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Había tomado mi decisión final; ya no hacer el libro.

Porque Calum tenía razón.

No era nadie en la vida de los chicos. Nadie. Solamente soy la hija de una vieja fan que los amo con todo su corazón. Así que no tenia derecho escribir sobre la vida amorosa de ellos dos.

Así que empaque mis maletas y me fui a casa. A Seattle.

Anoche había llegado, así que me encontraba un poco cansada. Jamás he sido buena en eso de viajar.

Así que me encontraba profundamente dormida, hasta que escuche unos leves golpes en mi puerta, haciendo que despertara.

—Adelante —dije en un tono bajo.

Mi mamá apareció en la puerta con una charola de comida y una dulce sonrisa. Le sonreí ante el bonito gesto de llevarme el desayuno.

Ella se adentro a lo que era mi habitación cuando vivía con ella, y empezó a caminar hacia mi.

—¿Cómo estas, cariño? —preguntó mi madre aun con su dulce sonrisa, dejando la charola en un pequeño mueble que se encontraba a lado de la cama.

—Bien, supongo —respondí encogiéndome de hombros. Como si no tuviera importancia.

—Alice...

—No. Detente por favor —la interrumpí rápidamente, ya que sabía a donde se dirigía todo esto —. Me rendí, ¿si? Ya no había nada más que hacer. Todo fue un desperdicio de mi tiempo. En estos días que estuve afuera investigando lo imposible, podría haber estado consiguiendo un empleo. Mamá —la mire a los ojos —. Soy una perdedora. Y ya me he quedado sin dinero. Estoy técnicamente quebrada.

—Ven aquí —ella extendió sus brazos y me dio uno de esos abrazos que me hacían sentir que todo estaba bien. Que ya nada malo podía suceder —. Quedate aquí mientras consigues trabajo, sabes que no me molesta. Y por el dinero... No te preocupes, te ayudare. Te lo prometo.

—Gracias, mamá —me separe de ella y le sonreí. Esto era lo que realmente necesitaba.

—Come tu desayuno, te das una larga ducha y luego bajas. Tyler va a venir hoy con su novia.

Asentí con la cabeza.

Mi mamá salió de mi habitación y mi celular empezó a sonar. Puse los ojos en blanco, porque probablemente era Ashton, otra vez. Desde que me fui de Sydney me ha estado llamando y yo solamente lo he rechazado. Ya no quería saber nada. Quiero volver a mi vida antes de querer hacer el estúpido libro.

Pero al ver mi celular, me doy cuenta que no era Ashton.

Llamada entrante de Annie.

Confundida, decido responder. Sin esperar lo que ella podía decirme. Aunque tampoco tenía idea de la razón por la cual me llamaba.

—¿¡Dónde diablos estas!? —fue lo primero que Annie me gritó al momento de responderle.

Me estaba arrepintiendo de haberlo hecho.

—Me fui de Sydney —le respondí en un tono bastante relajado. Cosa que creo que hizo enojar más a Annie.

—¡Te he venido a buscar al hotel, pregunte por ti en recepción y él que atendía me dijo que te fuistes hace tres malditos días!

—Mira, Annie.... —en ese momento me doy cuenta que jamás le dije a Annie en que hotel estaba. Tal vez le comente que me quedaba en uno, pero no dije nombre —. ¿Cómo sabías en que hotel me hospedaba?

The True [Muke Clemmings]Where stories live. Discover now