Epílogo.

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Me desperté, como todas las mañanas, con un peso en mi pecho. Sonreí para mis adentros y miré a la chica que estaba a mi lado, bueno, prácticamente arriba de mi.

Su belleza era inigualable, con su cabello rubio despeinado y una expresión de paz adornaba su rostro. 

Amaba a esta chica como nunca amé a nadie, y la amaría a por toda mi vida.

La observé por unos minutos antes de empezar a dejar besos por toda su cara y, por último, sus labios, a lo que ella me respondió inmediatamente. 

-Buenos días, princesa -dije con las voz un poco ronca- ¿Cómo amaneció lo más hermoso de mi vida?

-Exageras -ella soltó una risa angelical mientras se estiraba y se subía sobre mi.

-¿Alguien está de buen humor hoy?

-Si me despiertas así, ¿quien no? -la rubia sonrió y se acercó a besarme-. Tengo hambre, hazme el desayuno.

-Como usted mande, señorita -intenté levantarme pero ella seguía arriba de mi, mirándome con una sonrisa-. Vale, si quieres comer necesito que te bajes.

-Es que aún no creo que esto sea real, Lauren -ella me abrazó y escondió su cabeza en el hueco de mi cuello.

-¿Por qué lo dices, rubia?

-Porque eres mi ángel, mi todo, y aún no creo que seas mía.

-Soy tuya y siempre lo seré -dejé un pequeño beso en su frente y la abracé, queriendo que este momento dure para siempre-. Te amo con cada célula de mi cuerpo y siempre lo haré, pequeña rubia.

-Ya deja de decirme rubia, Lauren -ella golpeó mi hombro levemente-. Yo también te amo.

-Está bien, Camz. Ya no te diré rubia nunca más.

-Gracias, Lolo, por todo -yo la miré confundida y Camila sólo sonrió-. Por hacerme feliz, por amarme como me amas, por ser el amor de mi vida.

Sonreí ampliamente ante lo que decía y la besé, la besé como si fuese la primera vez que lo hacía. Desde aquél día en la iglesia, todo había cambiado para nosotras y ahora estabamos felices juntas.

-Te amo, Camz. Toda mi vida te he amado y te amaré por todo lo que resta de ella.

-Yo te amé por mil años y te amaré por mil años más -Camila se levantó y me extendió su mano, la tomé para después seguirla a la cocina-. Vamos, tengo hambre.

Yo aún seguía enamorada de Camila, luego de 9 años.

Yo aún seguía siendo su perrito faldero, siempre detrás de ella.

Yo aún seguía enamorada de sus ojos cafés.

¿Y saben que es lo mejor de todo?

Que ella también me ama.

Que ella me mira como si fuese una galaxia, su galaxia.

Que ella es el amor de mi vida y siempre lo será.

Ojos cafés - Camren one shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora