IX

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Probablemente se me esté haciendo costumbre despertar en los brazos de Alex, pero no me molesta para nada.

Hoy es domingo y no tenga ganas de hacer nada, por eso prefiero no moverme y ver como mi mate duerme. Sus facciones están relajadas por completo. Su fina nariz, es tan perfecta al igual que sus labios que te incentivan a besarlo desenfrenadamente. Sus párpados cerrados acompañados por sus largas pestañas dan la ilusión de que es un ángel descansado y sus lunares sellan la perfección de su rostro.

Estoy completa y absolutamente enamorada de este hombre.

No sólo por su cuerpo, por si eso parece, sino por cada cosa que hace. Todo en el me parece, imperfectamente perfecto.

No cabe duda. Lo amo.

Narra Alex

Desperté con una sensación de comodidad extrema, estaba abrazando a Giuli.

¡Giuli!, esperé tres años por ella, años que se me hicieron infernales al no poder besarla, acariciarla, mimarla, tocarla, hacerla mía. Pero a pesar de eso, yo esperaría mil millones de años más sólo por ella.

Es perfecta, con cada virtud y defecto.

Me emociona saber que un día será la madre de mis cachorros. Y tal vez sea pronto, porque ella no se dio cuenta pero ayer no usamos protección.
No me molesta, me pondría muy feliz si me diera esa noticia.

Aunque quizás ella no se sienta preparada, y la entendería, tan sólo tiene dieciséis años y ser madre, por más mujer lobo que seas, no creo que sea nada fácil.

Ojalá la diosa Luna nos bendiga con muchos cachorros, un reinado próspero y una muerte juntos

Volvi a dormir ya que era muy temprano y no quería despertarla, se veía tan angelical.

***

Despierto sintiendo unos dulces labios, que se posan en los míos y una manos que me revuelven el cabello.

Sonrío, me encantaría despertar así siempre.

—Buen día, dormilón —. Dice con su voz tierna y adormilada.

—Buen día, princesa. —le sonrío achinando los ojos —¿Cómo dormiste?-

—Acostada —. Respondió divertida.

—Pues yo volando, me haces tocar las nubes, cariño. —le contesto y se sonroja, amo verla sonrojada.

—Deja de decir estupideces. —dice y yo niego.

—No es ninguna estupidez, es la verdad. Te amo.  —confieso.

—Yo también te amo, Alex. —sus labios pronunciando mi nombre son como música para mis oídos.

—Eres distinta a cuando eras pequeñas —suelto y ella frunce el ceño.

—Obviamente. Ahora soy más grande, estoy más desarrollada —al decir lo último de sonroja—. Tengo otra actitud...

—Me refería a tus ojos, pero si quieres entrar en detalles íntimos dejame decirte que tu cuerpo es precioso y me dan ganas de tir...

—Bueno, no tantos detalles —. Dice divertida pero sonrojada fuertemente. Yo río. —¿Qué tienen mis ojos?— pregunta.

—Antes eran de un azul intenso, ahora son verdes, a veces te cambian y parecen marrones, otras veces grises. —me explico.

—Mamá los llama "ojos color del tiempo", según ella, cambian su color respecto al clima que haya.  —me dice.

Te Amaré Por SiempreWhere stories live. Discover now