7.- Parte: "Lo que perdí"

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Los dos últimos días fueron una terrible tortura para Tomás. Llevaron a un doctor para ayudarlo con su paranoia pero nunca se atrevió a salir de su camerino. Se la pasaba gritando lo mismo:

"¡No estoy loco, no estoy loco, no estoy loco!"

Cada vez gritaba más fuerte e incluso pateaba, golpeaba y decía cosas sin sentido. La conclusión de muchos fue de que él ya perdido contra la locura. Eso no detuvo a los del circo pero tuvieron que cancelar el show de "Magic Tom" hasta que se recuperara. Aquello provocó chismes por parte de casi todo el pueblo, lo que trajo como consecuencia mala reputación a "Big Laugh Circus".

No terminaron cerrando o clausurando el circo porque cubrían cualquier especulación de Tomás.

Un 28 de septiembre el dueño, Richard, tomó la dolorosa decisión de irse antes de que cerraran su trabajo, por ello mando a que todos sus trabajadores comenzaran a recoger sus respectivas cosas de show. Solamente faltaba Tom, ya hasta les daba miedo de entrar a su habitación.

—Tomás... Ya nos vamos de aquí, puedes salir, el tal hombre ese no vendrá a golpearle o lo que sea... ¿Tomás, estás allí? —Tocaba Richard la puerta de la vagoneta del mago.

Lo único que no le parecía "bien" es que no grito, ni nada. Tranquilidad, tal vez estaba dormido, tal vez muerto, cualquiera de muchas de las opciones eran malas.

Una vez que no tuvieron respuesta por parte del pelinegro, abrieron a la fuerza sin importar más. Jamás se imaginaron el horror cuando se dieron cuenta de que el mago no se hallaba, solo sus cosas desordenadas por todas partes, cartas, pelotas y ropa en el suelo de madera se podían apreciar.

De inmediato comenzaron una búsqueda, las autoridades se involucraron en el caso, lo más doloroso fue ver como Rubí dejaba caer lagrimas, la culpabilidad la cegó completamente, era demasiado para todos. Buscaban sin parar, por dos días enteros, eso daba que se retrasaran en su trabajo, otra razón por la cual seguir buscando. Mientras los días de búsqueda se hacían, personas y mascotas también desaparecían, era como si todo estuviera conectado, solo que la última vez que fueron vistos las personas desaparecidas iban a la tienda, al bosque o a pasear, lo típico en un pequeño pueblo.

30 de septiembre - Dos días de búsqueda:

Richard, Rubí y los demás, estaban exhaustos por toda la caminata que dieron aquel día, casi no habían rastros del mago. El dueño caminó en circulo sin concebir la desaparición de Tomás, haciendo sus pasos más tensos y rápidos.

—No hay nada. Nadie lo ha visto... ¡Y nos siguen culpando a nosotros por todo! —Richard, aparentemente molesto, gritó una vez más.

—La policía no ayuda casi nada, están ocupados con las nuevas desapariciones —Sumó el dueño del león.

Una de las mujeres acariciaba el cabello de Rubí para hacerla sentir mejor.

—Todos tienen la culpa —Susurró la mujer castaña, lo que hizo que las miradas se fueran hacia ella.

—Rubí, lo único que has hecho es llorar. Nosotros lamentamos mucho lo ocurrido pero eso no nos detiene en seguir buscando —Contestó el dueño mirando a la mujer.

Ella en respuesta, se levantó bruscamente. Pareció haberse ofendido por el comentario, su actitud se adaptó a la situación y miró a Richard un poco disgustada.

—En primera, yo no fui quien se burló de él. Yo si lo ayudé.

Eso no conmovió a los demás, por eso, de la nada comenzaron a discutir sin razones, sin sentido y sin buenos argumentos. Los gritos eran insoportables al punto de que nadie escuchaba lo del otro, el ambiente se puso hostil e incomodo, incluso para los animales que dormían. Cada uno le gritaba a alguien haciéndose el héroe, hacía años no discutían así y la amistad se iba rompiendo como un vaso de vidrio en el suelo. Fue en una de esas que alguien dijo algo de mas.

—¡No te hagas la buena! ¡¿Crees que él quiere que peleemos así?! —Terminó de regañar Richard a Rubí la cual a punto de darle una bofetada, se detuvo y rompió en llanto otra vez.

—Yo... Tampoco quiero... Esto —Sollozó la mujer que lloraba y cubría su cara.

El dueño del circo se percató de que los gritos cesaron y suspiro por alivio además para liberar tensión. Abrazó a Rubí ya que no quería que gastara sus fuerzas en dejar caer lágrimas.

—Ya, perdóname, yo también estoy muy preocupado... Pero seguiremos buscando, lo prometo —Le insistió Richard tranquilizándole.

Al escuchar aquellas palabras, correspondió con el abrazo y rezó, simplemente lo hizo. Los demás al ver el abrazo sonreían un poco, sabían que seguirían hasta encontrar a Tomás.

—Desde afuera se escuchaban los gritos... —Se unió una voz familiar desde la entrada del circo haciendo como una especie de eco alarmando a todos.

♠El origen de Magic Phantom | OC Creepy♠Where stories live. Discover now