Instant Crush [Camren]

[5] Día 9. Nueva York (1)

Camila Cabello on tour.

Rockefeller Center, Nueva York. Nueva York, NY.

09:00 PM

Deseé tener un sueño más profundo o unos compañeros menos ruidosos cuando interrumpieron mi sueño cantando a gritos acompañados por Camila. Si en mi época universitaria me hubiesen dicho que algún día Joey, el chico que llevaba camisetas rockeras, iba a despertarme cantando al ritmo de Taylor Swift, no me lo habría creído.

Welcome to New York

It's been waiting for you

Welcome to New York

Welcome to New York

Welcome to New York

It's been waiting for you

Welcome to New York

Welcome to New York

— ¿Qué hacéis cantando a estas horas? —pregunté levantándome de la cama.

— Lauren, ya son las 11. Deberías animarte con nosotros. —dijo Chris, pero no le presté mucha atención.

Camila se acercaba a mí todavía cantando y bailando de forma divertida la conocida canción de la Barbie... quiero decir, de Taylor. Agarró mis manos y tiró de mí, ¿De verdad pensaba que yo me sabía la letra de una canción de ese estilo? Quizás mi look no le parece lo suficientemente emo.

It's a new soundtrack

I could dance to this beat, beat

Forever more

The lights are so bright

But they never blind me, me

Welcome to New York

It's been waiting for you

Welcome to New York

— No me gusta bailar, Camz.

Mis palabras no sirvieron para nada, Camila continuó tirando de mí y acabamos bailando por todo el autobús, si se podía llamar así a lo que yo hacía. Chris y Joey continuaban cantando pero, por un momento, me olvidé de ellos.

— Chicos, ya estamos en el hotel —pronunció Keir haciendo que dejasen de cantar.

Gracias, Keir. Te quiero. Me has librado ya de este infierno musical.

— Mañana os despertaré cantando Highway to hell, veréis que divertido.

— Lauren, siempre te despiertas la última.

Me encogí de hombros, Chris tenía razón. Les escuché hacer varias bromas sobre mis pasos de baile, pero decidí ignorarlos. Salí la primera del autobús y esperé a que el conductor me diese mi maleta.

— Joder... — murmuré para mí misma al mirar a mi alrededor.

Había tanta gente esperando a Camila que sería imposible entrar en el hotel sin la ayuda de los guardias de seguridad. Solo verlos me estresa. Solté un momento la maleta en el suelo para empezar la mañana tal y como lo necesitaba: encendiéndome un cigarro.