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Jihoon estaba nervioso, habían pasado dos días sin que el pelinegro de Seungcheol le gritara piropos, y no, no lo extrañaba. Solo estaba preocupado porque sabrá Dios de qué era capaz ese chico.

Pensando en eso se encontraba el pelirosa mientras estaba recostado de la pared del baño en horas de receso.

-Tienes cara de ser el nueve que le falta a mi seis. –Le dice alguien al oído. Jihoon, quien había cerrado los ojos al afincarse de la pared, los abrió de golpe- ¿Me habías extrañado? –Le guiñó un ojo y Jihoon quiso golpearlo porque en parte era verdad que lo había extrañado aunque no quisiera admitirlo-. Estaba buscando piropos para decirte porque entiende que decirte un piropo diferente todos los días hace que mi imaginación se agote.

Jihoon rodó los ojos y agarró la mochila para salir del baño, cuando iba cerca de la puerta siente una mano en su trasero. Se gira molesto y ve a Seungcheol riéndose mientras corre a esconderse.

-¡Atrevido! –Le grita.

-¡Así te encanto! –Le responde y Jihoon calla con una pequeña sonrisa en su cara, tal vez Seungcheol tenga un poco de razón.

Piropos [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora