un hombre alto y como anciano! —Les indicó el delirante hombre.

Los demás, excepto Rubí, se quedaron confundidos y a la vez casi se reían otra vez. Pero no lo hicieron, no querían hacer sentir mal a su compañero así que siguieron escuchando la historia hasta que Rubí lo interrumpió.

—Oh, qué historia tan interesante, ahora dinos dónde está el hombre.

Antes de que el pelinegro le contestara, la mirada de Tom se volvió una de susto y terror. Empezó a temblar y gritar muy alto como si de un niño pequeño se tratara.

—¡Allí está, atrás de ti, allí esta! —Repetidas veces.

Todos miraban a su alrededor y no vieron nada. Hasta ahí, ya no soportaban ese comportamiento, lo intentaron tranquilizar sosteniéndolo con fuerza y aun así seguía repitiendo lo mismo.

Paró de gritar cuando le explicaron que no había nada. Eso le hizo entender lo poco de cordura que tenía.

♠El origen de Magic Phantom | OC Creepy♠Where stories live. Discover now