Séptimo momento.

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A los 18 años ambos se gustaban, pero ninguno sabía sobre los sentimientos del otro. Su estrecha y hermosa amistad se había hecho mas fuerte sin que se dieran cuenta y cualquiera que los veía los creía una pareja.

El acné y los frenillos habían abandonado a Vernon un año atrás y ahora estaba mas guapo que nunca por lo que era perseguido por personas de ambos sexos. Y Seungkwan seguía siendo el mismo de siempre... un chico regordete, que se preocupaba mucho por su apariencia.

—Vernon... ayúdame con esto, ¿puedes? —las palabras salían de su boca con dificultad, pues la caja era muy pesada.

—Si... —tomo la caja con sus manos, rozando las de Seungkwan con delicadeza. Este sonrío, pero se volteó para ocultar sus sonrojados pómulos—, ¿dónde la pongo?

—Por... por ahí —respondió sin mirarlo.

  Vernon sonrío al ver tan avergonzado al castaño y dejó la caja junto a las escaleras del ático. Él teléfono del mayor sonó y este lo atendió con rapidez. La sonrisa que tenía al poner el teléfono en su oreja, se borró en un segundo para dar lugar a una mas que notoria expresión de susto y una terrible palidez en su rostro. Al verla, Hansol se preocupo.

—S-si, ya voy para allá —dijo y colgó.
Hyung, ¿que pasó? —preguntó Vernon al verlo con tan poco color en el rostro.

—Mi perrito... lo atropelló un auto —dijo rompiendo en llanto.

  Esa pequeña bola de pelos llamada Solkwan había sido un regalo del ahora rubio Hansol, hacía un año. Ambos habían decidido ponerla una mezcla de sus nombres para dejar en claro que sería un fruto de su hermosa amistad.

—¿Qué? ¿Cómo pudo pasar eso? —preguntó cubriendo su boca con una mano.
—Mi hermana está muy afectada ya que se le escapó a ella cuando abrió la puerta y mi mama quiere que vaya con ellos —dijo lloriqueando—. No puedo creer que esto haya pasado... era tu regalo, Vernon.
—No Seungkwan, no llores —dijo conteniendo las lágrimas ya que a él igual le dolía lo ocurrido—, Solkwannie ahora está en un mundo mas feliz. —Colocando ambas manos en sus mejillas, secó las lagrimas del mayor con sus pulgares— Piensa que ahora podrá corretear libremente en el cielo de los perros... —esbozó una sonrisa y besó la punta de la nariz del triste Seungkwan— Yo iré contigo ahora, no me moveré de tu lado hasta que te sientas mejor y dejes de llorar... ¿si?
—Está bien —el castaño sorbió su nariz y se secó las lagrimas con el dorso de la mano.
—Vamos a tu casa... tu hermana probablemente estará esperándote para disculparse... —suspiró.

  Después de tomar las llaves de su casa Vernon se aferró a la mano del mayor para reconfortarlo, pero cuando quiso caminar Seungkwan lo detuvo de un jalón lo que causó que el rubio lo mirara con una expresión interrogante.

—Gracias por estar siempre conmigo, Vernon —dijo mientras lo rodeaba fuertemente con sus brazos y escondiendo su cara en el pecho del mas alto, tomándolo por sorpresa. Segundos después, él abrazó fue correspondido.
—Seungkwan, mírame —susurró al sentir los sollozos del mayor. Tímidamente, Boo se soltó del agarre y levanto la cabeza para dejar a la vista sus mejillas empapadas por lágrimas—. Yo siempre voy a estar contigo... no importa lo que pase.

  La sonrisa Vernon a pocos centímetros de su rostro hizo que Seungkwan se armara de valor para ponerse de puntillas de pie para depositar un rápido y sonoro beso en sus labios antes de salir de la casa velozmente. 

—Tal vez no debí hacer eso ahora que él me va a acompañar en esto, será muy incomodo, soy un idiota —pensó, comenzando a llorar nuevamente. El fallecimiento de su perro, lo tenía sensible.


N/a: Al fin se besaron~ *o* Mañana el último capítulo e.e Espero que les haya gustado♥

Moments. (VerKwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora