Capítulo único.

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No tenes idea lo que es. El chabon es cualquier cosa boluda.

Anda de acá para allá viendo que puede hacer, no tiene planes para el futuro ¡No piensa en el futuro! Vive día a día y como puede, como le venga en gana. Siempre sin horarios, terriblemente impuntual. La primera vez que nos vimos lo estuve esperando media hora, sentado en un banquito de una plaza. Me cague de frío. Lo llamé re caliente, bardeandolo.

¿Sabes que paso?

El hijo de su madre se confundió de plaza, estaba en la otra punta del pueblo ¡Cualquiera! Por Dios, Anna, boluda... Igual lo espere. Me compro un tostado primavera y un juguito de naranja, me pidió perdón toda la tarde y me beso como nadie. Que manera de chapar...

Me quede con las ganas, así que al otro día nos vimos.

Esa vez llegó 25 minutos antes. Chapamos toda la tarde... Ese día no hubo tostados. Pero tomamos un café horrible en una confitería que estaba llena de moscas. Da igual.

¿Ya te dije que no tiene horarios? Se levanta a cualquier hora, directo a romper las bolas. Me preparo un desayuno, eran las cinco de la mañana y domingo. Cena cuando quiere y cuando no, fuma toda la noche. Al almuerzo ni lo conocía, ¿Tenes una idea el por qué? "Como cuando me da hambre" me dijo. No engorda nunca, cuando yo tuve que ir al nutricionista (que me salió carísimo) e ir al gimnasio todos los días, tres horas seguidas. Me cague de hambre y él come cuando quiere.

No cree en Dios, se la pasa diciendo que son boludeces. Una forma del gobierno y la iglesia para controlarnos y decirnos que es inmoral y que no. Pero cree en los aliens. En algo hay que creer ¿No?

Piensa que la vida se resume en el teorema de Darwin sobre la supervivencia del más apto. El chabon no pierde la cabeza porque la tiene pegada. Quería que nos fuéramos a vivir al bosque, a sentir la madre naturaleza y experimentar la vida salvaje, lejos de la tecnología y la reglas morales de la sociedad... Sin su computadora y sin Coca-cola no vive, y pretende hacerse el Bear Grylls.

Es cualquier cosa, desordenado, sucio, adicto al pucho, no tiene rutina, le gustan los programas de farándula, pero no le gusta la gente que habla de los demás sin saber. Se viste siempre con la misma ropa, zapatillas deportivas, jean azul y remeras con estampados psicodélicos... Callo así al velatorio de su tío y al casamiento de su prima. En el departamento anda en cueros todo el tiempo, con las ventanas abiertas (y como me calienta) pero duerme abrigadisimo en pleno enero.

No tiene sentido del tacto. Cuando me pidió salir dijo que estaba cansado de estar solo y cuando me pidió vivir juntos fue porque "Me aburre tener que tomarme el bondi para ir a tu casa"... Vivíamos a 10 cuadras de distancia. La primera y única vez que me dijo algo tierno fue cuando me leyó la poesía pedorra del dos corazones*. Le encanta hablar cuando cojemos y le gusta morder... Esa no es una queja como lo otro, me gusta. Solo quería presumir.

El otro día llego a casa con el pelo pintado de azul y rapado a los costados... Cogimos ahí no más, en la entrada del departamento. Estaba tan potro boluda.

Él y yo no pegamos ni con cola, nuestros amigos dicen que somos el sur y el norte de distintos. Pero que queres que haga boluda, el chabon entro a mi vida, la desordeno toda y no se quiso ir más. Y no quiero que se vaya jamás.

Uff! Boluda... Estoy hasta las bolas. Lo amo tanto.






¿Vieron ese punto? El del final, bueno, ese punto es definitivo. En esta historia (que de historia no tiene nada, básicamente es la histeriqueada en palabras) no hay continuaciones. Amen.

*Dos corazones: un chocolate de una marca muy conocida, que viene con una poesía chotisima. Pero el chocolate esta buenísimo.

Hasta las bolas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora