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Me miro en el espejo de mi habitación, dentro de unas semanas no tendré porque llevar los malditos lentes, pero igualmente va a ser un cambio drástico.

Bajo las escaleras y cojo mi bolso, yo y Percy queremos ir a dar una vuelta por el centro comercial, la pobre me ha pedido que la vaya a buscar, al parecer me tiene que contar algo muy importante, estoy muy impaciente para saber que es y lo mejor es que podremos sentarnos a comer un helado y hablar.

Salgo de mi casa y voy directa a mi coche.

Voy a dirección a casa de Percy, es muy buena amiga, pero no confiaré en nadie ya vi lo que hizo Selena, aún no entiendo por qué pero siempre parece observarnos con la mirada fijamente.

Llego y hago sonar la bocina, para que se de prisa.

Pasan unos segundos y allí veo a mi loca amiga venir hacia mi.

Es rubia, ojos verdes y tiene una forma hermosa.

Tan solo que ella no sabe aprovecharla.

Entra al coche y me sonríe, le devuelvo el gesto y pongo marcha rumbo al centro comercial.

—Percy ¿qué es eso tan importante que me tenias que decir?— digo sonriendo.

—Cuando lleguemos te lo cuento, y así me ayudas, es que no se que hacer— dice a la vez que se tira del pelo para calmar los nervios.

—Tranquila, sea lo que sea yo te ayudare— digo con una sonrisa.

















—Vale Percy creo que ya es hora de sentarnos a comer un helado— digo a la vez que dejo todos los pantalones que se a comprado.

—Vale.

—¿Qué me tenías que decir?— digo mirándola con una sonrisa.

—Me han pedido para ir a la fiesta con un chico hermoso— dice con una sonrisa radiante.

—¿Quién es el afortunado?—digo impaciente.

—Pedro, el mejor amigo de Jake— dice sonriendo.

—Espero y no sea igual que Jake, pero que digo, nadie puede ser más estúpido— digo borde.

—Bueno... Yo pensaba que me acompañarías— dice triste.

—Esa noche Brithney no ira— digo con una sonrisa.

—¿Por qué hablas de ti en tercera persona?— pregunta confusa.

—Nada importante.

—De acuerdo...












—¡Corre estúpida! ¡Corre!— chillo mientras aparto con golpes a todo el mundo.

Paramos en un callejón al lado de la heladería de antes y nos sentamos en el suelo.

—¡Corres muy poco!— grito a Percy.

—No grites que esto fue tu culpa, nadie te mando a tirarle el café encima al de guardia y tirarlo a la fuente— se queja Percy.

Subimos a un carrito de compra las dos, yo delante y Percy detrás.

—¿Preparada?— pregunto y siento la adrenalina pasar por mi sangre a mil.

—¡Preparada!— chilla ella.

En ese instante empezamos a pasar por la multitud llena riendo y gritando mientras todos se alejan.

—¡Wow somos las reinas del mundo!— chilla Percy a los cuatro vientos.

Una Modelo Oculta En El InstitutoWhere stories live. Discover now