CAPITULO 17

1.3K 106 6
                                    

Corrí por el pasillo tratando de apresurar mi paso. Podía sentir mi sangre hervir al mismo tiempo mis ojos picar ¿Cómo la pude dejar con esa mujer? ¿Cómo siquiera la pude dejar?

La sensación enfermiza instalándose insidiosamente en la boca de mi estómago. Soy el peor ser humano de este planeta... Ella debe estar odiándome, le prometí que no le dejaría y una vez más le falle a mi palabra y una persona que de verdad me importa.

—Iván...—lo mire agitada. El abrió sus ojos demostrándome cansancio, parece no haber dormido hace varias horas.

—Doctora —hablo con voz irónica.

—Dime que hiciste lo que te pedí —susurré tratando de controlar mi respiración descontrolada —¿Alguien entro aquí?

—Estaba encargado de otra área —dijo apenado —Así que no puedo asegurar quien entro o salió en los últimos días, pero desde anoche cuando usted llamo nadie ha cruzado esa puerta.

Lo mire con conformismo, por ahora eso me tranquiliza. Asentí mientras trataba de sonreír, pero al diablo no es momento de demostrar amabilidad, aunque la merezca.

—Bien— tome de mejor manera mi bolsa, para empezar a caminar —Muy bien hecho Iván, te recompensare por esto.

El solo sonrió de medio lado con aceptación, es un empleado bastante eficiente.

La puerta color blanco me dejo por algunos segundos petrificada, no sé qué me encontrare tras ella y aunque la idea de averiguarlo es tentadora... también me resulta espeluznante.

Mi mano se posó sobre la perilla. Decidida a entrar. Quiero verle, quiero besarle, le deseo tanto... Empuje lentamente tratando de no hacer mucho alboroto.

—¡NO! —escuche un grito ahogado proveniente de la conocida esquina del terror.

Fruncí el ceño al encontrarme con la figura firme y erguida de una mujer completamente diferente a la que atendí hace un mes.

¿Qué mierda está pasando?

Me acerque un poco más mientras mi cabeza empezaba a dar vueltas por la imagen aturdiente. Ella no puede ser la misma Jade Thirwall, no lo es.

—¿Quién es usted?— pregunto fingiendo disgusto.

Entre abrí mis labios para decir algo, pero las palabras no se dignaban a salir con coherencia. Su piel morena estaba cubierta por un caliente y ajustado vestido rosa pálido, mientras su rostro cubierto apenas por una suave capa de maquillaje me hacía querer besarla de una vez.

Sus ojos, levemente abiertos, su pupila dilatada y la manera tan desconocida con la que me mira me destrozaron en fracción de segundos ¿Pero qué diablos hicieron con mi nena?

—Huh...—balbucee con confusión —¿Jade?

Ella sonrió de medio lado con malicia. Camino por la habitación hasta llegar a un pequeño escritorio que decoraba sospechosamente la habitación. Y por primera vez desde que entre me pude percatar que el cambio de vestimenta y actitud de mi paciente no era lo único confuso. Las paredes antes pintadas de color blanco ahora se regodean mientras me deslumbran con el color vino tinto brillante. Mi entrecejo se frunció al no ver el sucio y viejo oso Coño por ningún lado...

—Es correcto, así me llamo —me miro con desafío. Sé que está fingiendo, tengo la completa certeza de que así es.

—Sé que te llamas de ese modo, no puedo reconocerte... —me acerque, lo que la hizo retroceder de inmediato.

Su frente en alto demostrando una seguridad confusa, y esa altanería que lejos de parecerme exasperante considero... ¿Atractiva?

—¿Por qué debería reconocerme?— me miro con indiferencia —Jamás le he visto antes.

T . D . I . D ||Jerrie Thirlwards.Место, где живут истории. Откройте их для себя