El mundo de Harry Potter y sus personajes pertecen a J.K. Rowling.
Te invito a que entres y conozcas esta historia de amor, como inicio todos los obstáculos que tuvimos que pasar no solo los que nos ponían los demás si no, nosotros mismos para logr...
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NARRA HERMIONE
Me levanto como todas las mañanas con el amor de mi vida a mi lado y todavía me sorprendo de que este aquí a mi lado, después de todo lo que tuvimos que vivir, de creerlo muerto casi unos segundos, para poder estar juntos, pero no me arrepiento de nada. Me levanto de nuestra cama lo más tranquila que puedo para no despertarle y preparar el desayuno.
Mientras se calienta el agua recuerdo cuando empecé mis primeras clases extracurriculares de pociones.
Después de que salí de las mazmorras corrí a mi clase de encantamientos que era la que me tocaba, pensando en mis clases y que era lo que me pasaba cada vez que lo tenía tan cerca de mí, preferí no seguir pensando en ello llegué a clase el profesor me dejó pasar sin regaños ya que siempre he sido la preferida de los profesores.
Estuve inquieta todo ese día pensando en Snape, y desesperada a que llegara la hora de la cena para verlo de nuevo.
A la hora de la cena lo vi hablando con el director Dumbledore que le entregaba un pergamino, con curiosidad vi el intercambio en eso Snape volteó y me vio mirándolos, aparte la mirada avergonzada.
Luego de la cena, corrí a mi habitación por mi mochila y arreglarme un poco, aunque mi cabello seguía siendo un desastre, me fui corriendo a las mazmorras, preocupada de llegar tarde.
Cuando llegué a la puerta de la oficina de Snape toqué esperando que me diera permiso para entrar, cuando segundos después se escuchó una voz grave desde adentro diciendo "adelante". Con timidez, abrí la puerta y lo vi sentado detrás de su escritorio con la misma seriedad de siempre y con su clásica levita negra, por lo que pude notar estaba revisando los pergaminos con ensayos.
Le di un leve vistazo a su despacho era grande tenía toda un estantería llena de libros de pociones algo que me encantó y mis dedos picaban por poder revisarlos ya que eran demasiados, al otro lado se encontraban dos puertas supuse que una sería su cuarto y la otra era su depósito de ingredientes o algún laboratorio privado, después de todo él es una maestro pocionista.
Cuando vuelvo a dirigir la mirada al frente me encuentro con su mirada que me intimidaba mucho y también su despacho.
En ese momento jamás me imaginé que ese lugar se convertiría en mi refugio y que solo su mirada calmaría los tormentos de mi interior.
Unas pequeñas manos aferrándose a mis piernas con su pequeño ceño fruncido igual a su padre, todavía me sorprende lo parecidos que son cabello negro lacio y ojos igual de negros con carácter muy parecido, con una combinación de su curiosidad innata, heredada por mí y su padre.
Esa hermosa personita es la que me trae al presente dejando atrás mis recuerdos por un momento, mi hermoso bebé apenas tiene 2 años y para mí es la perfección, es tan inteligente. Lo levanto a mi altura y beso su ceño fruncido lo que causa una de sus hermosas sonrisas:
-¿Qué pasa, bebé?_ le pregunto con una sonrisa
-Te habe y tú no me hiciste casho_ y vuelve a fruncir el ceño, a pesar de que sabe muchas palabras, aún le cuesta pronunciar correctamente algunas, pero para su corta edad habla muy bien.
-Perdón mi amor, estaba pensando en una cosa y me distraje, ¿me perdonas?_ le sonreí y le di un beso muy ruidoso lo que causo una gran carcajada de su parte mi sonido favorito en todo el mundo.
-Eta ben mami te peldono jajajajaja.
-¿Quieres desayunar, mi amor?_ le pregunto todavía abrazándolo
_Sip pol favol_ y me da un beso enorme en mi mejilla
Tan entretenidos estábamos que nos sorprendimos cuando unos brazos nos rodearon.
-Papi_ mi pequeño Alan se lanza a los brazos de su padre que lo recibe gustoso
-Hola, campeón ¿qué hacen mis amores?_ si, Severus ha cambiado tanto pero solo para Alan y para mí para los demás sigue siendo un hombre serio y formal su cabello ya no es tan largo y ya no trae siempre su levita ni toda su ropa es negra, anqué eso de los demás es decir mucho ya que para los demás es el mismo.
Vivimos en la mansión Prince, pero todo bajo un hechizo, para que nadie la logre encontrar ya que las propiedades de Severus nadie las conocía y nadie lo conocía tanto como para saber de su fortuna solo sabían que era el maestro de pociones y antes de que estallara la guerra todas las propiedades la puso a nombre de su esposa, ósea yo.
Elegimos esta casa ya que no queríamos alejarnos de todo del mundo mágico porque aún para el mundo mágico Severus está muerto y yo desaparecí después de la guerra, creamos una botica de la que se encargaba el que cuidaba la mansión Prince y es el único junto a su esposa que sabe que estamos vivos su nombre es el señor Edward, todavía vive aquí en la casa junto a su esposa Dana, se hacen cargo de la botica y nosotros hacemos las pociones.
Pero tampoco queríamos estar alejados del mundo muggle, así que arreglamos la vieja casa de La Hilandera, y con un hechizo las dos casas se conectan y más que nada salimos al mundo muggle ya que allí nadie nos conoce y podemos ser una familia normal.
En Londres muggle tenemos una gran librería de la que nos hacemos cargo, pero nunca dejamos nuestras varitas ya que en los periódicos como el Quisquilloso informan que hay mortífagos sueltos todavía, y no queremos que algo le pase a nuestra familia. Y la otra razón para las varitas es por los esporádicos destellos de magia de Alan, que aparecen en el momento menos esperado.
